La cita anual de los inventores franceses, el famoso «Concurso Lépine», ha celebrado su 120 aniversario en el Parque de Exposiciones de la Puerta de Versalles, en París, con la exhibición de más de trescientos nuevos inventos compitiendo por el Premio Presidente de la República, el más importante en su categoría.

Según los medios franceses, este domingo 31 de octubre de 2021, un paseo por el recinto ferial ha demostrado que los «inventores» del siglo veintiuno tienen un evidente interés por las propuestas relacionadas con la conservación y mejora del medio ambiente.

Un jurado de 53 ciudadanos franceses ha elegido para recibir el premio Presidente de la República al informático Omar Seck, de 37 años, inventor de una mesa  baja con múltiples funciones para teletrabajar, presentada con el nombre de «Jobstable».

Dispone de una gran pantalla que puede plegarse, un teclado de pantalla táctil integrado, cuatro altavoces y discos duros integrados. Se transforma en 30 segundos. Se puede regular la altura y puede conectarse «a todos los ordenadores portátiles del mercado».

Pensada para teletrabajar desde el sofá, cuenta también con varios espacios de almacenamiento y dispone de varios conectores. «La idea –ha explicado el inventor Seck- es llegar por la mañana con el ordenador portátil y conectarlo con un solo cable, disponer de una mesa que contiene todo lo necesario para el trabajo y mantener una posición ergonómica que no dé dolor de espalda a quienes disponen de poco espacio, y no pueden montarse una oficina en el salón. Está concebida a partir de otra mesa que inventé, antes de que la pandemia extendiera el teletrabajo, para practicar videojuegos».

El concurso Lépine, creado en 1901 por el entonces prefecto de policía Louis Lépine, es la cita anual de los inventores franceses. Con carácter honorífico, los premios del Lépine no incluyen recompensas en metálico; solo el primero de ellos recibe un jarrón de porcelana de Sèvres. El Lépine es conocido en todo el planeta porque a lo largo de su existencia de más de un siglo ha premiado inventos tan útiles y apreciados como las lentillas de contacto, el pasapuré, el bolígrafo, el corazón artificial, la plancha de vapor, los pañuelos desechables… 

En 2018, el enfermero Samuel Mercier, quien trabajaba en las urgencias de los Bomberos de París, ganó el concurso con el invento «MedPack»: un servicio médico completo para zonas difíciles, de siete kilos de peso, que se puede llevar a la espalda como una mochila y se despliega en pocos segundos. 

En 2013, el vencedor fue el saxofonista de 65 años Jean-Louis Vignaud, inventor de una ligadura de latón para «proteger las cañas del clarinete y saxofón, preservar el sonido y evitar fugas de aire».

El ganador del Lépine en 2019 fue el ingeniero informático de 52 años Laurent Tonnelier, inventor de una aplicación que permite detectar alergias e intolerancias alimentarias, llamada «xTag»: «La aplicación establece una relación entre cualquier producto y la tarjeta sanitaria, permitiendo saber rápidamente si el producto se puede consumir, o no». 

En 2020 no pudo celebrarse el concurso por culpa de la pandemia que, evidentemente, se ha visto reflejada en las creaciones presentadas este año, lo mismo que algunos intentos de atacar la catástrofe climática, a base de economizar recursos y ahorrar gastos, como una mascarilla que impide que las gafas se empañen, un picaporte que se abre con el codo, una sortija inteligente, una lona solar para toldos, un artilugio para economizar agua en la ducha o un ingenioso dispositivo para acoplar cualquier silla de ruedas a un scooter o un patinete eléctricos…

En el Parque de Exposiciones se han visto desde juegos para niños hasta una ducha plegable que además se limpia sola, o un robot que separa la basura para ser reciclada. Algunos de los inventos de los últimos meses ya se están utilizando como el Gel Express, creación de un tal Eric Le Méné: se trata de unos terminales que dispensan gel automáticamente en el metro de Toulouse.

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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