La normativa de la UE aprobada en 2019, que limita el empleo de grasas trans que no sean de origen natural a un máximo de dos gramos por cada cien gramos de grasa natural, entró en vigor en España este 2 de abril, finalizado el periodo transitorio de dos años, hasta el 1 de abril de 2021, para que las industrias se adaptaran a este límite.

La limitación se aplica tanto a alimentos destinados al consumidor final como a los destinados al suministro a minoristas, de modo que los que no cumplan con estas especificaciones no podrán comercializarse.

El proceso se inició el 4 de diciembre de 2009, cuando la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) dictaminó que la ingesta de ácidos grasos trans debía de ser lo más baja posible.

La Comisión Europea presentó un informe en 2015 sobre las grasas trans, en el que se recordaba que las enfermedades coronarias son la principal causa de muerte en la Unión Europea, y que una elevada ingesta de ácidos grasos trans aumenta fuertemente el riesgo de sufrir cardiopatías, más que cualquier otro nutriente por unidad de calorías, concluyendo que se debería establecer un límite legal para las grasas trans de producción industrial en los alimentos.

El 15 de mayo de 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió que se eliminaran las grasas trans en la producción industrial del suministro de alimentos.

Finalmente, la EFSA volvió a concluir, en junio de 2018, que la ingesta alimentaria de ácidos grasos trans debe de ser lo más baja posible, iniciándose a continuación los trabajos de preparación del proyecto de reglamento.

El alcance del Reglamento, que se publicó en el Diario Oficial de la Unión Europea del día 25 de abril de 2019, se refiere a las grasas industriales, y excluye las presentes de forma natural en las de origen animal, estableciendo un  límite no superior a 2 gramos por cada 100 gramos de grasa. Afecta a los alimentos destinados al consumidor final y a los alimentos destinados al suministro a minoristas. También establece la obligación de transmitir información entre operadores, sobre los niveles de grasas trans, cuando se supere ese límite, para garantizar así su cumplimiento en el producto acabado.

El reglamento entró en vigor el 15 de mayo de 2019, pero permitía un periodo transitorio hasta el 1 de abril de 2021 para que las industrias pudieran adaptarse a este límite.

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