No se sabe de quién fue el encargo, pero entre 1660 y 1665 Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682) pintó seis cuadros en los que narraba la parábola del hijo pródigo que se cuenta en el Evangelio de San Lucas. Lo que sí se sabe es que no fue un encargo para un recinto religioso sino para una estancia privada, un interior doméstico o un oratorio particular.

En el siglo diecinueve los seis cuadros pertenecían a la colección del Marqués de Narros y en 1987 recalaron en la National Gallery de Dublín, donados por los coleccionistas sir Alfred y lady Clementine Beit. La pinacoteca irlandesa los acaba de prestar al Museo del Prado después de una reciente restauración, proporcionando así una de las pocas ocasiones en que la serie puede verse fuera de su emplazamiento habitual.

El hijo pródigo es una de las parábolas más conocidas del Nuevo Testamento, a través de la que se exaltan valores del cristianismo como el perdón, la misericordia y la importancia de la familia. Los cuadros de Murillo resumen toda la historia, desde la reclamación de la legítima de un hijo a su padre, el abandono del hogar, la dilapidación de la fortuna, los trabajos humillantes a los que tiene que someterse para sobrevivir y el regreso al hogar paterno para recibir el perdón. Murillo cuenta la historia en seis secuencias en las que recoge los momentos clave, mostrando en las imágenes los valores religiosos y morales que se identifican con la parábola.

Junto a la colección de la National Gallery de Dublín se muestran, junto a sus respectivos modelos, cuatro pequeños cuadros vinculados a esta serie y que son propiedad del Prado. Durante años se creyó que eran bocetos de las obras originales, pero se trata de reducciones que el artista hizo de cada uno de los cuadros.

Junto a las obras de Murillo se exponen también once estampas de pequeño tamaño del grabador Jacques Callot  (1592-1635) que recogen la misma parábola cuyas escenas se explican en versos que figuran al pie de cada miniatura. Parece ser que Murillo se inspiró en algunas de estas obras para su serie del hijo pródigo.

Valdés Leal y Antonio del Castillo

Antonio del Castillo: José ordena la prisión de Simeón.
Antonio del Castillo: José ordena la prisión de Simeón.

El Prado ha aprovechado la exposición de la serie de Murillo para exponer otras dos muy similares, de la misma época y también de autores del Barroco andaluz. La primera narra la historia de José, pintada por Antonio del Castillo, que se conserva íntegra, y la segunda está dedicada a la vida de San Ambrosio, pintada por Valdés Leal. Ambas demuestran los recursos compositivos de sus autores  y su capacidad para narrar episodios seriados.

Juan Valdés: San Ambrosio niega la entrada al templo al emperador Teodosio
Juan Valdés: San Ambrosio niega la entrada al templo al emperador Teodosio

La vida de José, hijo preferido de Jacob, recogida en el Génesis, despertó desde siempre el interés de narradores y artistas. La envidia, que llevó a sus hermanos a planear su asesinato, la intervención de uno de ellos, Rubén, para impedirlo, la entrega como esclavo a unos mercaderes que lo vendieron en Egipto, sus desventuras en la casa de Putifar, ministro del faraón, y sus dotes proféticas para anunciar los siete años de abundancia y de escasez, que lo llevaron al poder, constituyen una serie de episodios novelescos que el pintor Antonio del Castillo (1616-1668) plasmó con maestría y en la que demuestra una gran capacidad para representar afectos y expresiones en los distintos personajes que protagonizan los episodios de la historia.

La exposición se completa con obras dispersas que también en su momento formaron parte de conjuntos seriados. Se las denomina aquí «Lugares de sociabilidad». Uno de ellos recoge escenas de banquetes, y la otra, escenas de la vida cotidiana alrededor de un pozo de agua. Los banquetes eran actos sociales situados en escenarios suntuarios de interior propiedad de quienes encargaban las obras, mientras que el pozo era un lugar de encuentro en el que se llevaban a cabo relaciones sociales en el marco de paisajes al aire libre.

  • TÍTULO. El hijo pródigo de Murillo y el arte de narrar en el Barroco andaluz
  • LUGAR. Museo del Prado. Madrid
  • FECHAS. Hasta el 23 de enero de 2022
Francisco R. Pastoriza
Profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Periodista cultural Asignaturas: Información Cultural, Comunicación e Información Audiovisual y Fotografía informativa. Autor de "Qué es la fotografía" (Lunwerg), Periodismo Cultural (Síntesis. Madrid 2006), Cultura y TV. Una relación de conflicto (Gedisa. Barcelona, 2003) La mirada en el cristal. La información en TV (Fragua. Madrid, 2003) Perversiones televisivas (IORTV. Madrid, 1997). Investigación “La presencia de la cultura en los telediarios de la televisión pública de ámbito nacional durante el año 2006” (revista Sistema, enero 2008).

DEJA UNA RESPUESTA

Escribe un comentario
Escribe aquí tu nombre