Margarita Domínguez Guijarro[1]

En estos días son muchos los medios de comunicación y personal que trabajan en las residencias para mayores que están preguntando si es o no verdad que se va a proceder a una desescalada en estos centros.

En esta Organización Sindical no hacemos nada más que sorprendernos con lo que llega desde el exterior a nuestros teléfonos.

En el momento actual no creemos conveniente ninguna desescalada en estos centros, debido a que a día de hoy no se tiene un mapa claro de la situación en la que se encuentra el nivel de contagio.

Es decir, se tienen que haber hecho los test de anticuerpos para identificar a los usuarios y trabajadores que ya han pasado la enfermedad y hacer PCR periódicamente al resto para identificar rápidamente a aquellos que estén en fase aguda (contagiosa). Esto hasta el momento actual no se ha hecho.

Sí se han hecho test, solo a los trabajadores y trabajadoras que se incorporan después de una baja y a los usuarios que se encuentran en la zona con algún síntoma (posibles). Los asintomáticos tampoco son testados.

Con este panorama entendemos que no se puede llevar a cabo ninguna desescalada racional que quiera salvaguardar la salud pública en estos centros.

A esta situación se añade otra en la que se encuentran los usuarios desde hace dos meses e igual de importante, que es el aislamiento total en las diferentes habitaciones, sin poder pasear, desorientados por el cambio constante de ubicación, cambiando de manera continua los referentes de auxiliares según en la zona en la que estén (aislamiento, posibles y limpios) debido a los rápidos cambios que entre las áreas existen.

Entendemos que esto es una deshumanización y que atenta contra los intereses tanto de los usuarios como de sus familiares. Por eso, desde UGT, reclamamos de manera constante la práctica de los test para tener un mapa entero y concreto de cada una de las residencias.

Desde la perspectiva global que debe tener en cuenta tanto la parte sanitaria como la parte social en los derechos de cada individuo, creemos que la desescalada debería hacerse en aquellos centros donde no existan contagios nuevos y donde los residentes se encuentren en la zona limpia.

Se podría hacer de forma parcial si los centros tuvieran la diferenciación de las zonas de contagio claramente controladas por medios arquitectónicos y de personal que las atiende, cosa que en la actualidad es poco probable dada la merma de personal que existe en estos centros.

Aparte, se deben extremar las medidas de protección de los visitantes (facilitándolo las propias residencias), guantes, mascarillas, geles hidroalcohólicos, control estricto de las visitas y de los lugares de encuentro, tiempo de permanencia y toma de temperatura que no debe ser superior a 37,5 grados para así facilitar el seguimiento de los contactos efectuados.

Se debería dejar entrar a familiares para el acompañamiento al final de la vida, donde el tiempo de permanencia y el número sea autorizado por los directores de los centros con dependencia de las situaciones de cada residente y siempre con la protección máxima y los equipos de protección adecuada.

  1. Margarita Domínguez Guijarro es la titular de la Secretaría del Sector de Dependencia e Intervención Social de FeSP-UGT Madrid

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