Joan Bautista Humet (Navarrés, Valencia 1950 – Barcelona 2008), fue un cantautor singular de la década de los años ochenta y hoy en día es el paradigma de la estrella que se eclipsó demasiado pronto, demasiado por sorpresa, dejando a todos sus seguidores preguntándose qué le habría podido pasar para desaparecer así.
Sin embargo, es difícil tararear una canción de las suyas, como Clara (1980), como Solo soy un ser humano (1984), o como Que no soy yo (1975), sin que todos, pero todos sin excepción, la sepan continuar.
Por eso Joan Bautista Humet, por la calidad de sus composiciones y sus deseos de autenticidad, es para mí, por encima de toda otra consideración, un gran artista injustamente olvidado. Y una víctima de las circunstancias a las que él no supo -o no quiso- dar la importancia que iban tomando.
Por ejemplo, el bilingüismo. Según Fernando González Lucini, autor de la biografía titulada Hasta que el silencio viene y presentada en enero de 2023 en la SGAE de Valencia, cuando actuó en el Palau de Barcelona, a pesar de haber actuado antes con Joan Manuel Serrat y haber sido telonero con Lluis Llach; y a pesar de que «de él no hablaba mal nadie», al concierto sólo acudieron dos de sus compañeros cantautores: Guillermina Motta y Nuria Feliú.
La razón fue cantar en español en honor a su pueblo natal, Navarrés, y esta fue la causa de tal abandono en aquellos «tiempos de Constitución» en que había ya que posicionarse. La crítica fue durísima con él por esta causa y quedó muy afectado pensando en dejar la canción.
Entonces compuso temas tan pesimistas como Hay que vivir (1980), y en 1984 grababa el que sería su último disco en dos décadas, Solo soy un ser humano, y se retiraba asqueado de los ambientes musicales.
Inesperadamente, animado por amigos, entre 2001 y 2004, compone y saca su último disco, producido esta vez por Moncho Borrajo (uno de mis amigos de Facebook, para que digan que fb no dice más que bobadas) titulado Solo bajé a comprar tabaco.
Y en 2008 desapareció para siempre por enfermedad. No así sus hermosas canciones ni la admiración de sus paisanos.
Supe de Juan Bautista Humet, de su disco póstumo y del reciente homenaje para presentarlo en su pueblo natal (Navarrés), por un amigo de Facebook al que todavía no conozco, Francisco Marqués Pons, abogado, gran admirador del valenciano y residente en Menorca (seguiremos con que fb no vale para nada, que solo son tonterías), y era el sábado 2 de septiembre, en el centro cultural de Navarrés, donde tuvo lugar la presentación del disco CD Joan Bautista Humet ¡VIVE!, con idea y producción de Fernando Gonzalez Lucini, y el apoyo de Paco Martínez Climent, presidente de la asociación Amigos de Humet, que lucha por preservar su memoria.
Mi amigo anunciaba que iría al homenaje desde La Mancha, donde veranea, en medio de los nubarrones que amenazaban desde días antes con tragarse el mar, y así consiguió llegar hasta Navarrés en medio de una pavorosa tormenta que deslució bastante el acto porque de quince confirmados, acudieron cinco.
Pero se celebró. Y lo importante para sus fans es el disco Joan Bautista Humet ¡VIVE!, un CD que contiene diecisiete canciones de Humet, cuatro ya clásicas, trece inéditas, cantadas en su honor por artistas de la talla de Litus o Rozalén.