La primera Suma Flamenca Joven se ha revelado a la altura de los grandes conciertos de toque, cante y espectáculos de baile, tanto en la selección de artistas como en las coreografías de las bailaoras.
Mérito de un trabajo de dirección del festival, en cuanto a dominio, profesionalidad y responsabilidad de poner a Madrid a un nivel de excelencia en el terreno de los festivales flamencos.
Del bailaor El Yiyo ya hablamos en la crónica anterior.
Las galas del sábado 25 y domingo 26 de septiembre estuvieron a cargo de Yerai Cortés, El Purili, Estela Alonso, Álvaro Martinete, Lela Soto y Macarena Ramírez. Si queremos definir lo que vimos basta una palabra: Superación.
Yerai Cortés y Álvaro Martinete
Cada guitarrista –incluso cada guitarra- es un mundo. Cada uno tiene su pulsación, su ritmo, su criterio interpretativo, sus planteamientos y objetivos. Lo que une a esta joven generación de guitarristas flamencos es que a sus veintipocos años, son concertistas solistas, componen y/o producen música para otros artistas. Están muy lejos de aquellas guitarras de acompañamiento de por vida. Son flamencos muy versátiles que participan de otras músicas con otros músicos, aprenden, disfrutan, expanden sus posibilidades de trabajo y crecen como artistas. En pocas palabras, son flamencos y músicos del siglo veintiuno.
Tanto el alicantino Yerai Cortés como el granaíno Álvaro Martinete, con todas sus diferencias, encajan en la anterior definición. El guitarrista alicantino, un enamorado de la guitarra, crece a pasos agigantados como concertista de guitarra por festivales y salas de concierto. En agosto lo vimos en Flamenco on Fire, en septiembre por esta nueva Suma Flamenca que ya está dando mucho que hablar en los medios.
El sábado pasado dio un concierto de antología, de los que consagran. Un video vale más que mil palabras.
Y qué decir del concierto de Álvaro Martinete, reciente Bordón Minero de la edición 2021 del Cante de las Minas de La Unión? Este es el último y no vamos a enumerar aquí toda la serie de sus premios desde que era un chaval. Lleva actuando profesionalmente desde la adolescencia.
En su concierto del pasado domingo en la Sala Verde de los Teatros del Canal demostró que a sus veintiséis años ya es un maestro de las seis cuerdas. Daba la impresión de estar escuchando un concierto sinfónico. Qué seriedad, precisión, cuanta armonía en sus dedos, cuanta belleza.
Hay algo que sí debería cambiar. O participa su repertorio a la organización o lo anticipa en el concierto. La música siempre descriptiva se escucha mucho mejor cuando se sabe lo que se escucha. El palo en este caso no es suficiente…
El Purili y Lela Soto
El cantaor gitano de La Línea de la Concepción, es decir, Cái, es un milenial del 2000, una joya del cante gaditano, de lo que dejó buena muestra por esa soleá de Cái, a la que añadió su particular toque de personalidad y madurez cantaora. Por alegrías de su tierra, derrochando poderío. Que buen decir, cuando canta y cuando habla. No es que hará, es que ya está haciendo historia del cante. Escuchen:
Llevo años siguiendo a Lela Soto, la más joven de Casa Sordera del Barrio de Santiago de Jerez de la Frontera, hija del patriarca Vicente Soto Sordera. Ha madurado mucho su voz de metal precioso, ha alcanzado su estilo y registros más personales, ya no quiere que la comparen a nadie.
Su cante es tan … jerezano, tiene ese modo que lo distingue de otros. Acaricia, mece sus ritmos y esto es particularmente notable en la bulería, la marca de su casa. Hizo un recorrido por los palos más genuinos de su barrio jerezano, aunque ella nació en Madrid. En lo festero es prodigiosa, va más allá del cante, toda ella se integra en el cante, lo vive, lo teatraliza.
Peeero … No sé qué misterio encierra tanta repetición de ese vestido rosa palo con lunarones blancos que ya se le ha visto en más de cuatro conciertos, dos de ellos en Madrid, los dos en Suma Flamenca, el primero en los jardines del Museo del Traje, en un concierto nocturno, cuando la Suma era en verano. Misteriosa razón debe tener para esa querencia.
Estela Alonso y Macarena Ramírez
Mujeres al poder. Bailaoras, bailarinas, coreógrafas, creadoras de proyectos, rompedoras, con compañía propia desde poco más allá de los teens, el baile parece creado para ellas o ellas son el baile. Tanto monta monta tanto Estela Alonso como Macarena Ramírez. – más Rebeca Ortega ya reseñada –
Mujeres de su tiempo, de este tiempo, en que tras mucho luchar por hacerse un sitio en el mundo, en este caso en el mundo de la danza, han logrado el protagonismo que siempre debió tener la mujer en la Historia. Hoy en día el número de emprendedoras, empresarias flamencas está a la par o quizá supera al de los hombres. Ahí están ellas: Las mujeres valían, pero los hombres no las dejaban. ¡Ooooole!
Estela Alonso, como es de rigor, hizo un baile por palos jondos, solemnes y otro por palos festeros, con vestuario de diseño, mostrando que sabe bailar tirada por el suelo, sentada, de pie o volando por la escena, maestra de ritmos, zapateados por todos los compases, gustándose a sí misma, ¿cómo no va a seducir al respetable? Así es, exactamente: Seduce.
Macarena Ramírez, recientemente primera ganadora del premio The Dancer en nuestro país, viajera triunfadora por más de un continente. Algunas de las coreografías de Macarena me recordaron a otras de Rocío Molina, pero lo que más me llamó la atención fue su juego con objetos surrealistas en escena, que nunca son lo que parecen y pueden transformarse en cosas muy distintas, todas ellas muy vivas. (Quizá estoy influenciada por la exposición de Magritte, ahora en el Thyssen de Madrid, a partir de enero en la Fundación la Caixa de Barcelona).
Empezando por el artístico banner a la izquierda de la escena, con una frase que es toda una declaración de intenciones: “Vivir el arte es vivir en libertad”. Al principio parece desnuda pero no lo está, se viste o desviste en escena, con arte y libertad. Ese aparentemente tapete verde sobre una mesa que se transforma en mantón volador, ese gigantesco puff blanco rizado que se transforma en bata de cola y en danzas que se mimetizan en flores de distintas formas y tamaños. ¿Son o no objetos surrealistas?
Y sobre todo se mimetizan en la premisa principal de todo espectáculo de baile: Belleza.