Estuvimos en el Centro Cívico Paco Rabal de Entrevías para ver uno de los últimos eventos de la Suma Flamenca 2023. No es una sede menor del festival, porque Cádiz o Cái en lenguaje local y sobre todo flamenco, no será nunca un tema menor, es y será siempre uno de los mayores. Cádiz y los Puertos, santo y seña de identidad propios, por historia y geografía oceánica, por cantes diferenciadores incluso de otra cantera tan importante y cercana como es Jerez de la Frontera.

Dos grandes representantes del cante gaditano y de los dos barrios más flamencos. Carmen de la Jara, de La Viña, Yeyé de Cádiz de Santa María, ¡Ahí es ná! cantaores de Cái de alto rango y poderío, dejaron patente con este estreno absoluto con cantes de toda la vida, con esta «Cádiz profunda y vibrante».

Qué vamos a decir de Carmen, cantaora desde la infancia, viñera hasta la raíz, emblema de los cantes gaditanos, Premio Nacional al mejor disco de flamenco 2010 por la Cátedra de Flamencología de Jerez, por sus Tesoros del cante antiguo gaditano, que ella me regaló en la Fiesta de la Bulería 2017 y que guardo como un tesoro.

Y haciendo gala de la ubicación geográfica de Cádiz, Carmen comenzó el concierto con una preciosa Habanera, marcando territorio transoceánico por principio. Y luego dijo, ¡ea! estamos en Cái y cantamos por alegrías. Cuánta sabiduría, empezar por habaneras de Cuba al más puro estilo de allá y de acá y por alegrías, el cante más gaditano de todos los cantes gaditanos, el que más identifica el carácter de las gentes de esta tierra, la alegría y por supuesto la apertura a la mar oceána o al continente hundido, La Atlántida.

Después de este comienzo ya podía seguir por donde le diera la gana y así fue, por seguiriyas de aquel genio gaditano que fue Enrique el Mellizo, tan grande que hasta Manuel Torre lloró la primera vez que le oyó cantar. Carmen siempre sabia, haciendo historia con sus cantes. Profunda y vibrante, si señores. A los puertos con El Nitri, del Puerto de Santa María, puerto de la inmensa bahía gaditana, primera Llave de Oro del Cante, grande aunque murió en plena juventud, cuando la tuberculosis no tenía tratamiento. Carmen lo trajo a escena con una jota por bulerías, nada extraño, esto lo avalaría el mismísimo Tío Selín de Pamplona: «La jota es una bulería». El Nitri ya lo había descubierto a mediados del siglo diecinueve.

Terminó Carmen por tanguillos, otro cante sin más cuna que la gaditana, que luego, sí, se extenderían por todas partes, pero el certificado de nacimiento es gaditano y de allende el océano.

Y llegó Yeyé de Cádiz con su presencia rotunda, su carisma de gesto y voz, ¡qué voz, Dios mío! capaz de traspasar muros, impone este cantaor con orígenes carnavaleros, de ahí su nombre artístico, de una comparsa del mundialmente famoso carnaval de Cadiz, afortunadamente ganado para el cante flamenco. Tiene una historia intensa, hasta llegó a tener un tablao en Japón. Premio Camarón (compañero de andanzas juveniles) en el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba 2004 y mil cosas más, porque viajero como él, ninguno.

Yeyé de Cádiz tiene setenta y cinco años y puede estar orgulloso de ello, por su prestancia, su imponente presencia y su voz, una voz que ya quisiera alguno con la mitad de su edad. Y sobre todo y por encima de todo, destaca su inmenso amor por su tierra gaditana y por su Andalucía, lo que no le impide ser español, algo importante en estos días y sin un solo gramo de amor por ninguna de las partes. Yeyé de Cádiz, destiló Arte con mayúscula, empatía, y amor a raudales. Cádiz profunda y vibrante, nunca mejor dicho.

Se anunció por cantes de Cái, una buena muestra para entrar en situación. Después vinieron las malagueñas del Mellizo, la soleá que en Cádiz tiene su aquel diferente, no faltaron otra vez las alegrías, nos sorprendió después por tarantos, que vienen del otro lado de Andalucía.

Para la fiesta final volvió Carmen, ya sé que no lo he dicho antes y lo digo ahora, el alma flamenca de la guitarra de Antonio Carrión y el arte y compás de Diego Montoya. Pincelada flamenca, dijo Yeyé. Y qué pincelada por fandangos y bulerías, tanguillos y alegrías.

Hay que dar las gracias y quitarse el sombrero aunque no se lleve puesto, cuando se asiste a un espectáculo tan genuino, tan lleno de homenajes a los padres de los cantes gaditanos, tan lleno de amor por la tierra, que sí, se sigue estilando, gracias a gente como el Yeyé de Cádiz y Carmen de la Jara.

¡¡Gracias!!

Teresa Fernández Herrera
Algunas cosas que he aprendido a lo largo de mi vida. Soy Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, master en Psicología del Deporte por la UAM, diplomada en Empresas y Actividades Turísticas, conocedora de la Filosofía Védica. Responsable de Comunicación y Medios en Madrid de la ONG Internacional con base en India, Abrazando al Mundo. Miembro de la British Association of Freelance Writers. Certificada en Diseño de Permacultura. Trainer de Dragon Dreaming, metodología holística para el crecimiento personal, grupal y comunitario en el amor a la Tierra. Colaboradora en Periodistas-es y en las revistas Natural, Verdemente, The Ecologist para España y América Latina. Profesora de inglés avanzado.

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