Paula Maddox
Roberto Aguado es una de esas personas que, sin buscarlo, se ha convertido en un héroe para mucha gente. Y es que, a pesar de la situación actual de crisis humanitaria, es en estos duros momentos cuando más se demuestra la solidaridad de los ciudadanos, clave fundamental frente a la pandemia.
Su historia es la misma de todos aquellos que, desde que se detectase el primer caso de coronavirus en el país, han ayudado, en la medida de lo posible, a los que más lo necesitan.
Roberto Aguado vive en Valdetorres de Jarama, un municipio de Madrid, y es el dueño de Cerrajería Jarama. Su historia comienza cuando el pasado lunes 30 de marzo de 2020, a través de Facebook, vio un mensaje en el que pedían material para distintos hospitales de Madrid.
«Leí que en el Hospital Infanta Sofía necesitaban mantas, material, mesillas, percheros, pies de suero… y decidí publicar un post ofreciendo mi ayuda», nos cuenta.
«Me llamaron varias enfermeras de urgencia diciéndome que tenían las bolsas de sangre pegadas con esparadrapo en las paredes. Y, aunque nunca había hecho pies de suero, al ver la situación tan desbordada me puse manos a la obra», explica.
El primer problema surgió cuando, tras ponerse en contacto con él distintas enfermeras, le comentaron que necesitaban muchísimos pies. «Necesitaban más de 100, y yo en mi local solo tenía material para fabricar unos quince».
Además, tras la suspensión por parte del Gobierno de las actividades no esenciales, los almacenes de hierro donde Roberto solía comprar el material estaban cerrados.
Por eso, decidió ponerse en contacto con el Ayuntamiento de Valdetorres para contarles la idea que tenía y pedirles ayuda. Fue José María, el propio alcalde de Valdetorres, quien decidió sumarse a esta iniciativa y ayudar a Roberto. «Desde el Ayuntamiento me dieron el visto bueno, hicieron una autorización para que se pudiera abrir el almacén, y se encargaron de pagar todo el material», explica.
Un día después, el martes 31 de marzo, el material ya estaba en la cerrajería para que Roberto, con la ayuda de su hermano Javier, pudieran crear los cien pies que tenían previstos.
«Prometemos descansar lo menos posible hasta que los pies estén hechos para que dispongan de ellos lo antes posible», escribía en una publicación de Facebook, que se llenó de mensajes de ánimo y admiración.
«Ha tenido una repercusión increíble, no me lo esperaba. Incluso me llamó un celador llorando para darme las gracias», explica emocionado. Pero, a pesar de hacer una labor admirable, Roberto asegura que «aunque esos ánimos me levantan la moral, en realidad las gracias tienen que ser para los sanitarios que lo están dando todo».
Dos días más tarde, los hermanos anunciaban que ya tenían los pies listos y que durante el viernes se iban a encargar de llevarlos al hospital. Y así fue. El viernes 3 de abril, una patrulla de protección civil les estaba esperando en la puerta del Hospital Infanta Sofía para ayudarles a trasladar sesenta y seis pies al almacén.
Pero su lucha no acaba ahí. A raíz de su publicación, este trabajador se enteró de que hacían falta más pies en IFEMA, en residencias, en el Hospital de Getafe, en el Hospital de Coslada… «Están todos desbordados. Y nosotros vamos a intentar seguir ayudando. Pero en mi cerrajería somos tres trabajadores y nosotros tres solos no podemos con todo», dice apenado.
Por ello, Roberto ha tenido la idea de hacer un vídeotutorial sobre cómo hacer pies de suero, «para que otras cerrajerías se animen también a hacerlos. Todos juntos podemos aportar un poco más», sentencia.
[…] propio granito de arena», confesaba hace unos días Roberto Aguado, quien ha construido más de 200 pies de suero para distintos hospitales de la […]