Al protagonista de la interminable película «Beau tiene miedo» –excelso Joaquin Phoenix (Joker, Her)- podían haber seguido ocurriéndole infortunios en el desagradable camino hacia la casa de su controladora madre y nosotros podíamos habernos encontrado con un plus en un filme que ya dura tres horas de nada.
Yo no digo que le sobre nada, pero sí digo que a partir de una hora y media se puede contar, y contar bien, una historia con sus características ineludibles de planteamiento, climax y solución.
Luego ya todo depende del realizador –en el caso que nos ocupa el estadounidense Ari Aster (Hereditary, Midsommar)-, quien con solo 36 años es una figura de culto de las películas WTF, acrónimo inglés que según un artículo aparecido en el diario francés Le Monde corresponde a What the Fuck, literalmente algo así como ¿qué es esta mierda?, pero que también puede ser bien un signo de exasperación o un signo de emoción ante lo que uno acaba de descubrir en el universo digital y que usan frecuentemente en sus intercambios online los gamers, jugadores literalmente, personas enganchadas a los juegos por Internet como, por ejemplo, los cuatro cerebritos de la aclamada serie estadounidense Big Bang Theory.
Y estamos ante «Beau tiene miedo[1]», la tercera película de Ari Aster, un realizador con estilo propio, una fábula apocalíptica catalogada como de «terror surrealista ambientada en un presente alternativo, con grandes dosis de humor negro», en la que Joaquin Phoenix -con cinco décadas a sus espaldas, poco pelo y muchas canas- es Beau Wasserman, un tipo paranoico y virgen a los cincuenta, que no ha conseguido madurar mentalmente y no parece encontrar su lugar en el mundo, y «se embarca en una odisea épica, y edípica, para volver a casa con su madre pero todo parece estar en contra, y mientras intenta librarse de los horribles miedos y traumas que marcaron su vida».
El motivo del viaje es celebrar el aniversario de la muerte de su padre, fallecido al poco tiempo de concebirle. Su madre, Mona (Patti LuPone, Una leyenda de Broasway), que quiere seguir controlando su vida de eterno adolescente, es la causante de la mayor de sus angustias.
Mona es el arquetipo freudiano de las madres que se consideran responsables de todos los traumas de sus hijos. Otros personajes están interpretados por Nathan Lane (el médico que cura a Beau en su casa tras sufrir un accidente cuando atravesaba una calle desnudo), Amy Ryan (la excesivamente atenta mujer del médico), Parker Posey (una amiga de infancia con la que tendrá su primera relación sexual) y Denis Ménochet (exmilitar acogido en casa de una familia que perdió a un hijo en la misma guerra en que él resultó herido, y adicto a los calmantes).
«Beau tiene miedo» comienza con una escena en casa del psiquiatra (Stephen McKinley Henderson), en la que Beau hace un repaso de sus problemas: paranoia aguda, dificultades sociales desde la infancia y, sobre todo, la tormentosa relación que mantiene con su madre.
Es un hombre-niño paralizado por el miedo, que vive en un apartamento medio en ruinas, en un barrio urbano que comparte con una fauna variopinta, y que no consigue coger el vuelo que debía llevarle a Wasserton, la ciudad ficticia donde vive su madre en una casa monumental, llena de esquinas y ángulos.
Para el realizador, Ari Aster, en esta película está escenificado «lo que siente el personaje, lo que experimenta. Meto al espectador en la cabeza del personaje, en el interior de sus emociones, casi de sus células… Ustedes van a moverse a través de él con el objetivo de seguirle pero sobre de sentir sus recuerdos, sus fantasmas, sus pánicos. La película describe la forma en que Beau experimenta la vida (…) El mundo de Beau es horrible de la misma manera que nuestro mundo es horrible, aunque el suyo va un paso por delante, o quizá varios pasos (…) Escribí el guión en una especie de trance febril»
- «Beau tiene miedo» llega a las pantallas de los cines madrileños el viernes 28 de abril de 2023.
Qué pérdida de tiempo viendo este bodrio de película.