Hace escasos días han comenzado las obras de derribó de la casa de los Fernández Cuervo en Leganés. Culmina así un proceso de deterioro que comenzó hace meses sin que ni la propiedad ni el Ayuntamiento pusieran freno a la destrucción de la que era la última casa solariega del pueblo, ubicada en la céntrica Plaza de España junto al antiguo Ayuntamiento.
Queda así sepultada la esperanza de la Federación Local de Asociaciones Vecinales de Leganés que venía reclamando la recuperación para el pueblo de la antigua casona familiar de los Fernández Cuervo. Se trata de una de las últimas casas antiguas de Leganés por lo que conservarla hubiera sido una importante aportación al patrimonio cultural del pueblo.
Sin embargo, en el actual plan urbanístico la casa ya no figuraba como bien protegidos por lo que en la actualidad podría ser derribada legalmente para construir en su enorme solar cualquier otro tipo de edificación con la única limitación de los volúmenes de edificación legal que sean aplicables.
De hecho el destino de la casa parece ser ahora con toda probabilidad el de permanecer como solar durante unos meses hasta que obtenga la licencia para la construcción de un edificio de cinco plantas con un bajo comercial y cinco alturas más dos sótanos para garajes, según permite la actual regulación urbanística.
El proceso comenzará de pleno cuando los distintos herederos alcancen un acuerdo sobre el asunto tras el fallecimiento hace unas semanas de Mari Carmen, la última heredera directa de la familia Fernández Cuervo.
Tras su fallecimiento, el proceso de deterioro del edificio se aceleró inmediatamente y fue necesario establecer una barrera de seguridad para evitar accidentes por el derrumbamiento de la fachada.
Aunque, por los datos de que se dispone, la suerte de la vieja casona estaba ya echada desde hace mucho tiempo. En los últimos años nadie ha hecho nada por la conservación del inmueble pese a que se tenía constancia de la existencia en su interior de elementos y estructuras arquitectónicas de indudable valor histórico.
La reivindicación vecinal era antigua. Ya en alguna ocasión a lo largo del periodo municipal democrático hubo contactos con la familia para la adquisición de la casa por parte del municipio que resultaron infructuosos.
El hecho de que un ayuntamiento se haga con una finca histórica no es nada extraño. En la provincia de Madrid, sin ir más lejos, el Ayuntamiento de Móstoles mantiene la casa del famoso alcalde que declaró la guerra a Napoleón en 1808 y organiza en ella actividades de tipo cultural y social.
La familia Fernández Cuervo ha sido, desde el siglo diecinueve y sobre todo tras la restauración monárquica de Alfonso XIII, una de las familias más ricas e influyentes políticamente de Leganés. Dos de sus miembros han ostentado la alcaldía del pueblo. Un Fernández Cuervo fue alcalde en 1931 hasta la proclamación de la República el 14 de abril de ese año.
La operación que pedían los vecinos a la actual corporación consistiría en la adquisición del inmueble para su posterior restauración y transformación en un centro cultural donde tuvieran su sede tanto asociaciones sociales y culturales como organismos municipales de gestión de esas actividades.
La forma de adquisición hubiera podido abordarse mediante la compra a la familia o, de una manera aparentemente menos gravosa para las arcas municipales, mediante el intercambio del solar de la casona por otras parcelas de propiedad municipal que la familia Fernández Cuervo pudiera aprovechar para construir.