El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció este sábado 18 de abril de 2020, que propondrá al Congreso de los Diputados una nueva ampliación del estado de alarma hasta el 9 de mayo, pero con algunas variaciones respecto al actual, como que los niños podrán salir a la calle a partir del día 27 de abril.

Así lo avanzó en una rueda de prensa que ofreció desde el Palacio de la Moncloa tras haber escuchado al Comité Científico y después de la reunión diaria con el Comité Técnico, informa Servimedia.

El presidente explicó que la medida de los niños, para la que pedirá aportaciones de los presidentes de las comunidades autónomas, aún la están «ultimando» con los expertos y con el comité que trabaja en fases de la desescalada, pero que la referencia es la Ley de Salud Pública en la que se fija el techo de edad en los doce años.

Confinamiento

Sánchez dijo que los logros contra la pandemia del coronavirus son todavía «frágiles», por lo que «no es posible levantar» las medidas generales de confinamiento. De hecho, señaló que «la regla general de confinamiento» seguirá en vigor «varias semanas más durante el mes de mayo» y que las medidas serán distintas en cada ocasión: «No va a haber un estado de alarma, sino que va a haber distintos estados de alarmas», avisó.

Está previsto que el Consejo de Ministros del martes 21 de abril 2020 apruebe la solicitud de autorización al Congreso de una nueva prórroga del estado de alarma hasta el 9 de mayo, que será defendida por el presidente en la comparecencia prevista en el Congreso el miércoles 22 de abril.

Los resultados positivos de las cinco semanas de confinamiento permiten «vislumbrar», dijo Sánchez, el «horizonte» de la «desescalada» para mayo aunque todavía no se cumplen todos los requisitos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para dejar atrás las medidas de confinamiento.

Sería «un error muy grave que ahora cediéramos al virus el terreno que le hemos ganado durante este mes largo de confinamiento. Todos los pasos que demos tienen que ser firmes, en base al criterio de los científicos y van a contar con las mayores garantías para evitar recaídas y retrocesos que pongan en riesgo lo que hemos logrado con tanto sacrificio por parte de todos».

Por eso, viendo los «enormes progresos» que animan a trabajar en la fase de la desescalada, el presidente del Gobierno avanzó que, una vez que se pueda caminar por ella, ésta será «asimétrica y lenta» y en función de los parámetros –denominados marcadores- que fijen los técnicos y que no tiene por qué cumplir con delimitaciones institucionales.

«Marcadores que nos advertirán en cada momento, en cada territorio, por un lado del nivel de propagación del virus, y por otro, del vigor de nuestro sistema de salud», y que orientarán las medidas a tomar.

«No tiene por qué ser una comunidad autónoma, ni siquiera tiene por qué ser una provincia», apuntó, al anunciar que se reunirá con la Federación de Municipios y Provincias para pulsar la posición de ayuntamientos, diputaciones y cabildos.

Sánchez insistió en que la desescalada «no tiene por qué ser homogénea. Las realidades son distintas», hasta el punto de que «si vemos que la pandemia está controlada en un territorio,allí podemos ir más deprisa».

Unidad en la desescalada

«Si antes era mucho más importante la unidad», dijo Sánchez, «ahora vamos a entrar en una fase mucho más compleja que va a exigir de esa unidad por parte de todos», y que implicará tanto a los agentes públicos como a los ciudadanos.

El presidente afirmó que fue un «acierto» el confinamiento general, homogéneo en toda España y con «máximos niveles de exigencia para atajar la pandemia en los territorios donde más fuerte atacaba», como el caso de la Comunidad de Madrid, porque así «otros territorios que no tenían extensión del virus tan pronunciada hoy se ven beneficiados».

Pero agregó que esto no significa «que en la desescalada tengamos que dar respuesta homogénea», sino que «podremos darla diferente, asimétrica. No tiene por qué ser por comunidades, ni siquiera por provincias».

Evitar retrocesos

No obstante, Sánchez advirtió de que «las decisiones de desescalada no serán definitivas» y que la única «presión» que las determinará será la de «los expertos que digan qué cosas graduamos y transitamos. Si vemos que hay retrocesos en algún territorio, revisaremos esas decisiones y reaccionaremos, no sólo en términos negativos sino también positivos», apuntó.

«Cuando nos cercioremos de que mantenemos a raya al virus y nuestro sistema de salud está listo, avanzaremos en esa desescalada. Si advertimos el menor riesgo, nos detendremos. Y si es necesario reforzaremos las medidas de protección nuevamente como hemos hecho durante estas últimas semanas» aseveró.

Para esta desescala apeló también la «coordinación interinstitucional» que «pondrá a prueba», dijo, el estado autonómico y donde también serán «muy importantes» los municipios, que se convertirán en «pieza clave» para la implantación de las medidas y el control de la pandemia.

El presidente concluyó que el «desafío» que queda por delante es «muy importante» y que el país en su conjunto debe abordarlo con «unidad y solidaridad» para superar «esta guerra que estamos librando sin bombas».

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