Los asesinatos de niños en conflictos militares y guerras civiles provocan una amplia condena por parte de las organizaciones de derechos humanos, pero una «lista de la vergüenza» que señala a algunos de los gobiernos o grupos armados perpetradores se ha politizado dejando fuera a algunos países bajo fuego, incluyendo Afganistán, Israel (en los asesinatos en los territorios ocupados), Somalia y Yemen (donde los asesinatos se atribuyen a los ataques aéreos de Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos).

Según la organización internacional Human Rights Watch (HRW), el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, ha sido criticado en repetidas ocasiones por dejar libres a fuerzas armadas nacionales y a grupos armados no estatales de las graves violaciones contra los niños en la guerra, informa Thalif Deen (IPS) desde Naciones Unidas

La lista, solicitada por primera vez por el Consejo de Seguridad de la ONU en 2001, se describe como el «eje» de los esfuerzos de la ONU para proteger a los niños en la guerra. Sin embargo, las cifras son asombrosas, según un nuevo informe publicado por el Grupo de Personas Eminentes.

Entre los integrantes del grupo se encuentran el teniente general (R) Romeo Dallaire, antiguo comandante de las fuerzas de la ONU durante el genocidio de Ruanda; Yanghee Lee, antigua presidenta del Comité de los Derechos del Niño de la ONU; Benyam Dawit Mezmur, experto en derechos del niño; y Allan Rock, antiguo embajador de Canadá ante las Naciones Unidas.

El grupo, que publicó su informe la segunda semana de marzo, tiene numerosos ejemplos de fuerzas o grupos armados (normalmente fuerzas gubernamentales) que han sido omitidos o eliminados de la «lista de la vergüenza», en particular la coalición liderada por Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos en la guerra de Yemen, las fuerzas israelíes, las afganas y el ejército de Birmania.

Según el informe, las fuerzas de seguridad afganas han matado o herido a más de cuatro mil niños desde 2014, pero no figuran en la lista.

En 2014, las fuerzas israelíes mataron a 557 niños palestinos e hirieron a 4249, principalmente durante los combates en Gaza. Pero las fuerzas israelíes no figuraban en la lista de la vergüenza, a pesar de que el número de niños muertos fue el tercero más alto del mundo ese año.

En Somalia, el grupo armado yihadista Al Shabab ha sido incluido repetidamente en la lista por la violencia sexual contra los niños, pero el Ejército Nacional Somalí no lo ha sido, a pesar de un número comparable de casos.

En 2020, Guterres eliminó de la lista a la coalición liderada por Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos por matar y mutilar a niños en Yemen, así como al ejército de Birmania por reclutar y utilizar a niños soldados. Sin embargo, cada uno de ellos fue responsable de cientos de violaciones el año anterior, según el informe.

Jo Becker, directora de la División de Derechos del Niño de HRW, dijo a IPS que Guterres se ha mostrado reacio a pedir cuentas a todos los responsables desde que asumió el cargo en enero de 2017.

Al preguntársele si su comportamiento obedece a una estrategia especial porque este es un año en que Guterres aspira a la reelección, Becker consideró que su decisión de no incluir a todos los agresores no obedece a que este sea un «año electoral».

Recordó que el Consejo de Seguridad de la ONU fue el primero en solicitar la lista anual, y en las últimas dos décadas ha creado el marco de la ONU para el trato de los niños en los conflictos armados.

Como artífices del programa, deberían insistir en que el secretario general se asegure de que funciona como estaba previsto, y que incluya en la lista a todos los agresores, sin excepción, declaró Becker.

Pero sin una lista precisa, el marco de la ONU sobre los niños y los conflictos armados se ve gravemente perjudicado. El grupo de expertos instó al secretario general a cambiar su enfoque y a incluir en la lista a todos los agresores, sin temerles o favorecerles.

Sin esta medida, advierten, los niños correrán un riesgo aún mayor, sostiene HRW. El secretario general debe tener en cuenta las recomendaciones de los expertos y dar prioridad a la protección de los niños, asegura la organización humanitaria.

Mouin Rabbani, investigador principal del Instituto de Estudios Palestinos y codirector de Jadaliyya, una revista electrónica independiente producida por el Instituto de Estudios Árabes, dijo a IPS que no hace falta más que echar un vistazo a la lista de autores incluidos y excluidos de la lista para comprender que estas evaluaciones no son el producto de un examen riguroso de las pruebas. Por ello, subrayó, no representan las conclusiones de un proceso adecuadamente profesional.

«Me parece indiscutible que hay factores políticos en juego. En parte, se trata de la tradicional deferencia hacia los poderosos y sus clientes, que se compensa con la indignación santurrona -que de otro modo estaría justificada- contra los débiles y los marginados», afirmó el especialista palestino.

En parte, argumentó, refleja consideraciones electorales, con Guterres preparándose para ser reelegido para un segundo mandato. Y en parte refleja preocupaciones financieras, ya que la ONU sigue sufriendo una aguda escasez de fondos. Y es con ese contexto, que el reino saudí no aparece en la lista de la vergüenza.

Hay mucho descontento con las flagrantes omisiones de la lista, que nadie ha dejado de notar, parece poco probable que la Asamblea General actúe para rectificar, ya que está compuesta por gobiernos y muchos de ellos están sujetos a presiones e incentivos similares, dijo Rabbani.

El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, dijo a los periodistas el 17 de marzo, que «apreciamos las opiniones expresadas sobre los problemas en la lista de los países agresores de la población infantil en el marco de los conflictos armados» y que «todos están trabajando con el mismo objetivo: mejorar la protección de los niños y acabar con la plaga de los niños que son forzados como combatientes y, por supuesto, como víctimas del conflicto».

Y señaló que «cada año, informamos sobre los avances y los retrocesos. Se presta mucha atención a la lista en sí misma, pero creo que también es fundamental leer la narración completa de los informes cada año, en la que se expone detalladamente cómo los niños se ven afectados por el conflicto y el trabajo que se está desarrollando para proteger mejor a los niños y a las niñas, especialmente a través de los Planes de Acción».

El portavoz de la Secretaria General de la ONU concluyó que «siempre estamos dispuestos a colaborar con los socios pertinentes para mejorar el sistema».

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