Tokyo, antes Edo «la ciudad del Este», capital de Japón desde 1868, son varias ciudades en una. Tokyo tiene varios centros, varias zonas, cada una con su propia personalidad.

Todos los días se producen terremotos en Tokyo, con carácter catastrófico ocurren cada veinticinco años; pero Tokyo siempre consigue reinventarse. Durante cuatrocientas años las catástrofes han estimulado unas respuestas artísticas muy potentes, lo que la convierte en una de las capitales más interesantes del planeta.

Hay muchas maneras de representar el desastre en el arte japonés. En el siglo diecinueve, después del terremoto que asoló las ciudades de Anse y Edo en 1885, «surgió un género fascinante de grabados llamado namazu-e, o grabados de siluro», en los que aparecen personas enfadadas porque el terremoto les cambió la vida; grabados que también eran una visión humorística y una denuncia de las condiciones sociales en que quedaba la ciudad después de la tragedia.

Cuando Japón se abrió al comercio extranjero, el arte japonés llegó a Europa: Manet, Degas, Van Goh se inspiraron en él arte japonés, en su estética, su perspectiva, sus métodos y su técnica, Pero también ocurrió al revés.

La nueva era Meiji marcó el inicio del modernismo en Japón con la cultura urbana comercial, los grandes almacenes y las compras.

Con la segunda guerra mundial el arte se asimiló a la propaganda, la ciudad quedó totalmente destruida, muchos artistas que eran niños cuando los americanos bombardearon Tokyo, en los años 1960 reflejaban el trauma bélico en sus obras.

En el arte japonés existe también una tradición de tratar lo efímero, la mortalidad (…) el concepto de mono no aware, lo transitorio en la naturaleza y en la vida.

Basado en una gran exposición del museo Ashmolean de Oxford, el documental «Historias de Tokyo» (Tokyo Stories) –perteneciente a la serie Arte en pantalla (Exhibition on Screen), realizado por el director inglés David BickerstaffVermeer: la mayor exposición de la historia», «El fascinante mundo del Bosco», «Goya, un espectáculo de carne y hueso»), cuenta la evolución de cuatrocientos años de arte japonés, en lo que es un elogio a una de las ciudades más creativas, dinámicas y fascinantes del mundo.

Su estreno en España coincide con un mes clave puesto que el 11 de febrero se conmemora el día de la Fundación Nacional de Japón y el 23 es el Día del Emperador.

En el documental se encuentran desde las delicadas xilografías en madera de los artistas Hokusai (siglo dieciocho) e Hiroshige (diecinueve), pasando por los carteles de arte pop, la fotografía contemporánea, el manga y el cine hasta las últimas obras del arte urbano y el Street Art (arte callejero)

En Tokyo, por ejemplo, trabaja la joven fotógrafa Yuko Mohri, quien ha creado una serie titulada «Gota a gota», centrada en las estaciones de metro de la megalópolis, en las que aparecen pequeñas goteras causadas por los pequeños terremotos, que es necesario recoger en cubos, garrafas u otros elementos fortuitos y aleatorios de plástico, que ella considera instalaciones de arte, aunque han sido creadas por personas que no son artistas. Por eso las ha fotografiado y asegura creer que «la ciudad también existe en esto».

Y está también Enrico Isamu Oyama, de madre italiana y padre japonés, quien ha creado un estilo propio -entre cultura urbana del grafitti y arte tradicional japonés- de manifestaciones artísticas visuales en distintos soportes.

Estos son solo algunos ejemplos del arte que recogía la exposición de Oxford. La película «Historias de Tokyo[1]» emplea la exposición como plataforma de lanzamiento para viajar a Tokyo y explorar el arte y los artistas de la ciudad, buscando la belleza y los detalles de un lugar en constante renovación. Un recorrido que «pretende destacar la continuidad que existe en el arte japonés entre el pasado y el presente, que el arte japonés va mas allá del manga, las xilografías centenarias y las flores rosas de los cerezos. Hay arte en todo eso, pero también en todo lo demás: artistas, fotógrafos, grafistas, paisajistas, dibujantes, calígrafos, animadores…

  1. «Historias de Tokyo» se estrena en los cines de Madrid el lunes 26 de febrero de 2024
Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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