Mariano Martín-Maestro[1]

No nos faltan razones: Nos va la vida, y a ti también. En el Servicio Madrileño de Salud, conocido como SERMAS, trabajamos más de setenta mil personas, sanitarios/as y no sanitarios/a que nos dedicamos a cuidar de la salud de todos y todas. Lo hacemos, desde todas las categorías profesionales, sin distinción de clase, credo o condición, y me atrevería a decir que todos y todas los madrileños y madrileñas han pasado o pasarán, alguna vez, (tengan o no seguros de salud en la sanidad privada) por un centro de salud, un hospital o han sido atendidos por los/las profesionales del SUMMA 112.

Seguramente muchas personas ya deberán la vida a estos y estas magníficas profesionales, pero, aunque esta pudiera ser una situación extrema, no somos extraños en la vida de la ciudadanía de la Comunidad de Madrid. Formamos parte de su vida cotidiana y estamos orgullosos de ello. Pero prestar un servicio público a la ciudadanía, con una importante carga vocacional, no es óbice para reivindicar tus derechos como trabajador/a, máxime cuando derechos conquistados nos han sido arrebatados.

Somos empleados/as públicas, cuidamos de tu salud, pero también tenemos necesidades domésticas, familia, … Somos personas como las demás. Tenemos que comer, pagar la vivienda, dar estudios a nuestros descendientes, lo que viene siendo una vida normal. No somos héroes ni heroínas, no nos conocemos, pero, aún así, desde el pinche al cirujano se juegan la vida por ti y algunos/as hasta la pierden. Fue hace poco, durante la pandemia, la peor que hemos vivido en los últimos cien años en Madrid, en las catástrofes o simplemente cuando por ejemplo las enfermeras/os fueron caminando kilómetros para atenderte después de la gran nevada ‘Filomena’ o los celadores/as, las técnicas o los administrativos se mantuvieron en sus puestos tres días trabajando encerrados por la nieve: No dejamos de trabajar, porque nos va la vida.

Los y las madrileñas estaban solos, absolutamente solos en los hospitales, ¿qué hubiera sido de ellos/as sin los profesionales de las cocinas de un hospital, sin las trabajadoras/es que limpiaban nuestras habitaciones, boxes, camas. Y ¿sin los profesionales de la Atención Primaria o el SUMMA 112 que hicieron frente a la atención sanitaria en el hospital de campaña del IFEMA? Abre los ojos ¿Qué hubiera sido sin todos/as ellas?

Seguro que sólo con esto, el que me lea, se dará cuenta de que sí, que somos iguales, y de que sí: tenemos motivos, razones y argumentos para ir a la huelga.

Comunidad de Madrid: un motor económico sin mantenimiento

La Comunidad de Madrid es el motor económico del país (o ese es el eje propagandístico del gobierno regional). Sin embargo, ese mismo gobierno maltrató a sus profesionales y les continúa maltratando. Es la única comunidad autónoma que no compensó su enorme esfuerzo x la pandemia, filomena… (otras comunidades autónomas dieron pagas extra, días de descanso…). En su lugar, despidió a seis mil trabajadores/as en abril de 2022.

Madrid es la comunidad autónoma que menos invierte en sanidad pública, de ahí que estemos en puestos de cola en condiciones laborales y salariales. Junto con Galicia, Madrid es la otra autonomía que todavía no ha devuelto a sus profesionales las 35 horas semanales. Una aclaración, la jornada de 35 horas semanales en Sanidad ya existía, pero en 2012 la incrementaron hasta las 37 horas y media, además de bajarnos el sueldo mensual y retirarnos un buen porcentaje de las pagas extras, que aún no se ha regularizado.

La jornada de 35 horas supondría la recuperación y el refuerzo del empleo. Además, la Comunidad de Madrid es la que tiene las peores ratios de plantilla profesional/paciente y los salarios más bajos en el conjunto de las categorías profesionales y la que menos paga por las guardias, doblajes, noches y festivos.

¿Sabías que Madrid también tiene la tasa más alta de temporalidad? Más de la mitad del personal no es fijo. ¿Sabías que el Gobierno del PP en Madrid continúa sin negociar años después de adoptar su compromiso, un Plan de Urgencias Extrahospitalarias, con un fallido y nefasto Plan Integral de Atención Primaria (ese que ha dejado sin médico a buena parte de los madrileños y sin urgencias de proximidad a otros tantos).

No es baladí que, en la sanidad pública de Madrid, sus responsables no han adoptado medidas expresas en conciliación de la vida laboral y familiar, no han mejorado el acuerdo de licencias, permisos y vacaciones de los y las profesionales, no han querido adoptar medidas plenas en materia de seguridad y salud laboral para sus profesionales y siguen incumpliendo acuerdos firmados en Mesa Sectorial, tales como el abono y el cumplimiento de las ejecuciones de las sentencias judiciales de la Carrera Profesional al personal temporal, el acuerdo de centros de difícil cobertura, o los acuerdos de Trabajo Social y Coordinadores de Técnicos Superiores Especialistas.

En CCOO tenemos claro que son innumerables los motivos laborales que justifican esta huelga, pero ciertamente hay otros motivos.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha sido ofensiva, despectiva y nos ha calumniado hasta la saciedad a los profesionales de la sanidad pública, lo mismo que su consejero de Hacienda, Javier Fernández Lasquetty. No es solo una falta de respecto, es una ofensiva que, entre otras cosas, provocó una escalada de agresiones contra los/las profesionales de los centros de salud, minó la reputación de los que fueron obligados a trasladarse al Zendal y ahora nos atacan directamente acusándonos de «vagos y vagas» porque hemos decidido reclamar la jornada de 35 horas que nos quitaron y exigir el cumplimiento de los compromisos adquiridos y los acuerdos firmados.

Así que no es un conflicto cualquiera. En la Sanidad Pública a todos y todas: Nos va la vida.

  1. Mariano Martín-Maestro es secretario general de CCOO Sanidad Madrid
  2. Imagen de portada: Así se vivieron momentos de la pandemia Covid en hospitales de la Comunidad de Madrid © Fran Llorente CCOO Madrid

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