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Paula Maddox

Amnistía Internacional ha presentado este martes 17 de marzo de 2020 un decálogo de derechos humanos para afrontar la pandemia del Coronavirus. Conscientes de que, frente a la crisis sanitaria, los Estados pueden imponer ciertas restricciones que perjudiquen a los derechos humanos, desde Amnistía han querido reivindicar que tales medidas deben ir acordes con el marco general de derechos humanos.

“Somos conscientes de que nos encontramos ante una situación extraordinaria y que hay que tomar medidas severas”, ha apuntado Esteban Beltrán, director de AI España.

Sin embargo, para esta organización es fundamental que los derechos humanos se coloquen desde el principio en todos los esfuerzos de prevención, preparación, contención y tratamiento. “Es imprescindible recordar que el respeto a los derechos humanos no es un lujo que solo puede darse una vez que se haya minimizado la amenaza para la salud pública, sino que debe situarse en el centro de las medidas que se tomen», ha sentenciado Beltrán.

Decálogo en tiempos de crisis

Medidas de prevención:

  1. Las cuarentenas afectan al derecho a la libertad y la seguridad personal, por lo que deben ser de duración limitada y revisarse periódicamente y, si hay varios tipos de limitaciones posibles, debe adoptarse la menos restrictiva.
  2. Las restricciones y prohibiciones de viajar también afectan al derecho a la libertad de circulación, por lo que deben aplicarse de forma proporcional y no tener carácter discriminatorio.
  3. Según algunos informes, ciertos Estados como China o Irán respondieron al Covid-19 restringiendo la difusión de información sobre el virus y subestimando sus riesgos y grado de propagación. Por ello, todos los Estados deben garantizar a sus ciudadanos el acceso a una información clara, accesible, oportuna y significativa sobre todo lo que envuelve al coronavirus (grado de amenaza para la salud, medidas para mitigar los riesgos, así como consecuencias futuras).
  4. Así mismo, los Estados deben garantizar que todas las personas tengan acceso a la seguridad social, incluida la baja por enfermedad, la atención a la salud y la baja parental. De la misma forma, el Estado también debe asegurar que todas aquellas personas migrantes, con trabajos precarios, con bajos ingresos o que trabajan bajo demanda (en base a encargos puntuales) también tengan acceso a las prestaciones que ofrece la seguridad social.
  5. Los trabajadores de la salud son uno de los grupos más vulnerables frente a esta epidemia. Por ello, es necesario e imprescindible que se les proporcionen EPI adecuados y de calidad, así como formación y apoyo psicológico para afrontar estos duros momentos.

Acceso a la salud:

  1. Los Estados deben trabajar para conseguir que las vacunas y las curas que se puedan desarrollar, así como la atención médica y las instalaciones sean asequibles para todas las personas, sin discriminación.
  2. El derecho a la salud incluye no solo la salud física, sino también la salud mental. Por ello los Estados deben garantizar que el apoyo psicológico esté disponible para posibles consecuencias de la epidemia de Covid-19, como puedan ser la ansiedad o la depresión.

Grupos vulnerables:

  1. Las personas mayores y aquellas que padecen enfermedades como asma, diabetes o cardiopatías, tienen más probabilidades de enfermarse gravemente, por lo que los Estados deben comprometerse a protegerlas. Así mismo, las personas que viven en la pobreza, las personas sin hogar, las personas migrantes en situación administrativa irregular así como las personas con ingresos más bajos y empleo inseguro, son también grupos vulnerables que deben recibir especial atención por parte de las autoridades. Igualmente, es indispensable el acceso a pruebas de detección y tratamiento en el sistema de acogida residencial de menores, en los Centros de Estancia Temporal de inmigrantes (CETI), en los Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) y en las prisiones.
  2. Las mujeres y niñas también son un grupo vulnerable, en tanto en cuanto están expuestas a mayores retos y a desigualdades de género en el acceso a la salud y la toma de decisiones. Por eso es imprescindible que determinados servicios, como los de atención a mujeres que sufren violencia de género, continúen funcionando.

Solidaridad y cooperación internacional:

  1. Por último, la cooperación internacional debe ser fundamental en momentos como este de crisis sanitaria. Los Estados deben apoyarse mutuamente y proporcionar a las organizaciones internacionales toda información útil y necesaria sobre la propagación del virus.

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