Marta Cruz Andrés
La organización Bokatas acompaña a las personas sin techo. También les da de comer, incluso en los días de la crisis de COVID-19.
La asociación tiene como objetivo crear un vínculo con las personas sin hogar. Para ello, desde Bokatas afirman que «el reparto de bocatas es la excusa para acercarnos a ellos». Trabajan en las ciudades de Madrid, Zaragoza y Valencia, pero sus acciones durante los días del estado de alarma por la pandemia se han concentrado especialmente en la capital de España.
Una de las labores principales con las que continúan ayudando a las personas sin hogar es el reparto de comida en diferentes zonas de la ciudad. Para ello, Bokatas ha creado diferentes «rutas de emergencia» por las que seguir distribuyendo los alimentos. Dichas rutas se realizan cada dos y tres días. Además, Bokatas actúa en distintos lugares y zonas: barrio de Salamanca, Tetuán, Chamartín, Avenida de América, Moncloa, Arapiles, San Bernardo, Retiro y la zona centro. Estas rutas de emergencia, aseguran desde Bokatas, «son muy necesarias, ya que con el confinamiento y el cierre de bares y restaurantes la comida que reciben las personas sin hogar se han visto muy reducidas».
Pero la declaración del estado de alarma en todo el territorio nacional y el confinamiento obligatorio, han modificado su forma de trabajar. Desde Bokatas aseguran que «todos los alimentos que se dan son empaquetados y repartidos en bolsas de plástico. Además, cuando hacemos el reparto mantenemos las recomendaciones de seguridad y salud del estado de alarma, no nos acercamos a más de dos metros y los voluntarios tienen materiales de protección como guantes y mascarillas». De hecho, los voluntarios de las «rutas de emergencia» así como la asociación, tienen la autorización oficial por parte del Ayuntamiento de Madrid para poder hacer los repartos de comida. Incluso, «cuando los voluntarios salen a las rutas llevan el justificante del Ayuntamiento con ellos».
Así pues, cada vez son más los voluntarios que realizan los repartos individualmente en lugar de hacer por parejas. Y en los casos en los que van de dos en dos, ya que algunos de los repartos se hacen en coche «siempre mantienen la distancia entre ellos. Los repartos se realizan con un máximo de dos voluntarios y en el vehículo, y la segunda persona se coloca en los asientos traseros y en diagonal al conductor».
Por otro lado, una de las acciones de Bokatas, que también ha tenido un gran impulso en los últimos días, es la campaña de recaudación de dinero para financiar estas rutas de emergencia, que «ha sido difundida por los voluntarios y ha obtenido una gran respuesta».
#bokatachallenge
Los voluntarios de Bokatas siguen trabajando para que las personas sin techo puedan comer durante el estado de alarma. Pero otras formas de ayudar a la asociación también es dado visibilidad a sus protagonistas. En este caso, hay que destacar el ejemplo de Laura Verdejo. Ella es una de las voluntarias de la organización, pero que al inicio del estado de alarma abandonó Madrid y volvió a su ciudad natal.
Laura ha creado, por iniciativa propia, el #bokatachallenge. Consiste en que la persona interesada elija uno de los retos y que nomine a otra persona en las redes sociales, para así crear una cadena, como asegura Laura en su perfil de Instagram. Así, después, los vídeos de los retos se comparten en las cuentas de las personas de los retados con el hashtag #bokatachallenge. Pero la persona que realice el reto deberá donar una cantidad de dinero a la asociación Bokatas, aunque Laura recuerda que para donar dinero a la asociación no es completamente necesario hacer el reto. También asegura en su cuenta de Instagram, que «el #bokatachallenge es una forma de intentar llegar a más gente y que sea divertido, dinámico y que nos animemos unos a otros a donar a la organización».
[…] Desde la ONG de José Andrés se espera que se sumen más restaurantes pero, mientras tanto, los miles de menús se están distribuyendo a personas sin medios a través del Banco de Alimentos, el cual gestiona en la Comunidad de Madrid más de quinientas entidades benéficas, muchos de los centros sociales y comedores sociales. […]