La convivencia en Cuba de paternidades tradicionales, emergentes y diversas entraña retos para las políticas públicas dirigidas a acortar brechas de género, junto a necesarios cambios culturales a favor de la equidad, informa Luis Brizuela (IPS) desde la Habana[1].
«Tuve la dicha de implicarme desde el principio en la concepción, cuidado y educación de mi hija, de nueve años. Asumí su crianza cuando su mamá laboró en el extranjero de 2017 a 2019. Fue un reto, pero me hizo mejor persona», explicó a IPS el ingeniero Raidel Mastrapa, residente en La Habana Vieja, uno de los quince municipios de la capital cubana.
Este padre de 38 años reconoce que el arraigado machismo en la sociedad cubana lleva «todavía a muchos hombres a dejar casi toda la crianza en las madres, mientras ellos se limitan a dar dinero, regañar a los menores y quizás sacarlos a jugar. Otros se divorcian y se desentienden de los hijos».
En Cuba escasean los datos sobre la participación de los hombres en las diferentes etapas de la paternidad como la planificación familiar, controles prenatales, presencia en el parto y seguimiento postnatal, entre otros.
Un sondeo sobre paternidad responsable y activa en la primera infancia, hecho por la Oficina en Cuba del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en 2018, encontró que solo 34 por ciento participaba en las actividades de aprendizaje de sus hijos e hijas.
Apenas uno por ciento de los encuestados alegó tener un conocimiento integral de los aspectos jurídicos relacionados con la paternidad responsable.
El ejercicio de «una paternidad responsable es importante para que niños y niñas crezcan en ambientes de afecto, de respeto, de mensajes favorables a la igualdad de género», explicó a IPS el periodista y padre Jesús Muñoz.
«El diálogo y la cercanía con la figura paterna influye en que hijos e hijas puedan desarrollar de forma positiva su autoestima y capacidad para tomar decisiones», agregó Muñoz, integrante de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades (Riam).
Creada en 2007, y coordinada desde la isla, la Riam es un proyecto que busca mediante el activismo generar conciencia sobre problemas como la violencia de género, los estereotipos de masculinidades, el papel de los medios de comunicación para reproducir prejuicios y mitos, las nuevas formas de ser hombre, la paternidad y otros temas afines.
Iguales en derechos y responsabilidades
Para incentivar modelos de familias más inclusivos y diversos, entidades como el estatal Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) organiza desde 2014 las Jornadas de maternidad y paternidad responsables. Iguales en derechos y responsabilidades.
La novena edición de las jornadas transcurre del 14 de febrero al 4 de abril 2022, con el lema Convivencia familiar en equidad, y reunirá conferencias magistrales, talleres, cursos de postgrado, intercambios virtuales y actividades comunitarias.
Estos espacios de debates van dirigidos a reflexionar sobre modelos de familias más inclusivos y diversos, así como el ejercicio efectivo de derechos.
Las jornadas coinciden con la discusión popular del 1 de febrero al 30 de abril 2022, en barrios y comunidades de los 168 municipios de la isla, del proyecto de ley del Código de las Familias, que buscará sustituir el actual que data de 1975.
Además de reconocer la pluralidad de formas que puede adquirir esa célula básica de la sociedad, la norma se basa en los principios de igualdad, no discriminación y derecho de toda persona a fundar una familia que ampara la Constitución, vigente desde 2019.
«El enfoque del Código aporta elementos para las mujeres, y también para los hombres», enfatizó la sexóloga Mariela Castro, directora del Cenesex, durante la conferencia de prensa sobre el inicio de la novena edición de las Jornadas de maternidad y paternidad responsables.
«Al ser (una norma) plural, está reconociendo que no solo hay madres y padres heterosexuales, sino también una diversidad de convivencias familiares donde puede estar la figura de la paternidad homoparental, lo cual se reconoce por primera vez», precisó Castro a una pregunta de IPS sobre la crianza equitativa.
El proyecto de Código de las Familias aprobado en diciembre por la Asamblea Nacional Popular, el unicameral parlamento cubano, y que se someterá a referendo en el segundo semestre, incluye la posibilidad del matrimonio igualitario, la adopción para parejas del mismo género y la gestación solidaria.
