Alicia Valmaseda Merino

Que nadie se confunda, no estoy contra el hecho de que se reconozca el gran esfuerzo de los profesionales sanitarios así que, antes de empezar a lanzarme improperios, leed por favor todo el texto.

Los profesionales de la salud, médicos y enfermeras, sabían, cuando estudiaron sus respectivas carreras, que al ejercerlas se iban a enfrentar a situaciones de riesgo sanitario, porque son los que más estrechamente en contacto están con los enfermos, sean o no contagiosos. Es su trabajo y lo asumen, salvo contadas excepciones, como los demás asumimos el nuestro.

Sin embargo, lo que no estaba ni siquiera en su imaginación es que iban a tener que hacer frente a su trabajo en condiciones precarias, con falta de medios, humanos y materiales y ése, y no otro, es el mayor problema al que se enfrentan en estos momentos.

Hace unos días, pocos, oí que un responsable de una autonomía española (lo siento no recuerdo cual) decía que para hacer frente a la crisis sanitaria iban a completar las plantillas y anunciaba que iban a contratar a tres mil médicos.

Estupenda noticia dirán algunos ¿verdad? Pues no, no es estupendo saber que los profesionales contratados están haciendo el trabajo de tres mil personas más ¿desde cuándo? y, sobre todo, ¿a quién vamos a responsabilizar de esa deficiencia de medios? Está muy claro, una vez más, que “los recortes matan” y tenemos que ser muy conscientes de que matan tanto a los enfermos como a los profesionales que los cuidan.

Si esta crisis sirviera para que tomáramos conciencia de que defender nuestra sanidad pública y a los profesionales de la misma es una obligación de todos, que sólo redundará en el beneficio de toda la sociedad, podríamos encontrar algo positivo en la misma.

Vamos, que menos aplausos y más acciones efectivas de apoyo. No sé vosotros, pero yo no quiero héroes que se dejen la vida ayudando a los demás a cambio de un aplauso, quiero profesionales que vean su trabajo recompensado y respetado. Si además se les aplaude, perfecto, pero el aplauso tiene que ser un «además», no un «en vez de».

Ah, y por cierto, creo que en ese homenaje a los «héroes de la lucha contra el coronavirus» estamos olvidando a todos los profesionales que nos atienden en los supermercados o en las tiendas de alimentación, a la policía, a los celadores de hospitales, conductores de ambulancias, servicios de protección civil, servicios de limpieza de hospitales y de todos los establecimientos que tienen que permanecer abiertos, basureros, transportistas…

Esperemos que, cuando todo esto pase, que no lo dudéis, pasará, no volvamos a asistir impasibles nunca más a los recortes en la Sanidad Pública ni a los reiterados intentos de su privatización.

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