«El valle de la esperanza», el peso del patriarcado en un Líbano revolucionario

«En ‘El valle de la esperanza’,Carlos Chahine, nacido en Líbano en 1959, explora el destino de una mujer sumisa al patriarcado y recuerda la historia de su país que, en lugar de la prometida armonía pluriconfesional, se perdió en el dédalo del conservadurismo religioso»(cinedweller.com)

«El valle de la esperanza» («La nuit du verre d’eau»), es un drama libanés, primer largometraje del cineasta Carlos Chahine («Terra Incognita», «Le dernier homme») tras una carrera de actor y realizador de cortos.

Protagonizada por Marilyne Naaman (cantante revelación del programa televisivo The Voice), Antoine Mecheb Har, Nathalie Baye («Hasta el fin del mundo», «Alta costura») y Pierre Rochefort («María y los náufragos», «Entre dos trenes»), sucede en el Líbano de finales de los años 1950, en plena crisis política tras la independencia del país.

En el país donde nació y pasó su infancia, Carlos Chahine –exiliado oportunamente en 1975 a causa del comienzo de una guerra que iba a durar hasta 1990- ha rodado su primer largo mezclando la historia con sus recuerdos del pasado, y en él habla del patriarcado, la situación de las mujeres, el amor y la emancipación.

Verano de 1958. Tres hermanas de familia acomodada cristiana pasan las vacaciones en un valle remoto de las montañas libanesas. La tranquila vida del pueblo se ve interrumpida por la llegada de dos veraneantes franceses –una madre y su hijo, médico- y por los ecos de una revolución lejana que retumba en Beirut.

Pero en el seno de la familia de costumbres tradicionales, algo empieza a cambiar cuando Layla, la mayor de las tres hermanas, casada desde los diecisiete años y madre de un niño, abre los ojos ante la sociedad patriarcal que mantiene a las mujeres bajo control, contagiando a sus hermanas: Nada, enamorada de un musulmán al que su padre expulsa de la casa donde vive alquilado, y Eva, apasionada lectora de prensa rosa, a quien sus padres quieren casar lo antes posible.

En la dulce atmósfera estival de un pueblo del Valle, lejos del epicentro de la revolución que tiene lugar en Beirut, las apariencias esconden las realidades de las angustias comunitarias y religiosas: los chiítas guardan resentimiento a los cristianos y no son pocos los que deciden abandonar los lugares donde crecieron. La llegada de «los franceses» es el detonante de una rebelión íntima de las tres mujeres que se rebelan contra el peso del patriarcado en el mundo en que viven.

No seré yo quien cuestione las nobles intenciones del realizador de «El valle de la esperanza[1]», ni la empatía con que se pone del lado de sus heroínas, pero diría que a la película, probablemente con acentos autobiográficos que se ve con interés, «le falta un hervor»; no resulta todo lo convincente que debería esa rebelión de las mujeres para escapar al destino que les han trazado los hombres, hay en el fondo un dramático conformismo en esas mujeres –tanto musulmanas como cristianas- nacidas para depender, sucesivamente, del padre, el marido y el hijo.

  1. «El valle de la esperanza» se estrena en Madrid el viernes 8 de septiembre de 2023.
Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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