El Congreso aprobó el 8 de abril de 2021 el proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética y su remisión al Senado, un texto que establece los objetivos para alcanzar la plena descarbonización de la economía española antes del año 2050 con un sistema eléctrico cien por cien renovable.

La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, valoró que se apruebe «una ley de clima enormemente ambiciosa como resultado de un trabajo conjunto sobre el que todavía, seguro, queda margen para seguir mejorando en una trayectoria que no es lineal, sino que debe incrementarse progresivamente conforme vayamos alcanzando velocidad de crucero en el tiempo por venir, porque en el cambio climático llegamos tarde».

Según Teresa Ribera la nueva ley permitirá modernizar la industria y hacerla competitiva en los nuevos mercados, fortalecer el tejido social, atraer inversiones en las tecnologías del futuro, evitar riesgos financieros, generar empleo estable y facilitar una distribución equitativa de la riqueza en el proceso de descarbonización, guiado por criterios de justicia social y estrategias de transición justa.

El proyecto de ley marca objetivos cuantificados de gases de efecto invernadero, de renovables y de eficiencia energética, que constituyen un mínimo porque se revisarán siempre al alza, y se sitúan por encima de aquellos objetivos asignados por la Unión Europea (UE) a España:

  • En los objetivos de reducción de emisiones en sectores difusos (movilidad, usos térmicos en edificios, residuos o agricultura): España se compromete a una reducción del 39 por ciento, trece puntos por encima de la meta del 26 por ciento fijada por la Unión Europea.
  • Mientras la UE establece una penetración de renovables entre un 38 y un 40 por ciento en el consumo final de energía para 2030, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima establece para España un 42 por ciento.
  • En lo que respecta a eficiencia energética, Europa considera necesario un aumento de entre el 36 y el 37 por ciento para 2030, mientras que el objetivo español se sitúa en el 39,5 por ciento.

Greenpeace considera los objetivos marcados insuficientes para cumplir con el Acuerdo de París

Conocida la aprobación por el Congreso, Greenpeace ha lamentado que el paso del Proyecto de Ley por el Congreso no haya servido para lograr la principal mejora que necesitaba: aumentar sus objetivos climáticos para luchar de forma decidida contra la emergencia climática.

Señala concretamente que el texto del proyecto de ley se ha debilitado durante este proceso al dejar la puerta abierta a los combustibles fósiles y permitir el uso del gas en todo el transporte, hecho «inadmisible» para la organización ecologista, que sí reconoce algunas mejoras, como la prohibición de la minería de uranio, la rehabilitación energética o el cálculo de la huella de carbono en el sector financiero. 

«Si en una situación de emergencia, esta ley es lo máximo a lo que aspiran tanto el Parlamento como el Gobierno, entonces este país tiene un grave problema, ya que no podrá cumplir con el Acuerdo de París», ha declarado Mario Rodríguez, director ejecutivo de Greenpeace

Greenpeace considera una cesión inadmisible ante el lobby de los combustibles fósiles que se permita el uso indiscriminado de «combustibles alternativos» en todo el sector transporte, gracias a un cambio de última hora en el artículo once que abre la puerta a la promoción del gas fósil para el transporte por carretera, no solo al sector aéreo, demorando la necesaria electrificación del automóvil y reduciendo la disponibilidad de dichos combustibles alternativos.

La ley tampoco contempla la eliminación de las subvenciones a los combustibles fósiles y a otros sectores que perjudican el clima, como las aerolíneas y la agricultura y ganadería industrial. 

Aspectos que refuerzan la ley tras su paso por el Congreso

A falta de que se publique el texto definitivo aprobado, Greenpeace reconoce algunas mejoras durante su tramitación en el Congreso, como la ampliación del artículo 8, que incluye ahora la prohibición de las actividades de exploración o explotación de yacimientos minerales radiactivos como el uranio. 

También se refuerza la apuesta por la rehabilitación energética de edificios, incluyendo la gestión de la demanda, la promoción del autoconsumo y su orientación a fijar las medidas para la población más vulnerable, que será vital para el empleo y clave en la recuperación verde, así como la consideración del cambio climático en la seguridad y dieta alimentaria recogida en su artículo veinte. 

Además, el hecho de que se contemplen medidas de gestión sostenible del medio terrestre y marino facilita el desarrollo de políticas positivas para el reto demográfico. Greenpeace considera que resaltando las externalidades positivas que proporcionan los sumideros de carbono terrestres y marinos (carbono azul), especialmente los servicios ecosistémicos que proporcionan los sectores agrario y forestal, se avanza en una buena dirección. 

Por último, durante el proceso de tramitación también se ha incorporado una tímida mención sobre la necesidad de una reforma fiscal que incluya la fiscalidad verde, aspecto que, para la organización ecologista, es uno de los pilares de la recuperación verde y justa y que se ha visto escasamente reflejada en el texto aprobado «con muchos condicionantes y sin hacer una apuesta valiente». 

Verdes Equo y Más País consideran decepcionante el proyecto aprobado

La ley de Cambio Climático aprobada es insuficiente a ojos de la ciencia y las organizaciones ecologistas, y el grupo parlamentario de Más País y Verdes Equo consideran decepcionante la falta de valentía y la escasa ambición del Gobierno de PSOE y Unidas Podemos, criterio que ha motivado su abstención en el trámite parlamentario

En su opinión, reducir las emisiones contaminantes solo un 23 por ciento de cara a 2030, cuando la ciencia reclama al menos un 55 por ciento, hace que estos objetivos nazcan viejos y obsoletos. Según Inés Sabanés, diputada de Más País y Verdes Equo, «la realidad es tozuda y la ciencia es clara. Y todos sabemos que podemos y debemos hacer más y lo teníamos que haber hecho desde ayer. No se entiende esta falta de valentía ante la cruda realidad climática».

Verdes Equo y Más País han valorado, no obstante, que «gracias a nuestra presión en la negociación, se ha conseguido que la Ley Climática de un paso importante en la participación ciudadana, incluyendo la celebración de asambleas ciudadanas climáticas, así como mayor protección legal a la Red Natura 2000 ante los megaproyectos energéticos». 

Más País y Verdes Equo afirman que se han abstenido teniendo en cuenta algunos avances conseguidos por su grupo y para no obstaculizar la  aprobación de la primera Ley de Cambio Climático de España. Sin embargo, subrayan que «no podemos respaldar una falta de ambición muy lejana de lo marcado por la ciencia y pedida por la juventud y la sociedad civil. De ahora en adelante, redoblaremos esfuerzos para aumentar la ambición y alinearla con la ciencia, y escuchar a la juventud en la calle y la sociedad civil. El único camino posible es la ambición».

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