En sintonía con legislaciones contemporáneas, el texto propone modificar el concepto de patria potestad por el de responsabilidad parental lo cual busca, según especialistas, transitar de relaciones intrafamiliares verticales y autoritarias hacia un paradigma más horizontal en la comunicación, crianza y educación de las y los menores por sus progenitores, tutores, abuelos y otros familiares.
«El Código de 1975 dedica solamente cinco incisos a lo que titula ‘Derechos y deberes de los padres’; mientras el proyecto actual incluye veintiún incisos a lo que nombra como ‘Contenido de la corresponsabilidad entre madres y padres respecto a hijos e hijas menores de edad’», comparó la abogada cubana, residente en México, Alina Herrera.
En intercambio con IPS vía correo electrónico, la jurista valoró el cambio de «muy positivo», a partir del «reconocimiento del principio de interés superior de niños, niñas y adolescentes, y también con la enumeración descriptiva de sus derechos».
Añadió que los veintiún incisos aportan «nuevos valores en nuestro ordenamiento jurídico, como promover el cuidado al medio ambiente, permitir el libre desarrollo de la personalidad, la crianza positiva en el amor y la estabilidad emocional, la educación inclusiva, dejarlos participar en la toma de decisiones familiares, ser escuchados y acompañarles en su autonomía progresiva».
Brechas y estereotipos en cifras
En años recientes, Cuba ha adoptado nuevas políticas para cerrar brechas derivadas de la cultura patriarcal y machista que aún hegemoniza las relaciones sociales y familiares.
Desde su publicación el 8 de marzo de 2021, el Programa para el Adelanto de la Mujer devino política de Estado para, además de impulsar el empoderamiento económico de ellas, avanzar en la igualdad de género, la eliminación de estereotipos sexistas y la atención a manifestaciones de discriminación y violencia basadas en género, entre otros aspectos.
Madres y padres pueden acordar quien se acogerá a la licencia retribuida a partir del vencimiento de la licencia posnatal -doce semanas tras el parto- y hasta el año de edad, desde que en 2003 entró en vigor el decreto-ley No.234.
Sin embargo, unas 47.000 mujeres y apenas cinco hombres recibieron prestaciones por maternidad o paternidad durante los primeros once meses de 2021, según datos oficiales.
Estadísticas anteriores señalaron que de 2006 a 2014, solo 125 hombres optaron por la licencia paterna en este país insular caribeño de 11,2 millones de habitantes.
Una investigación del Centro de Estudios de la Mujer, de la no gubernamental Federación de Mujeres Cubanas, corroboró a finales de 2021 que «jefes y jefas de hogar mantienen ideas estereotipadas respecto a la maternidad y la paternidad, al considerar que los bebés necesitan más cercanía de la figura materna y que un hombre no puede dar el mismo cuidado a un niño o niña que una mujer».
Antes, la más reciente Encuesta Nacional de Igualdad de Género, efectuada en 2016, expuso que las cubanas dedican como promedio catorce horas más que los hombres al trabajo no remunerado en la semana, asumiendo la mayor parte de la carga de trabajo doméstico y de cuidados, y ellos doce horas más que las mujeres al trabajo remunerado.
«Trabajar desde diversas aristas para promover paternidades responsables es uno de los caminos más viables para reestructurar la relación tradicional que tienen los hombres con las labores de cuidado (y autocuidado) y con los afectos», subrayó Muñoz.
A su juicio, «trabajar por paternidades corresponsables devuelve beneficios amplios en cuanto a igualdad y equidad, porque ayuda a percibir los procesos de planificar, gestar, criar, educar y acompañar para toda la vida como cuestión compartida, responsabilidad de toda la familia».
Muñoz convino en que «los hombres deben trascender el rol de proveedores, de persona que impone disciplina, corrige o que tiene potestad para tomar decisiones por otras personas de la familia».
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Un padre empuja un coche en el que viajan sus tres hijos, en el municipio de Playa de La Habana. Especialistas argumentan que amén las políticas y programas institucionales para ayudar a madres y padres en la crianza y educación, en Cuba es necesario un mayor énfasis en las paternidades como un derecho de los hombres jóvenes y adultos, desde la corresponsabilidad. © Jorge Luis Baños / IPS