Crazzy Blues, una primera grabación interpretada hace un siglo por una mujer, señaló el camino a muchas otras intérpretes de blues, de jazz y de soul. 

El primer disco de blues fue grabado por una mujer llamada Mammie Smith hace ahora un siglo. En el invierno de 1920, acompañada de sus Jazz Hounds, registró un tema musical de doce compases conforme a la estructura de este estilo musical.

Este género musical que se desarrolló en un principio únicamente cantado, se basaba inicialmente en las work song, o canciones que cantaban los esclavos afroamericanos en las plantaciones de algodón del Sur de los Estados Unidos de América. 

Más tarde, tras la Guerra de Secesión, y con la abolición de la esclavitud, fueron muchos los que iniciaron su ruta hacia el norte, hacia al oeste, o incluso hacia el este, en busca de trabajo y libertad. En ese recorrido nunca faltaron sus cantos, siempre en clave de blues. Muchos músicos vagabundos pronto incorporaron la guitarra (blues rural), la armónica y, más tarde, el piano, para interpretar esa música que tradicionalmente se había transmitido oralmente.

No es preciso insistir en que los blues habían nacido como expresión de una profunda melancolía y de un doloroso sentimiento de marginación y abandono. 

Ese primer tema, llamado Crazy Blues, interpretado por Mammie Smith (1883-1946), transmitía con su voz, con música y con sus palabras, ese dolor y esa tristeza, en este caso, no sólo por el  color de la piel de la intérprete, sino también por su condición de mujer.

Crazy blues, el primer disco de blues

Estas son algunas estrofas de la letra de Crazzy Blues:


Por la noche dormir no puedo,
Ni un bocado puedo probar
Porque el hombre que amo no me trata nada bien.

Él me hace sentir tan miserable
No sé qué hacer.

A veces me siento y suspiro,
y comienzo a llorar
Porque mi mejor amigo dijo su último adiós.

Hay un cambio en el océano. 
Un cambio en el profundo mar azul, mi amor,
Os digo gente, no hay ningún cambio en mí
Mi amor por ese hombre nunca cambiará.

Esta grabación fonográfica, la número 4169, realizada en febrero de 2020, se convertiría en leyenda de la música popular, por el hecho de considerarse el primer blues grabado en la historia. 

La compañía Okeh Records editó el disco para gramófono en su serie de Race Music. En un mes llegó a vender 75 000 copias y más de un millón posteriormente.

La denominación Race music era la etiqueta que definía en aquellos momentos a la música hecha por negros y destinada a los negros. Bajo esa clasificación se creaban catálogos propios e incluso marcas subsidiarias especializadas en este tipo de grabaciones. Era un término bastante despectivo para un pequeño mercado que surgía, pero que las jóvenes compañías discográficas no querían dejar de lado.

Damas, reinas, emperadoras… del Blues

Durante los años 20 del pasado siglo XX, proliferaron las cantantes femeninas de blues, que se acompañaban habitualmente de una orquesta de jazz. Sin duda la pionera fue Gertrude “Ma” Rainey (1886-1939) que desde los catorce años cantaba en espectáculos ambulantes. Pero fue Bessie Smith (1894-1937) la que se convirtió en la primera gran cantante de blues de la historia.

Gertrude «Ma» Rainer.

Bessie daría sus primeros pasos en la interpretación con «Ma» Rainey y, a partir de 1921, no dejaría las giras y la carretera por las ciudades de Estados Unidos hasta su muerte como consecuencia de un dramático accidente de tráfico. Durante esa década dejó grabadas más de cien canciones magistrales, acompañadas en muchos casos por grandes jazzmen de la época, como Louis ArmstrongColeman Hawkins.

El St. Louis Blues interpretado por Bessie Smithacompañada por la trompeta de Louis Armstrong, ya difundido y comercializado como disco en 1925, se convirtió con los años en un standard del jazz. El fraseo expresivo y sutil de su voz inspiró de forma decisiva a otros cantantes e instrumentistas del Jazz de entonces y de generaciones posteriores.

La influencia de una luchadora

El blues de Bessie Smith, con su intensidad emocional y su capacidad para la improvisación, ejerció una gran influencia en el jazz durante aquellos primeras décadas del siglo XX, y también sobre otros tipos de músicas que surgirían posteriormente, como el boogie-woogie, el rythm&blues y el rock&roll.

Su voz y su personalidad arrolladora la convirtieron en pocos años en «emperatriz del blues» y «embajadora del jazz vocal”, según los calificativos de la época. La cantante permitió con su coraje y tenacidad que siguieran su camino toda una “dinastía” de voces extraordinarias como las de Billie HolidayNina SimoneSarah VaughanElla Fitzgerald, convertidas posteriormente en divas del jazz, o voces femeninas del soul, como Aretha Franklin

También merecen un recuerdo muy especial otras mujeres, tal vez con menos glamour, que siguieron haciendo un blues más puro y clásico, que soportaron vidas duras y que, en muchos casos, fueron explotadas y engañadas en su facetas de compositoras o de intérpretes. Me estoy refiriendo a cantantes como Big Mamma ThortonEtha JamesKoko Taylor, en representación de muchas otras mujeres que nos enseñaron todo el poderío de blues.

El blues desgarrador de Bessie Smith mostraba con realismo y crudeza la miseria, el dolor, el desamor, el maltrato… Lo hacía con un enfoque feminista primario y auténtico, con su instinto luchador; con su belleza, su personalidad y elegancia natural pasó a la Historia. No solo a la del blues; también a la de la lucha por los derechos civiles y de las mujeres trabajadoras.

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