Jorge Pardo, el mago de la flauta y el saxo. Cristian de Moret pluri instrumentista, voz incluida. Dos maestros que se conocen bien, se compenetran, se quieren, hablan y dialogan con su flamenco fusión. ¡Y qué fusiones!
El flamenco es resultado de muchos mestizajes, pero ellos nos sorprenden. Fusiones con música árabe y andalusí, cantares lorquianos y homenaje Que no he muerto, recuerdos a Camarón de la Isla en su homenaje Eterno Camarón… Todo esto es normal y esperable, como también las músicas de jazz de cualquiera de sus épocas y variantes.
La música clásica ya no es tan habitual en la fusión flamenca, aunque la fusión puede con todo y todo suena más que bien, especialmente cuando lo hacen dos maestros, que según nos dice Jorge han estado meses trabajando en este concierto.
Músicas de sus respectivos álbumes Café Berlín living sessions y Caballo Rojo, Supernova y otras cosas. Los quejíos de la flauta de Jorge en la primera actuación y algunos compases me llevan a una soleá, pues no, resulta que es una bulería. Claro que en este concierto, en que cada pieza es un mosaico de su recorrido por músicas e historia, seguro que en momentos ha tenido cabida la soleá. El título de la pieza lo define bien: De aquí para allá. Y el allá puede ser infinito.
Me paso el concierto escuchando con suma concentración para detectar músicas y ritmos, por supuesto no llego ni quiero llegar a todo, pero como ejercicio es estimulante.
Cristian actuó con bajo eléctrico, voz, teclado y guitarra. Se dice por ahí que su voz se parece a la de Camarón, puede ser, pero claramente se diferencian, también en estilo, ritmo y raje.
Menuda guajira, Caballo rojo, cantó Cristian, siempre con letras propias y tocaron ambos, bajo, flauta, saxo. Pero hubo más, se hablaron cuando Jorge se acercaba a Cristian, en un diálogo instrumental, que hacía fácil adivinar lo que decían, es cuestión de intuición emocional. De los instrumentos de Jorge, oí decir una vez, hace años, a Pepe Habichuela, que eran la mejor voz del flamenco.
Y la seguiriya … una seguiriya que comenzó con los primeros compases de Así habló Zaratustra de Richard Strauss sinfonía basada en el homónimo poema de Nietzsche e inolvidable sintonía de la película 2001 Una odisea en el espacio de Kubrick . ¡Buen comienzo para una seguiriya, vive Dios!
Hilando fino, pero que muy fino, podríamos llegar a himnos, leyendas y mitos del pensamiento zoroástrico, origen de la filosofía de la religión de la antigua Persia. ¿Relación con la seguiriya, posible madre del flamenco?
Andando por las seguiriyas creemos detectar el segundo compás de Moon River, repetitivo, aunque Jorge me dice que no es consciente. Más tarde, ahí está el Soy Gitano de Camarón. Quiero estar segura de que todo esto tiene que ver con el título que han dado a estas seguiriyas: Rara belleza.
Con razón, la siguiente interpretación por tarantas, bulería de Jorge Pardo y trilla de Cristian de Moret es un tesoro de músicas andalusíes nazaríes que nos llevan a un pasado cultural luminoso. ¿Estaré influenciada por mi reciente inmersión en ámbitos nazaríes, objeto de mi artículo Aromas nazaríes de Granada? Pudiera ser, pero la belleza atemporal de estas músicas es emocionante.
Por fandangos de Cristian de Moret, con multi instrumentación, hay que ver a Cristian cantando, rotándose en el bajo y el teclado, más el saxo de Jorge con incursiones marcando territorio, llegamos al tiempo festivo que seguirá por soleares y un fin de fiesta por bulerías, que es toda la historia de la bulería, ahora con protagonismo de la guitarra.
Cómo me gustan, estas interpretaciones largas de cada pieza, recreándose en todos los ámbitos y matices de su trayectoria por los siglos del flamenco, fusionadas con otras músicas también seculares. Ellos hacen posible su afinidad.
Huelga decir que los aplausos en todo momento fueron clamorosos, de poner en pie al personal que llenaba hasta la bandera este 11 de septiembre 2023 el Teatro Alcázar en Madrid en un concierto irrepetible, único.
Digan lo que digan, quienes lo digan, esto es flamenco.
