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Arranca en Madrid la aplicación de la Ley de Eutanasia

Fernando Soler, fundador del grupo Derecho a una Muerte Digna, explica en Leganés el alcance de la Ley

Fernando Soler

¿Qué va a pasar con la LORE, la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia? ¿Van a poder decidir los ciudadanos cómo y cuándo debe acabar su propia vida? Esas eran las preguntas básicas que la conferencia de Fernando Soler en Leganés bajo el título de «Un enfoque práctico» quería contestar.

La conferencia estaba organizada por la Asociación Barrio Centro de Leganés, una ciudad muy ligada a la carrera profesional de Fernando Soler como médico. Fernando fue compañero de luchas de Luis Montes, el hombre que se enfrentó al gobierno madrileño del PP para evitar el sufrimiento inútil de los pacientes en sus últimas horas de vida.

Lo primero que quiso dejar claro el conferenciante es que, la que se ha puesto en marcha, no es la ley deseada, pero rompe con el tabú de la vida como un regalo de Dios. Nuestra vida es de nuestra propiedad. En la ley se despenaliza la ayuda al suicidio y se obliga al Estado a facilitarlo. Es el resultado de una lucha de muchos años.

El derecho a solicitar la eutanasia, algo que constituye una autentica novedad en el terreno de los derechos individuales, se puso en marcha administrativamente en Madrid el pasado mes de octubre (2021). Tras la constitución de Comisión de Garantías y Evaluación de la Comunidad de Madrid, esta ha elaborado su propio reglamento y ha puesto en marcha el registro de médicos objetores al derecho a morir.

Para Fernando Soler, en esa comisión hay un número muy alto de miembros con un marcado carácter conservador y cercano a la Iglesia Católica, pese a lo cual cree que está empezando a funcionar razonablemente bien pese a que ya se han registrado algunas negativas con argumentos cercanos a lo burocrático o aludiendo a la posibilidad de que aparezcan medicamentos que alivien la situación de los enfermos terminales sin que exista en la actualidad ningún motivo para creer en la aparición de dichos medicamentos. Algunos enfermos podrían morir mientras se espera una resolución favorable por parte de la comisión.

En principio los requisitos para que los enfermos que deseen acabar con su vida voluntariamente puedan ejercer ese derecho consisten en ser mayor de edad, tener residencia en España y estar informado de lo que se va a hacer.

A partir de ahí son necesarias dos peticiones con un periodo mínimo entre ellas de quince días. El consentimiento debe ser individual y formalizado en persona y es necesario que exista una enfermedad o situación irreversible crónica e imposibilitante, con un sufrimiento físico constante.

Ya ha habido bastantes solicitudes. Y también problemas derivados de muchas circunstancias como la posición de las familias o del médico personal de los enfermos que lo solicitan. Además, se da la circunstancia de que el derecho a la eutanasia está siendo regulado por las Comunidades Autónomas, cada una de ellas con jurisdicción sobre su territorio con lo que podría darse el caso de que un enfermo que no ha conseguido la autorización para acabar con su vida y su sufrimiento en una comunidad autónoma podría conseguirlo en la de al lado. Cada comunidad ha legislado por su cuenta. 

La Asociación Derecho a Morir Dignamente, pone a disposición de los ciudadanos que quieran informarse su página web y recomienda la formalización de un Testamento Vital ante notario para evitar un sufrimiento mayor provocado por cualquier tipo de burocracia u oposición por parte del estamento médico.

Unas trabas que pueden acabar suponiendo que los médicos de la sanidad pública se acojan masivamente a la objeción de conciencia y esta situación provoque la creación de empresas médicas privadas que acepten la aplicación de la eutanasia y a las que se derive a los pacientes que no encuentren respuesta a su situación en el sector público.

La conferencia terminó con la recomendación por parte de Fernando Soler de informarse previamente en las paginas de la Comunidad Autónoma o de la propia DMD y de no esperar al último momento.

1 COMMENT

  1. Desconsiderar al oponente es siempre un argumento extremista. Igual que pensar que es mi postura la única razonable. Y eso es lo que hay aquí recogido, un elemento más de un debate entre posiciones extremistas.
    Que la vida pueda ser considerada o no regalo de Dios depende, desde luego, de la posición individual, y no debe marcar la legislación. Pero que la vida nos viene dada es una obviedad, y decir que es una propiedad nuestra sin más argumentación no es más que una afirmación en el aire, pues ¿podemos ser a la vez los poseedores de algo y aquello que se posee?
    En temas como este hay siempre lugar para la incertidumbre, que nos debería llevar más hacia un respeto mutuo de posturas que hacia afirmaciones categóricas.

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