Expertos en epidemiología y matemáticas de varias instituciones estadounidenses han solicitado la creación de un banco mundial de datos para que médicos, científicos y organizaciones sanitarias puedan avanzar en la lucha contra este virus.

La idea es ahondar en otros aspectos que en la actualidad se están obviando, dado que todos los datos se centran en el número y la distribución geográfica, si bien existen otras cuestiones mucho más complejas, tales como las variaciones en el patógeno, las variables sociales, las distintas intervenciones, etc.

Esta petición ha sido cursada desde el Science Translational Medicine con el fin de comprender los desafíos que, sin precedentes, está planteando el SARS-COV-2 y de ahí, incluir la interacción del patógeno-huésped, la excreción del virus, el número de partículas infecciosas liberadas, la duración de la estabilidad viral, la diseminación, los contagiadores, así como los cambios en el genoma viral que se dan cuando existen concentraciones de personas.

De la misma manera, necesitan estudiar el ámbito de las intervenciones y otros consejos que se han dado a la población, como son evitar desplazamientos al trabajo, intervenciones de contacto y la movilidad, entre otros. Para los investigadores también se debe destacar todo el impacto de las cuarentenas, la higiene de las manos, el uso de mascarillas, las medidas de educación pública, las terapias antivirales y de anticuerpos y, sobre todo, las vacunas posibles para contrarrestar esta enfermedad tan agresiva.

Este asunto se debe valorar de puntillas, ya que, por cuestiones de privacidad y seguridad, los organismos encargados de recopilar datos pueden no estar dispuestos a cederlos, aunque considerando que esto es una emergencia de salud pública, sí debieran, añaden. Por la ley de protección de datos existe una contradicción, porque actualmente, con los teléfonos móviles se tendrían ubicaciones temporales de las regiones, y se valoraría en tiempo real los casos del Covid-19.

Por esta razón, consideran que un banco de datos que organice la información según los módulos patógeno-huésped podría dar cuenta del impacto y ofrecer medios eficaces y reales para intercambiar conocimiento y, con ello, permitir que se evolucione respecto a la enfermedad. A día de hoy esto se está haciendo por separado en grupos de investigadores independientes; unos de Estados Unidos, otros de China, otros de Europa, y se podría predecir la propagación de las infecciones por el nuevo coronavirus y, con ello, coordinar el objetivo común que no es otro que saber más de la enfermedad.

Ana De Luis Otero
Periodista. Doctora en Ciencias de la Información. PhD. Máster en Dirección Comercial y Marketing. Fotógrafo. Consultora de Comunicación Socia directora LOQUETUNOVES.COM; Presidenta de D.O.C.E.( Discapacitados Otros Ciegos de España); Secretaria General del Consejo Español para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia (CEDDD); Miembro del CEDDD autonómico de la Comunidad de Madrid; Miembro del Consejo Asesor de la Fundación López-Ibor; Miembro del Comité de Ética de Eulen Sociosanitarios; Miembro de The International Media Conferences on Human Rights (United Nations, Switzerland); exdirectora del diario Qué Dicen. Divulgadora científica, comprometida con la discapacidad y la accesibilidad universal. Embajadora de honor "Ñ". Representante en EASPD Europe del CEDDD Inclusive Life

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