Desde el uno de enero hasta mediados de este mes de septiembre, ha habido 539 incendios que han quemado 3011 hectáreas. 

Este verano Cataluña ha sufrido unas condiciones meteorológicas muy adversas con altas temperaturas, fuertes vientos y humedades relativas muy bajas. Del 10 al 17 de agosto fueron las peores condiciones de los últimos 20 años, según informa el propio gobierno de la Comunidad. No obstante, las medidas restrictivas y de prevención, sumadas a las acciones contundentes de respuesta, permitió superar este episodio sin grandes incendios.

Los bomberos de la Generalitat han trabajado en 2254 servicios, de los cuales, 624 han sido incendios de vegetación agrícola, 611 de vegetación forestal y 1019 de vegetación urbana. Comparado con los datos del año 2019 suponen la mitad de hectáreas quemadas.

Este verano, seis de cada diez incendios han sido causados ​​por la actividad humana, un 40 por ciento se han debido a negligencias y un 20 por ciento, intencionados.

La llegada del mes de septiembre ha supuesto un descenso de las temperaturas y la aparición de varias tormentas, que han hecho reducir considerablemente el riesgo de incendio en todo el territorio. Sin embargo, todavía hay algunas bolsas con sequía preocupante en Cataluña.

La campaña forestal 2021 técnicamente no ha finalizado y continúa abierta para los bomberos, aunque el periodo de más riesgo haya pasado. La desestacionalización provocada por el cambio climático ha llevado a la posibilidad de tener riesgo de incendio forestal todo el año.

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