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Al rescate de Lolita Díaz Baliño

Se expone la obra de una de las artistas gallegas más importantes del siglo veinte

Lolita Díaz Baliño en 1926

Ciertamente, España no ha sido generosa con sus artistas femeninas. Recientemente el Museo del Prado ha tratado de corregir la marginación a la que las mujeres artistas estuvieron sometidas a lo largo de la historia con exposiciones como la colectiva «Invitadas».

Tampoco Galicia ha prestado mucha atención a sus mujeres artistas ni siquiera en el siglo veinte, en el que Maruja Mallo, María Corredoyra, Elvira Santiso, Carmen Babiano, Elena Olmos, las hermanas Álvarez de Sotomayor… estuvieron (están aún) largamente marginadas.

Atendiendo a esa voluntad de situarlas en el lugar que les corresponde, se inicia ahora el rescate de una de las grandes artistas gallegas olvidadas, Lolita Díaz Baliño (1905-1963), cuya obra se reúne en una gran retrospectiva en la Fundación Luis Seoane de A Coruña (hasta el 19 de septiembre) comisariada por Rosario Sarmiento.

En el catálogo de esta exposición Miguel Anxo Seixas Seoane explica la situación trazando un panorama sobre la mujer en la Galicia del siglo veinte, sometida a unas deprimentes condiciones de dependencia del mundo masculino y a una sociedad en la que la crítica a las actividades de la mujer fuera de los cánones impuestos por la moral y las costumbres de la época impedía el libre ejercicio de sus competencias y cercenaba sus posibilidades de acceder a cualquier actividad creativa.

  • Lolita Dolores Díaz Baliño: Triptico de Galicia o gallego circa, 1952, Deputacion de A Coruña. Exposición de territorios de intimidade, artistas galegas baixo o franquismo 1940 – 1975. Auditorio de galicia

El caso de Lolita Diez Baliño es paradigmático de esta situación porque en 1929 tuvo que rechazar una beca en la Escuela de Bellas Artes de Madrid por ser mujer. Nacidos en una familia burguesa de la Galicia de principios de siglo sin ninguna relación con el mundo del arte, el de los hermanos Díaz Baliño es un caso a estudiar, pues casi todos destacaron en alguna actividad creativa.

Camilo, el mayor, había dicho que procedía de «una familia de militares, mercaderes, picapleitos y politiqueros, en fin, de todo menos artistas». Él mismo fue un destacado pintor y escenógrafo de su época (y padre de Isaac Díaz Pardo) y casi todos sus hermanos destacaron en el mundo del arte: Indalecio fue escultor, Ramiro ilustrador y caricaturista, Germán se dedicó a la música y la fotografía, y Lolita fue una artista polifacética que sobresalió en géneros diversos. 

La primera exposición de Lolita Díaz Baliño se celebró en Santiago de Compostela en 1929, y en 1934 fue una de las protagonistas de la primera muestra de artistas femeninas que se organizó en A Coruña con obras suyas y de Elvira Santiso, Elena Olmos, María Corredoyra y las hermanas Álvarez de Sotomayor.

Durante la guerra civil su hermano Camilo fue asesinado por tres falangistas, que lo sacaron de la prisión de Santiago en la que había sido recluido, y su hijo Isaac salvó la vida ocultándose en casa de uno de sus tíos. Para Lolita fue un verdadero drama porque le unían a él fuertes lazos artísticos, además de familiares.

En 1938 Lolita se convirtió en la primera mujer, junto con María Corredoyra, en ingresar en la Real Academia de Bellas Artes de A Coruña. Terminada la guerra sufrió las consecuencias de la censura mientras su figura y su obra eran utilizadas por la Falange y la Sección Femenina.

Entre los géneros que la hicieron popular destacan las ilustraciones para periódicos y revistas de la época como «Mariñana» (1925), «Céltiga» (1927-1931), «Radio y Cinema», «Galicia» y «Galicia Gráfica» (1925-1929). También ilustró libros como «Cantigas e verbas ao ar», de Xulio Siguenza, hizo carteles de Carnaval, anuncios publicitarios, diseñó figurines, trajes y todo el vestuario de la opereta «La Geisha» del compositor inglés Sidney Jones, un imaginario con el que Lolita representó un mundo femenino refinado y elegante, entre el modernismo decorativista y el Art Déco. Otras especialidades que practicó fueron el fotomontaje y la decoración de piezas de porcelana. También destacan sus  acuarelas, aguadas  y sanguinas, con las que hizo retratos (aldeanas, montañesas, muradanas), figuras de hadas, flores y paisajes.

En 1951 se presentó su primera exposición individual en la Asociación de Artistas de A Coruña, institución en cuya puesta en marcha había colaborado en 1934 y en la que ejerció como tesorera. Sus obras formaron parte de exposiciones colectivas en 1983, 1990, 2016 y 2020 celebradas en A Coruña, Santiago, Vigo y Palma de Mallorca. Fuera de España, la obra de Lolita se expuso en el Palacio de Bellas Artes de La Habana en 1958.

En los últimos años de su vida, afectada por la enfermedad que la obligó a una intervención quirúrgica, se dedicó sobre todo a la docencia, que ejerció en su taller y en centros como la Escuela de Artes y Oficios de A Coruña.

Un video documental de Xurxo Lobato contextualiza la época en la que vivió Lolita Díaz Baliño y recorre la biografía de la artista a través de documentos visuales en super-8, testimonios de los historiadores Carlos Castelao y Ana Romero Masiá, el artista Miguelanxo Prado, familiares, amigos, vecinos y antiguos alumnos de Lolita. 

Profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Periodista cultural Asignaturas: Información Cultural, Comunicación e Información Audiovisual y Fotografía informativa. Autor de "Qué es la fotografía" (Lunwerg), Periodismo Cultural (Síntesis. Madrid 2006), Cultura y TV. Una relación de conflicto (Gedisa. Barcelona, 2003) La mirada en el cristal. La información en TV (Fragua. Madrid, 2003) Perversiones televisivas (IORTV. Madrid, 1997). Investigación “La presencia de la cultura en los telediarios de la televisión pública de ámbito nacional durante el año 2006” (revista Sistema, enero 2008).

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