Paula Maddox

El pasado 14 de marzo de 2020, el mundo del audiovisual, que siempre está en constante movimiento, vio como de repente se suspendían cientos de proyectos en todo el país.

Esa paralización, de la que hace ya dos meses, supuso la cancelación de más de 300 rodajes en toda España, con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo y un impacto económico brutal para la industria audiovisual.

«Teníamos muchos proyectos a medias… la única solución fue intentar adaptar los guiones a la realidad que estábamos viviendo. Algunos proyectos se perdieron y no se van a hacer. Y los que puedan esperar, se retomarán cuando todo esto pase», cuenta Adriana Piquet, directora general de la Asociación de Productoras de Cine Publicitario, a Aquí Madrid.

«La propagación del virus de la COVID-19 obligó a cancelar y posponer aproximadamente 300 rodajes en España, pero esta crisis también ha reforzado el valor de la cultura como bien de primera necesidad», añaden desde Spain Film Comission.

Pues, aunque la pandemia ha provocado el parón de la actividad audiovisual y ha generado un impacto negativo en el conjunto del sector, «dicen que de las situaciones más duras surgen las mejores oportunidades. No las dejemos pasar».

Un documental sobre la pandemia

Cuando el estado de alarma se instauró, Berry Espinosa, productor audiovisual freelance, estaba en plena filmación de un largometraje documental. «Además tenía varios proyectos en vías de preproducción: la grabación y el aftermovie de dos eventos. Y también estaba arrancando la preproducción de mi próximo proyecto de ficción como director y guionista».

Pero Berry no sólo vio cómo sus proyectos se suspendían, sino que además la mayoría de los que tenía cerrados a corto plazo los tuvo que aplazar «hasta el año que viene».

Sin embargo, junto a un par de compañeros, decidieron que «como productores y realizadores audiovisuales que somos, necesitábamos sentirnos útiles en esta situación. Así que sobre la marcha, y prácticamente improvisando, nos pusimos a la tarea de filmar un documental sobre la pandemia en Madrid».

«Para ello, lógicamente tuvimos que estudiar y enterarnos rápidamente de cuales eran los protocolos y cómo podíamos gestionar los permisos de grabación».

Berry y sus compañeros

Desde entonces, él y sus compañeros han estado siguiendo día a día, con cámara y micro en mano, lo que estaba sucediendo en la capital del país.

A Estanis la crisis del virus también se le vino encima. «He tenido que dejar al cien por cien varios proyectos desde marzo hasta septiembre. Ahora solo se están grabando cosas sobre la pandemia, quedarse en casa y temas sanitarios», nos cuenta.

Y es que, además de ser productor de videoclips, Estanis se dedica a la retransmisión desde festivales, algo que ahora mismo está totalmente parado. «Evidentemente todas las retransmisiones desde festivales que tenía programadas se han cancelado».

«He perdido mucho dinero, pero lo peor quizá sea el desfase de calendario que todo tiene ahora, pues algunos lanzamientos que tenía programados han sido aplazados sin fecha aún», confiesa.

Las plataformas se quedan sin contenido

Así mismo, Estanis asegura que las plataformas y canales (televisiones públicas, plataformas tipo Netflix, Amazon…) se están quedando sin contenido. «Pero al mismo tiempo no hay dinero ni posibilidades para rodar cómodamente. Por lo que aquellos que puedan producir a coste muy reducido serán los primeros en poder colocar su contenido».

Desde luego, la paulatina vuelta a poder rodar será muy diferente a como era antes. Principalmente «porque las medidas de seguridad y sanidad encarecerán mucho las producciones».

Además, el tiempo que se tarde en rodar una escena probablemente sea mucho más largo, «pues sólo el equipo técnico y artístico de rodaje tendrá acceso al set. Sin olvidarnos tampoco de las medidas extras de protección (guantes, mascarillas, etc) ya que en montaje y rodaje algunas veces el distanciamento físico es imposible», apunta.

Es por ello que grandes asociaciones como Fundación Secuoya, Spain Film Comission y APCP han querido crear distintos protocolos para asegurar el futuro del sector promoviendo rodajes seguros.

Rodajes con garantías

«Es cierto que será necesario destinar una mayor cantidad de recursos para compensar las limitaciones logísticas derivadas de la situación. Por otro lado, se dedicará el tiempo necesario en todas las fases de producción para cumplir con las medidas de prevención que salvaguarden la seguridad de los trabajadores. Además, cada persona que asista al rodaje deberá firmar una declaración que indique que no ha sido diagnosticado positivo COVID-19 y que no ha presentado síntomas en los últimos 14 días», apuntan desde APCP.

A fin de evitar el contagio, siempre que sea posible se optará por el teletrabajo y la documentación digital. Aún así, «los centros de trabajo deberán contar con las medidas de higiene y seguridad necesarias tales como contenedores de depósitos higiénicos señalizados con cartelería para tal fin, gel desinfectante a la entrada del set de rodaje y EPIs para las personas que accedan al set».

Por otro lado, para la realización de los castings se han propuesto dos opciones diferentes. Una opción será por SELF-TAPE (videos autograbados por los actores en sus casas, con las indicaciones previas del director de casting) y una segunda opción será que el director de casting cite y grabe en directo a cada uno de los actores mediante videollamada.

Luces, cámara, acción

A partir de este lunes 11 de mayo, aquellos territorios que hayan pasado a la fase uno podrán desplazarse dentro de la provincia (y entre provincias que estén también en la misma) con fines laborales.

También se podrá rodar en localizaciones privadas, previo acuerdo con la propiedad. «Y, para poder rodar al aire libre, serán las Administraciones Públicas de cada Comunidad Autónoma las que determinen si se puede o no y en qué condiciones».

Otra medida importante es que, durante el día de rodaje, deberán estar las personas mínimas indispensables para realizar la filmación, estableciéndose que el ‘equipo esencial’ no debe ser mayor de treinta personas de equipo técnico y diez del artístico.

Así mismo, una persona con formación sanitaria tomará la temperatura con un termómetro sin contacto a cada uno de los trabajadores antes de acceder al set. Y, en el caso de temperatura mayor de 37 grados, se le enviará a su domicilio o a un centro de salud para que le diagnostiquen el origen de la fiebre.

Es por ello que desde las productoras aconsejan que se tenga previsto un Back-up (reserva) de los principales miembros del equipo artístico, por si hubiera una baja imprevista.

Con todas estas medidas, «estamos convencidos de que una vez frenada la ola de contagios con medidas muy drásticas, el sector estará en condiciones de tomar medidas urgentes para recobrar la actividad económica en un plazo corto de tiempo», sentencian desde la Fundación Secuoya.

El futuro de la industria

De cara al futuro, Berry confiesa que la industria audiovisual seguirá siendo rentable, «el problema es para cuántos y para quién. Si el cine y las artes audiovisuales ya eran antes de la pandemia un sector cerrado y elitista, creo que si no se toman medidas democratizadoras para salir de esta crisis, se minimizará la cantidad de gente que pueda vivir del audiovisual».

Es tan necesario como urgente que de esta crisis se salga apoyando a las capas populares de la sociedad, o serán unas pocas productoras las que puedan rentabilizar sus estrenos.

«De todos modos, y como matiz optimista, la cultura ha estado presente durante toda la historia de la humanidad. El cine, la ficción, el teatro, los espectáculos no van a desaparecer. El problema es que si de esta crisis se sale como de la del 2008, muy pocos tendremos el derecho de poder vivir de esto».

Y es que, al final, serán las políticas sociales y de apoyo a la cultura las que salven a la industria audiovisual de la catástrofe.

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