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El Hiperrealismo en el Museo Nacional Thyssen Bornemisza

Hiperrealismo: Estes, autorretrato

El Hiperrrealismo es un movimiento de arte figurativo que busca reproducir la realidad con mucha exactitud, con una visión fotográfica, por eso, se suele llamar Fotorrealismo.

El concepto de «hiperrrealidad» proviene de la semiótica y de la filosofía posmoderna, con un sentido vinculado a la era de la cultura tecnológica donde el hombre no distingue la realidad de la fantasía, o juega con la ambigüedad de estas visiones.

La manipulación, la tecnología, los códigos, influyen en la percepción del hombre, en el marco de una sociedad consumista y hedonista, y de una filosofia posmoderna. Baudrillard ha sido uno de los teóricos de esta tendencia, considera que la sociedad en la cual vivimos no es auténtica sino una copia o reproducción donde actúan estímulos y simulación. El signo tiene un valor dentro de nuestra sociedad, el reloj de marca de lujo identifica el status de quien lo lleva. El hombre de la era tecnológica parece enmarcarse cada vez mas en un mundo ficcional, donde la ilusión, la fantasía reemplaza la realidad, en la búsqueda hacia la felicidad.

Esta idea de ilusión o imaginación ya aparece en la antigüedad con el concepto de la «vida como teatro» y la «vida como un sueño». El escapismo a través de diversas manifestaciones parece ser parte de la sustancia del hombre.

La era tecnológica le ofrece al ser humano, a través del internet, mundos virtuales, tan reales como la realidad misma.

A lo largo de la Historia, la búsqueda de la representación real exacta de la naturaleza o los objetos ha sido reconocida como una maestría artística, (Aristóteles consideraba el arte imitación de la naturaleza).

Es extraño pensar que en la antigüedad tuviera tanto valor el captar la realidad con exactitud. Había en el fondo de esta actitud una competición hombre- naturaleza, o de complementación. Lo cierto es que esa actitud de captar la realidad con precisión, con maestría, puede apreciarse como una manera de posesión de esa realidad. Esa emulación de la realidad puede considerarse una manera de vencer, capturar y dominar la realidad.

Durante el Renacimiento, los artistas preocupados por las técnicas y por la mejor interpretación de la tridimensionalidad del mundo real se esforzaron por reproducir y encontrar las formas adecuadas a través de la perspectiva, el volumen, la linealidad y la profundidad, en fin, trataron de crear imágenes convincentes para atraer al espectador.

En el Barroco estas técnicas se llevaron a las últimas consecuencias; naturalezas muertas, bodegones, retratos, son tan fidedignos que el lector intenta tocarlos y desconfia de la verdad óptica. El Clasicismo contuvo el delirio visual y volvió a las reglas, dando énfasis a la perfección técnica y a la habilidad estudiada para captar la realidad.

Actualmente, el hiperrrealismo tiene varias connotaciones: es usado para sorprender al público o mostrar la desmaterialización de esa realidad, o para hacer una crítica de esa realidad.

El Hiperrrealismo Latinoamericano se apoya en una visión por una parte académica, de virtuosismo técnico, de juego óptico según la estética del artista argentino Héctor Borla, mientras que otra vertiente enfatiza la línea científica histórica de retrato de fauna, de aquellos dibujantes que trabajaban con científicos, como Remedios Varo, para describir el animal de la forma más detallada posible. Otra línea muy desarrollada dentro del hiperrealismo de animales es la pintura ecuestre que tiene gran repercusión en la región.

El artista cubano Tomás Sanchez, se inclina al hiperrealismo ecológico, retratando el esplendor y deterioro de la naturaleza.

Cuando entrevisté al pintor chileno hiperrrealista Claudio Bravo, me comentó el deleite que sentía en cada pincelada sobre la perfección de un pliegue de la tela o sobre la tersura de la piel. No era solo la pincelada, intervenía la luz, los reflejos, los brillos y opacidades, el color, la distancia y la aproximación.

Ese virtuosismo lo siente también el lector que goza con la «ilusoria perfección visual.»

El arte siempre transforma la realidad aún cuando pretenda copiarla, reproducirla, o fotografiarla. El arte es siempre una «revelación».

En cuanto al Arte Hiperrealista que aparece en los Estados Unidos, a finales de los años sesenta, vinculado al Pop-Art, tiene una intención crítica, es una reacción a los movimientos abstractos, conceptuales, que saturaban el Mercado. Aunque al principio el Hiperrealismo americano fue criticado, actualmente forma parte de la gran diversidad de tendencias que coexisten en el arte.

Hiperrealismo, Bernardi, Bunny in the corner
Hiperrealismo, Bernardi, Bunny in the corner
Hiperrealismo, Bell, Tropic Nights
Hiperrealismo, Estes, Peoples Flowers. En la imagen de portada: Autorretrato

El director del Museo, profesor Guillermo Solana, comisario de la exposición: «Hiperrealismo en la Colección Blanca y Borja Thyssen-Bornemisza», comenta que esta muestra coincide con el treinta aniversario del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y por eso la pareja Blanca y Borja han decidido abrir al público su colección en el museo, colección que se encuentra en evolución y que permite mostrar: «Cómo se hace una colección de arte».

Para ello, se inicia desde ahora, una serie de exposiciones que año a año, mostraran la formación de la colección contemporánea de arte de la pareja Thyssen.

La primera entrega el 3 de octubre 2022, con entrada gratuita, con la presencia de ocho pinturas hiperrealistas. Se abre con dos vistas neoyorquinas: «People’s Flowers», 1971 y «Autorretrato cerca de Oculus en el World Trade Center», 2017, de Richard Estes (1932) un ícono del Hiperrealismo Americano que tuvo una retrospectiva en el museo, en 2007.

Se incluye a su vez, al artista Charles Bell (1935-1995), con su obra «Noches tropicales, 1991, que junto con Estes, pertenece a la primera generación del movimiento.

Otro de los autores expuestos es Don Jacot (1949-2021), perteneciente a la segunda generación del Fotorrealismo Americano, enfocado en paisajes de su Chicago natal, y en juguetes con bodegones, para luego, al final de su carrera dar imágenes urbanas, como la de la muestra: «La 49 con Broadway, 2019»

La última generación del hiperrealismo ya ampliamente reconocido reúne a Bertrand Meniel (1961), Robert Bernardi (1974) y Raphaella Spence (1978). El pintor Meniel cultiva el paisaje urbano y en su obra «Lucky Dragon» (2009) representa una esquina de Chinatown en San Francisco.

Bernardi prefiere los bodegones de objetos de cristal y golosinas como lo demuestra su obra «Conejitos en la esquina» de 2019. Los cuadros de Raphaella Spence se inclinan por la naturaleza y la polución del medio ambiente: «El sendero» de 2019, y «Schweppes», de 2022.

Esta muestra ofrece doble oportunidad, por una parte el contacto directo con obras del Hiperrealismo Americano y sus características y por otra, observar la formación de una colección de arte actual siguiendo sus pasos, fenómeno poco usual de constatar.

La muestra permanecerá abierta del 3 de octubre 2022 hasta el 15 de enero de 2023. Una buena oportunidad para visitar el Thyssen y esta especial colección con acceso gratuito. Mas información: www.museumthyssen.org

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