Amnistía Internacional informa de que incendios devastadores han destruido prácticamente el campamento de refugiados de Moria, en la isla griega de Lesbos, que se encontraba en situación de alerta por casos de COVID-19.

Adriana Tidona, investigadora de Amnistía Internacional, señala que «hay una emergencia humanitaria en este momento en Lesbos. De la noche a la mañana, casi trece mil personas en el campamento de personas refugiadas de Moria han perdido el escaso refugio y saneamiento que tenían. Las personas que viven allí ya han soportado dejar sus vidas, hogares y posesiones al huir a Europa. Ahora, este incendio probablemente ha destruido todo lo que les quedaba, incluyendo documentos esenciales, artículos personales y medicinas. Cuando la UE lance su nuevo Pacto sobre Migración y Asilo debe tener en cuenta que su política actual para los campamentos y de contención de personas refugiadas ha fracasado».

Añade que «las imprudentes políticas de la UE han dado lugar a condiciones de vida peligrosamente superpobladas, con el campamento albergando cuatro veces más gente de la que estaba previsto. Las autoridades griegas, la Unión Europea y sus Estados miembros deben actuar de inmediato para garantizar la seguridad de todas las personas afectadas. Intensificar los esfuerzos de reubicación y el traslado de las personas a alojamientos más seguros es ahora más urgente que nunca».

Esta tragedia se produce después de que al menos 35 personas solicitantes de asilo dieran positivo en la prueba de la COVID-19 en Moria, donde el distanciamiento social es imposible y el saneamiento es inadecuado.

Según Amnistía, el Gobierno griego reaccionó poniendo todo el campamento en cuarentena, a pesar de que esa medida no debería haberse aplicado allí ya que, debido a las difíciles condiciones de vida que soportan sus residentes, sus derechos básicos se ven altamente afectados.

MSF clínica pediátrica en Moria
MSF: clínica pediátrica en Moria

Destruido el centro médico COVID y la clínica pediátrica

El incendio también ha destruido el centro médico COVID-19 donado por los holandeses y obligó a interrumpir todos los servicios médicos disponibles para la población de refugiados, incluida la clínica pediátrica

Médicos Sin Fronteras informaba a las 17:32 horas de hoy, 9 de septiembre de 2020, que las más de doce mil personas afectadas se han trasladado hacia la ciudad de Mytilini, pero han sido bloqueadas más allá del campo de Kara Tepe, están ahora en la calle sin ningún lugar adonde ir y muchas están comenzando a esconderse en las colinas y dispersarse.

MSF recuerda que hay 35 casos positivos de COVID-19 entre ellos que deben ser trasladados de inmediato a un lugar seguro en el continente o en otros países europeos. Estos hombres, mujeres y niños lo necesitan de inmediato
 
Los equipos de MSF están evaluando las necesidades inmediatas de la población de refugiados y mantienen el contacto con las autoridades para «ver cómo podemos ayudar».

Para la oenegé, la prioridad debe ser «encontrar un lugar seguro para todas estas personas. No contemplamos trasladar a estas personas de regreso a Moria. Las autoridades griegas deben implementar urgentemente un plan de emergencia y evacuación. Estamos listos para apoyar y ayudar con nuestra capacidad médica».

MSF sostiene que mantener casi cinco años atrapadas a personas en condiciones extremas ha «provocado tensiones y desesperación» y que la COVID-19 y con los recientes movimientos de refugiados y migrantes, que han estado confinados casi cinco meses, «la situación se había vuelto simplemente insoportable».

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