Gustavo Díaz Sosa. Primigenia esencia

Yo lo titularía más bien Llamando a las puertas del infierno, como reza uno de sus cuadros que parece una Babel invertida: con todos los enanos sumergidos como hormigas rebozándose en la charca.

Y sin embargo, su pintura es de las que inspiran descanso a la vista. ¿Por qué? Ah. Pues porque ves que otro ya piensa en lo hondo y puedes relajarte un poco.

Entre el infierno de Dante, la Torre de Babel y La caverna de Saramago, el arte del pintor Gustavo Díaz Sosa (Cuba 1983) es a la vez sugestivo e imponente por sus dimensiones físicas así como por la simbología que se incardina entre los hilos de sus construcciones alegóricas, donde la amalgama de colores es tan hermosa e íntima, dolorosa.

En ella la figura humana adquiere por fin su verdadera dimensión: la de una hormiga quemada por los soles y los vientos que, sin embargo, se afana y se empeña en construir quimeras que la lleven, por fin, oh meteoro, a la catástrofe definitiva.

Licenciado en Bellas Artes por la Academia de San Alejandro (Cuba) con medalla de Oro en 2002,  Díaz Sosa fue profesor de la cátedra de pintura en esa misma escuela. Vino a España becado por Arteleku, San Sebastián, y estudió en diferentes talleres de grabado, litografía y serigrafía entre 2004 y 2007.

Desde entonces, su carrera no ha hecho más que crecer con exposiciones individuales y colectivas.

En palabras de la Galería, «Gustavo representa la contemporaneidad rabiosa que cuestiona elementos esenciales de la vida a los que no podemos encontrar respuesta. Sus referentes son Joseph Beuys y Anselm Kiefer».

Exposición

  • Gustavo Díaz Sosa: Primigenia esencia
  • En la Galería BAT de Madrid (María de Guzmán 63)
  • Hasta el 21.10.23

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