El presidente del Perú, Pedro Castillo, protagonizó este miércoles 7 de diciembre 2022 un inédito y fugaz golpe de Estado sin respaldo de los mandos de las fuerzas armadas y policiales, y el Congreso legislativo respondió a la disolución de los demás poderes por el Ejecutivo destituyendo al gobernante y reemplazándole con la vicepresidenta Dina Boluarte, informa la IPS desde Lima.

El ya exmandatario fue interceptado por agentes de la Policía Nacional cuando al parecer se dirigía a la embajada de México para asilarse y quedó detenido en la Séptima Región Policial de la capital, acusado de violar la Constitución.

En la mañana, poco antes de que el parlamento votase una moción de vacancia en la presidencia –la tercera desde que Castillo asumió su mandato quinquenal el 28 de julio de 2021-, el gobernante se adelantó a proclamar la disolución de los demás poderes públicos en una alocución televisada.

Resucitó así, en medio de la larga crisis institucional peruana, el fantasma del «fujimorazo», cuando el presidente Alberto Fujimori (1990-2000) disolvió cuarenta años atrás los demás poderes e inició un gobierno autoritario invocando la necesidad de luchar contra el terrorismo, con pleno respaldo de las Fuerzas Armadas y de la Policía.

En esta oportunidad, en cambio, apenas Castillo hizo su anuncio renunció a su cargo el comandante del Ejército, el general Walter Córdova Alemán.

De inmediato, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional en un comunicado conjunto se desentendieron del anuncio presidencial y reclamaron respeto a la Constitución.

Cientos de manifestantes salieron a las calles de Lima para protestar contra el anuncio de Castillo e incluso bloquearon accesos a la embajada de México, para impedir que el exmandatario de 53 años se asilase en esa legación con su familia.

La embajada de Estados Unidos en Perú emitió un comunicado «rechazando categóricamente cualquier acto del presidente Castillo para impedir que el Congreso cumpla con su mandato», y le instó «enfáticamente» a revertir su decisión.

Mientras Castillo leía su alocución, que incluyó un toque de queda nocturno de seis horas y proclamó respeto a la empresa privada y a los derechos de los trabajadores, el parlamento se movilizó para activar su destitución y reemplazo.

El pleno del Congreso declaró la incapacidad moral permanente de Castillo con 101 votos a favor, seis en contra y diez abstenciones. Votaron a favor de su vacancia incluso algunos parlamentarios de izquierda, la tendencia política del exmandatario.

Acto seguido, el presidente de la Mesa Directiva del parlamento, José Williams, convocó a sesión plenaria para tomar juramento a la vicepresidenta Dina Boluarte como la nueva mandataria del Perú.

Boluarte, abogada de sesenta años que integró la fórmula electoral de Castillo en 2021 con respaldo de su partido izquierdista Perú Libre, y se desempeñó como ministra de Desarrollo e Inclusión Social, será la primera mujer jefa de Estado de Perú.

La nueva mandataria había expresado su rechazo «a la decisión de Pedro Castillo de perpetrar el quiebre del orden constitucional con el cierre del Congreso».

«Se trata de un golpe de estado que agrava la crisis política e institucional que la sociedad peruana tendrá que superar con estricto apego a la ley», añadió.

Betssy Chávez, presidenta del Consejo de Ministros de Castillo, y los demás integrantes del gabinete, renunciaron a sus cargos.

La juramentación de Boluarte se preveía para el final de la jornada con la que se completa un capítulo del año y medio de incesante confrontación entre los distintos poderes e instituciones del Estado peruano.

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