Amnistía Internacional ha investigado nueve ataques aéreos israelíes que provocaron la muerte de civiles, y daños y la destrucción de edificios de viviendas de la Franja de Gaza.

Tres ataques distintos realizados la primera noche de bombardeos, el 9 de mayo, en los que se dirigieron bombas guiadas de precisión contra sendos altos mandos de las Brigadas Al Quds, mataron a diez personas civiles palestinas e hirieron al menos a otras veinte. Las bombas fueron lanzadas contra zonas urbanas densamente pobladas a las dos de la madrugada, cuando las familias dormían en sus casas, lo que indica que quienes planearon y autorizaron los ataques preveían —y probablemente descartaron— el daño desproporcionado a la población civil.

El lanzamiento intencional de ataques desproporcionados, constante que Amnistía Internacional ha documentado en operaciones israelíes anteriores, es un crimen de guerra.

«A principios de mayo, en su ofensiva contra la Franja de Gaza ocupada, Israel destruyó viviendas palestinas ilegalmente y sin que mediaran necesidades militares en lo que constituye una forma de castigo colectivo contra la población civil», ha declarado Amnistía Internacional este 13 de junio 2023.

Asimismo, llevó a cabo ataques aéreos aparentemente desproporcionados que causaron la muerte y heridas a la población civil palestina, también menores de edad.

Por su parte, los grupos armados palestinos con base en la Franja de Gaza, encabezados por las Brigadas Al Quds, brazo armado de la Yihad Islámica palestina, lanzaron indiscriminadamente cohetes que causaron la muerte de dos civiles en Israel y de tres civiles palestinos en la Franja de Gaza, que también deberían investigarse como crímenes de guerra.

«Ha pasado un mes desde el acuerdo de alto el fuego entre las autoridades israelíes y los grupos armados palestinos, pero el sufrimiento que causan a la población civil de la Franja de Gaza estas recurrentes ofensivas israelíes no cesa nunca. En nuestra investigación, hemos escuchado relatos vívidos de bombas que destruían casas, de padres sacando de entre los escombros a sus hijitas, de una adolescente mortalmente herida cuando estaba en la cama abrazada a un oso de peluche. Más aterrador que todo esto es la casi certeza de que, salvo que los perpetradores respondan de sus actos ante la justicia, estas espantosas escenas se repetirán», dijo Heba Morayef, directora regional de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.

«El hecho de que estemos documentando las mismas constantes de homicidios ilegítimos y de destrucción una y otra vez da fe de la inacción de la comunidad internacional a la hora de exigir cuentas a Israel. La impunidad de Israel por los crímenes de guerra que comete reiteradamente contra la población palestina y por sus dieciséis años de cruel bloqueo ilegal en curso de la Franja de Gaza alienta que se cometan aún más violaciones y cronifica la injusticia», sostiene amnistía

Destrucción deliberada

La destrucción deliberada por Israel de viviendas civiles también se cobró un alto precio entre la población civil de la Franja de Gaza, incluidas personas con discapacidad.

El 13 de mayo, las fuerzas israelíes atacaron un edificio de cuatro alturas en el campo de personas refugiadas de Yabalia. donde vivían 42 personas de la familia extendida Nabhan. Cinco de sus miembros viven con alguna discapacidad, de los que tres usan silla de ruedas.

Hussam Nabhan, testigo presencial del ataque, contó a Amnistía Internacional que, hacia las 6 de la tarde, había recibido una llamada —cree que del servicio de inteligencia israelí— en la que le dijeron que las personas residentes del edificio tenían quince minutos para evacuarlo. Hussam respondió que en el edificio había personas con discapacidad y que necesitaban más tiempo, pero su interlocutor se limitó a repetir el aviso.

Tras el ataque, Haneen Nabhan, de veintidós años, quedó tan traumatizada que apenas podía hablar y dijo que su silla de ruedas había quedado enterrada bajo los escombros de su casa por lo que ya no podía desplazarse con independencia.

La investigación de Amnistía Internacional no halló indicios de que el edificio de Nabhan —y otros edificios de viviendas destruidos o dañados en los dos últimos días de la ofensiva— hubieran sido empleados para almacenar armas u otro material militar ni de que se hubieran lanzado cohetes desde su proximidad inmediata.

«La causa fundamental de esta violencia indescriptible es el sistema de apartheid israelí. Este sistema debe ser desmantelado, debe levantarse inmediatamente el bloqueo de la Franja de Gaza y los responsables del crimen de apartheid, crímenes de guerra y otros crímenes de derecho internacional deben rendir cuentas», concluyó Morayef.

Información complementaria:

Dado que las autoridades israelíes siguen impidiendo el acceso de Amnistía Internacional a la Franja de Gaza, la organización contrató a una persona de la zona que hizo investigación de campo recogiendo datos y entrevistando a testigos en los escenarios de los ataques tanto durante como después de los cinco días de la ofensiva. El equipo de investigación de Amnistía Internacional se ocupó de hacer entrevistas de seguimiento y de analizar imágenes de satélite y otros datos de código abierto, como imágenes de los ataques y de después, junto con declaraciones de autoridades israelíes.

Los ataques ilegales contra viviendas palestinas y el bloqueo ilegal impuesto en Gaza desde 2007 son parte integrante del sistema de apartheid israelí contra la población palestina, que constituye un crimen de lesa humanidad de apartheid en virtud de la Convención contra el Apartheid y del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.

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