Juan Manuel Fernández Montoya Farruquito presentó su espectáculo Íntimo en el Palacio de Baluarte, en la tercera noche del Festival Flamenco on Fire. Un nombre que genera atracción dondequiera que va por méritos propios.

Farruquito, representante actual de la escuela fundada por su abuelo, Farruco, está más allá de los cánones atribuibles a un bailaor, coreógrafo y productor de sus espectáculos. Es como un hombre orquesta, ya no es cuestión de bailar maravillosamente a su modo inigualable, distinto. Domina el arte escénico, es consciente de cada paso que da en escena y su valor intrínseco de cara al espectáculo y al público. Todo en escena está a su servicio, la iluminación, el sonido, sus artistas, todo de un modo que no es fácil de describir. Y por encima de todo, tiene un carisma suyo propio, ni heredado ni compartido. No sé si esto puede ser una definición de genio, simplemente.

Él no necesita de vanguardias, ni de salirse un ápice del flamenco más clásico, que al mismo tiempo él sabe dotar de modernidad, en su sentido más positivo.

Él, más allá de su baile, de su movimiento en escena, de su abarcar toda la escena, seduce, fascina.

Íntimo responde a todo lo que puede significar tal título. A su servicio artistas, habituales en sus espectáculos. Los cantaores Ismael de la Rosa El Bola y Ezequiel Montoya Chanito, inician con la liturgia de una seguiriya anunciadora de la aparición en escena del maestro, que simplemente la sacraliza. La escenografía es intimista a la par que potencia cada elemento que se mueve en escena, es decir, al servicio inteligentemente intencionado del espectáculo, sobre todo del baile.

Su dúo con Mari Vizarraga recuerda mucho al dúo que vimos en Improvisao. La incursión como invitada de Remedios Amaya, un regalo del maestro a la veterana trianera. Bailaora, otra sevillana, Marina Valiente. En la percusión Antonio Moreno Polito, primo de Farruquito y su guitarrista Antonio Santiago Ñoño, hijo del famoso cantaor Enrique el Extremeño. Entre todo el elenco, podríamos construir una buena historia del flamenco.

Palos tradicionales siguen a la seguiriya iniciática del espectáculo. No faltan los tangos, la soleá, los fandangos, las bulerías, las alegrías… Todo muy íntimo como sin salir de casa que es lo que Farruquito quiere y necesita en este momento. Volver a vivir su vida personal y artística en su intimidad.

Él sabe imprimir su energía a una aparente sencillez. Despliega su sabiduría en cada paso, en cada silencio, en cada percusión llena de música de sus pies, en cada paseo- danza para abarcar toda la escena, en todo. Aquí no se ha dejado nada al azar, todo está milimetrado, excepto claro, el duende que todo lo tergiversa en cada actuación. El duende aparece o no, pero yo juraría que en los conciertos de Farruquito siempre aparece. Al menos siempre ha aparecido cada vez que he presenciado un espectáculo suyo. Que no son pocos.

Farruquito supo meterse en el bolsillo al público de Pamplona, no sé si desde el primer minuto o desde antes de llegar. Él es muy conocido aquí, donde ya ha estado si no me equivoco en tres de las siete ediciones del festival. Y es que él es una garantía de éxito.

Al día siguiente, su musa cantaora, Mari Vizarraga, la niña de las Tres mil viviendas, el barrio sevillano en el que ni la policía se atrever a entrar, volvió a cantar acompañada a la guitarra por Ñoño, en el programa de calles y balcones, en la recoleta Plaza de San José, con un tablaíllo para los dos solos. Hacía frío. En Pamplona hoy era casi invierno y la acústica no era la mejor. Pero el aforo organizado en función de la distancia social, estaba al completo. Y han sabido ganarse al público en sus cuarenta minutos de actuación.

¡Qué buena idea de la organización de este festival de incluir desde el año pasado estos programas matutinos gratuitos!

Seguiremos. Estos días vivimos en inmersión total. Hoy sábado por ejemplo hemos asistido, entre mañana . tarde y noche a cinco eventos de los que seguiremos hablando. Festival corto, intenso, de máxima calidad en estos tiempos víricos.

Teresa Fernández Herrera
Algunas cosas que he aprendido a lo largo de mi vida. Soy Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, master en Psicología del Deporte por la UAM, diplomada en Empresas y Actividades Turísticas, conocedora de la Filosofía Védica. Responsable de Comunicación y Medios en Madrid de la ONG Internacional con base en India, Abrazando al Mundo. Miembro de la British Association of Freelance Writers. Certificada en Diseño de Permacultura. Trainer de Dragon Dreaming, metodología holística para el crecimiento personal, grupal y comunitario en el amor a la Tierra. Colaboradora en Periodistas-es y en las revistas Natural, Verdemente, The Ecologist para España y América Latina. Profesora de inglés avanzado.

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