El delegado del Área de Familias, Igualdad y Bienestar Social del Ayuntamiento de Madrid, Pepe Aniorte, informó este viernes 29 de enero de 2021, junto a la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, de que el 28,6 por ciento de las personas que ha solicitado ayuda durante la pandemia nunca lo había hecho antes.

Así lo indicó durante la presentación del informe del Diagnóstico Social 2020 sobre el impacto de la COVID-19 en las familias madrileñas, donde advirtió de la «expansión descomunal» de las familias que solicitaron ayuda por la capital.

El delegado explicó que el perfil de los nuevos demandantes de ayuda en los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid eran familias jóvenes con hijos, muchas de ellas con una familia monoparental femenina con algún hijo.

Por zonas, además de las zonas más habituales como Carabanchel, Puente de Vallecas, Villaverde o Usera, Aniorte advirtió que «se han detectado nuevos focos de vulnerabilidad», especialmente localizados en Tetuán y en algunas zonas concretas de Ciudad Lineal y San Blas.

Además, comentó que solo el 63 por ciento de las familias han mantenido sus salarios, por lo que uno de cada tres hogares se empobreció, lo que representa unas cifras que «no habíamos visto nunca».

El delegado señaló que, durante la primera emergencia, entre marzo y junio, se recibieron 114 356 llamadas en el canal 010, de las que 74 890 fueron para solicitar ayuda, siendo un 32 por ciento por parte de extranjeros.

El registro, que analizó si las familias continuaban trabajando en las mismas condiciones que antes de la pandemia, muestra que, en abril, el 82,1 por ciento respondió que no, mientras que en octubre, el 41,8 por ciento seguía sin recuperar la actividad normal previa a la pandemia.

Aniorte dijo que están elaborando un Panel de Hogares para hacer un seguimiento de los domicilios y poder atender sus demandas y además ver cómo éstas van cambiando o van aumentando.

Así, anunció que van a pasar de las 1600 familias actuales a 8000, a las que irán preguntando constantemente y a las que se le hará un seguimiento «para conocer el ritmo continuo de la ciudad y saber qué perfil está haciendo la demanda y dónde se ubica». Además, Villacís avanzó la creación de la Dirección General de la Emergencia Social.

Pérdida de ingresos

El estudio certifica que cerca de un 37 por ciento de los hogares madrileños ha sufrido una caída de sus ingresos a lo largo de 2020. Por lo tanto, casi dos de cada tres hogares han tenido «cierta capacidad» para sortear las dificultades.

La situación no se corrigió significativamente a lo largo de 2020, aunque la posición de los hogares más severamente afectados daba indicios de una «ligerísima» recuperación a finales de año.

Mientras que al principio de la crisis un 9,3 por ciento declaraba pérdidas de sus ingresos superiores al 50 por ciento, en octubre, ésta ya era la situación de solo el 6,1 por ciento de los hogares de Madrid. Sin embargo, a finales de año seguía reinando una «extraordinaria incertidumbre», porque solo uno de cada dos hogares creía entonces que sus ingresos se mantendrían en la primera parte de 2021 y el 50 por ciento restante temía verlos reducidos.

Situación de los jóvenes

El deterioro afectó sobre todo a los jóvenes cuya situación antes de la pandemia ya era precaria. Así, mientras que uno de cada dos trabajadores de menos de 35 años experimentó cambios significativos en su entorno laboral, esto solo sucedió para cuatro de cada diez en el resto de la población.

Un 11,6 por ciento de los mayores de 35 que reportaban cambios laborales en 2020 fue despedido y la incidencia de los despidos es mayor entre los menores de 35 años, llegando la cifra al 17,8 por ciento. Y entre ellos, mayor aún para las mujeres de esa edad el porcentaje de despedidas de entre las encuestadas que informan de cambios laborales es del 22,8 por ciento.

Para muchos de estos jóvenes, esta crisis podría dificultar aún más sus transiciones a la vida adulta. Si la evolución de la crisis siguiera golpeando a las familias jóvenes y a los jóvenes que aún no las han formado, se podría reducir aún más la «bajísima fecundidad» que presenta Madrid.

Problemas de salud mental

Por su parte la vicealcaldesa señaló que la crisis sanitaria y económica ha hecho mucho daño también en los aspectos más subjetivos de nuestro bienestar, por lo que el confinamiento multiplicó casi por tres los niveles de morbilidad psiquiátrica, es decir, el riesgo de padecer algún problema de salud mental.

Antes de la pandemia la población con más riesgo en esta dimensión englobaba a un 18,3 por ciento de la ciudadanía, mientras que en abril de 2020 esta cifra subió hasta el 57,6 por ciento. Además, un 49,8 por ciento de los madrileños seguía declarando aún en octubre que su bienestar mental estaba comprometido.

En quien más ha repercutido este deterioro es la población por debajo de los 44 años, con los menores de 30 años a la cabeza durante la peor fase del confinamiento. Por su parte, los mayores de 65 años también se han visto afectados por este incremento de la morbilidad psiquiátrica, pero en mucha menor medida que el resto de la población.

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