La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) informó este 19 de noviembre de 2020, Día Mundial del Retrete, que la Cooperación Española contribuye a la financiación de programas de alcantarillado, baños dignos y tratamiento de aguas residuales en dieciocho países de América Latina, en los que más de 750 mil personas cuentan con aguas residuales tratadas a través del Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento de España.

La AECID recuerda que el agua limpia es esencial para la vida y para el futuro de la humanidad, y los datos indican que las enfermedades diarreicas propiciadas por la falta de saneamiento e higiene ocasionan la muerte de medio millón de menores cada año y contribuyen a la degradación ambiental. 

Para promover el saneamiento y el tratamiento de aguas residuales en las zonas con menor acceso a los servicios, España cuenta con un instrumento específico denominado Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento (Fondo del Agua). Desde hace más de diez años desarrolla programas de fortalecimiento institucional y comunitario, así como de promoción de agua potable y saneamiento en dieciocho países de América Latina y el Caribe. Las intervenciones se centran en zonas rurales y periurbanas, con el objetivo de reducir las bolsas de pobreza y la desigualdad.

Hasta ahora, 1,2 millones de personas han accedido a servicios de saneamiento gracias a los programas de este Fondo, y otras 752 865 ya están tratando sus aguas residuales. Las operaciones no sólo se encargan de apoyar el desarrollo de la infraestructura sanitaria (redes de alcantarillado, letrinas, plantas de tratamiento de aguas residuales, tratamientos de excretas) sino de trabajar en el fortalecimiento del operador, y ofrecer un acompañamiento legislativo a los países para proponer marcos jurídicos y estrategias que apoyen el desarrollo del sector y el fortalecimiento de las instituciones responsables de la gestión.

El crecimiento demográfico, la intensificación de las actividades agrícolas, la urbanización, la producción industrial y la contaminación de los entornos naturales, así como el cambio climático están produciendo un creciente estrés hídrico y amenazan el desarrollo de las poblaciones.

La comunidad internacional es consciente de los retos de futuro y por eso tanto la higiene, como el tratamiento de aguas residuales están contemplados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados por Naciones Unidas que establece como metas para 2030 «Lograr el acceso a servicios de saneamiento e higiene y poner fin a la defecación al aire libre» (meta 6.2) así como «Mejorar la calidad del agua, el tratamiento de las aguas residuales y su reutilización sin riesgos» (meta 6.3).  

Según datos de Naciones Unidas (JMP 2017) 4200 millones de personas todavía carecen incluso de un servicio de saneamiento gestionado de manera segura. Mientras en Europa se llega al 80 por ciento de tratamiento, en América Latina sólo se depura el 20 por ciento de las aguas residuales, algo fundamental para proteger la salud y el medioambiente.

En dicho continente todavía 490 millones de personas (casi el 70 por ciento) no acceden a saneamiento seguro.

De acuerdo a cálculos de diferentes organismos multilaterales, lograr el saneamiento mejorado que se exige en los ODS costaría alrededor de 180 mil millones de dólares hasta el año 2030. 

Fondo específico para agua y saneamiento

La AECID indica que el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento se alinea con estos retos y cuenta con una cartera total de 1665 millones de euros, con 881 millones de donaciones de España, focalizada en el cumplimiento efectivo de los derechos humanos al agua y al saneamiento y la Agenda 2030 de Naciones Unidas. Desarrolla 81 proyectos tanto en la modalidad bilateral, ejecutada por AECID, como multilateral, gestionada con la colaboración del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Hasta el momento las operaciones del Fondo han beneficiado a más de 3,4 millones de personas tanto en programas de agua como de saneamiento.

Los programas son gestionados por administraciones públicas como ha ocurrido en Bolivia, donde además de favorecer el acceso al agua y saneamiento a casi medio millón de personas se ha colaborado con el Ministerio de Medio Ambiente y Agua en la Estrategia Nacional de Tratamiento de Aguas Residuales (ENTAR). También se está iniciando en alianza con la UE un programa que impulsará la investigación sobre depuración de aguas residuales en las condiciones del altiplano. 

Otros ejemplos de programas que han apoyado actuaciones de saneamiento, se han desarrollado en Cuba donde se está trabajando en la construcción de varias pequeñas plantas de tratamiento de aguas residuales que vierten en las cuencas tributarias de la Bahía y por otro lado se contribuye a la mejora del sistema ya existente de evacuación de aguas residuales de los barrios de la zona Centro y Habana Vieja de la ciudad. 

Este año 2020 concluye el único programa de saneamiento que se desarrollaba en Chile, donde la Cooperación Española está terminando una propuesta de acceso a baños dignos en población rural dispersa en la Araucanía, donde reside gran parte de la población mapuche. Hasta el momento se ha apoyado la instalación de 479 casetas sanitarias con ducha, baño y cocina y se ha fortalecido a líderes comunitarios para mejorar la gestión de los recursos hídricos.

Además, como ocurre en la mayoría de los programas financiados por la Cooperación Española, se impulsan acciones de higiene y ahorro del agua en los centros educativos.

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