La asociación ecologista Bloom ha interpuesto este 6 de marzo de 2023 una demanda contra el Estado francés en dos procedimientos judiciales distintos, uno ante el Consejo de Estado y otro ante el Tribunal Administrativo, por su actitud destructiva e irresponsable al prevalecer conflicto de intereses, derogaciones ilegales, falta de control de la flota y ocultación de datos medioambientales en la pesca del atún tropical llevada a cabo por veintitrés buques industriales franceses en aguas africanas, especialmente en el Océano Índico.

Tras haber denunciado el pasado mes de noviembre ante el Fiscal de la República francesa el impacto de las actividades opacas de pesca en aguas lejanas, excesivamente destructivas para la vida marina y la salud de los océanos, y llevar ante los tribunales el comportamiento anómalo de la administración francesa, Bloom revela ahora los resultados de un estudio sin precedentes, que demuestra que el Estado francés no ejerce ningún control sobre estos buques industriales.

Según la organización ecologista, para ocultar su inancción ante el fraude constante de sus flotas pesqueras en África, Francia trabaja actualmente en Bruselas sobre la modificación de las normas europeas, y si consigue modificar la legislación europea socavando el «Reglamento Europeo de Control de la Pesca» conseguirá escapar a un procedimiento de infracción abierto contra ella por la Comisión Europea y, por otro, habrá convertido el fraude de sus flotas atuneras en la nueva norma en Europa.

En la pesca de altura del atún tropical, al igual que en otros expedientes marítimos, Francia ejerce una influencia tóxica de primer orden, sostiene Bloom, que considera urgente frenar el descomunal poder avasallador de Francia en África y ante las instituciones europeas.

Citaciones judiciales y procedimiento europeo de infracción

Desde 2015, Francia concede a sus flotas atuneras del Índico el «derecho» a pescar ilegalmente al amparo de la legislación europea. La circular que concede esta posibilidad, y que BLOOM pide ahora que sea derogada por el Consejo de Estado, ha provocado también la apertura de un procedimiento de infracción por parte de la Comisión Europea en junio de 2021, ya que contradice la ley y conduce a un desastre medioambiental.

Mientras prosigue el procedimiento de infracción incoado por la Comisión Europea contra Francia, continúan las capturas ilegales por parte de los franceses, y para poner fin a esta situación lo antes posible, BLOOM lleva ahora el asunto ante el Consejo de Estado.

Además, BLOOM también ha interpuesto una demanda ante el Tribunal Administrativo ante la negativa implícita de la administración francesa a transmitir datos clave sobre el control de los atuneros franceses y sobre el número y ubicación de las balsas flotantes ultratecnológicas que la industria utiliza para capturar hasta el último pez en África: los llamados «dispositivos de concentración de peces» (DCP) a la deriva.

Datos económicos y técnicos

El atún es el pescado más consumido en Francia, con casi cuatro por habitante y año. Sin embargo, no se trata del atún rojo (Thunnus thynnus), la especie emblemática del Mediterráneo, sino de especies tropicales, como el bonito (Katsuwonus pelamis) y el atún claro o rabil (Thunnus albacares), además del patudo (Thunnus obesus), que los mismos buques capturan en menor cantidad.

La pesca europea de atún tropical se desarrolla principalmente en el Océano Índico, en menor medida en el Océano Atlántico y en una pequeña proporción en el Océano Pacífico. Los buques implicados son exclusivamente franceses y españoles y cuentan con una eslora media de entre 80 y 116 meros.

En el caso de Francia, tres empresas se agrupan en el sindicato Orthongel y poseen veintitrés buques. En el de España, el panorama se encuentra más fragmentado, ya que dos sindicatos (OPAGAC y ANABAC) agrupan a unas quince empresas pesqueras que poseen veintisiete barcos. Además de estos barcos, hay al menos 48 buques que navegan bajo un pabellón extracomunitario, pero que en su mayoría son de propiedad española (solo tres son de propiedad francesa).

Al método de pesca de estos buques se le conoce como «red de cerco»: una red vertical de casi dos kilómetros de longitud y trescientos metros de altura se despliega alrededor del banco de atunes con la ayuda de un pequeño buque de apoyo. A continuación, la red de cerco se cierra desde abajo con un sistema deslizante, lo que permite capturar la totalidad de los peces. En la actualidad, casi todas las capturas de los cerqueros europeos se hacen con la ayuda de «dispositivos de concentracion de peces» (DCP) a la deriva, que capturan enormes cantidades de alevines de atún, pero también de especies que no son objetivo de la pesca, como tortugas marinas, tiburones o mantarrayas. Este problema resulta especialmente importante en el Océano Índico.

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