En la hermosa ciudad portuguesa de Oporto, Porto para los del lugar, uno puede encontrarse con los que algunos clasifican como su casa y su calle más bonita, además de conocer una leyenda urbana relacionada con el Camino de Santiago.

Sin duda, hay distintas clasificaciones sobre cuál es la calle más bella de Oporto, unos apuntan a la céntrica rua das Flores, con casas luciendo hermosas flores, era una de las preferidas del poeta Eugenio de Andrade (1923-2005), otros apuntan a la rua de Santa Catarina, la tradicional de compras y donde se ubica la conocida cafetería Majestic, otros apuntan la rua Almada.

Pero si hay una que también merece ese calificativo es la rua do Carmo, dominada por  la iglesia con la que comparte nombre, construida en el siglo XVIII.

La Iglesia del Carmen es un ejemplo de barroco-rococó tardío que se plasmó también en fachadas de cerámica. De una sola nave compuesta por elegantes tallas doradas en siete altares del maestro Francisco Pereira Campanha (fallecido en 1776).

Con trazos finos, todos en azul, las paredes laterales exteriores representan la Imposición del Escapulario en el Monte Carmelo.

El mural exterior es de 1912, y recibe una restauración constante. Al ser icono del muralismo portugués, la intención era respetar la misma línea estética que inunda toda la ciudad.

Se ubica en la misma calle en la confluencia con las plazas de Gomes Teixeira (conocida como plaza de Los Leones) y de Carlos Alberto.

Existe en la calle la llamada Casa Escondida, construida en 1768 entre la citada iglesia del Carmen (tiene su misma altura) y la iglesia de los Carmelitas. Fue construída gracias a una ley que que establecía que las iglesias no podían compartir un muro.

Estuvo habitada hasta inicios del siglo XXI y, desde 2019, considerada la casa más estrecha de la ciudad Invicta, con apenas un metro de ancho, forma parte de un recorrido turístico-cultural.

Casa más bonita

Pero de la calle hay que pasar a la casa más bonita y la más lujosa, así fue definida por la prensa de la época, el Palacete Silva Monteiro que, desde 1944, acoge la sede de la Comisión de Viticultura de la Región de los Vinhos Verdes (Cvrvv) y que ha sido restaurada recientemente, en 2019.

Ubicada en la rua da Restauraçao 318, se distribuye en tres plantas y debe su nombre al conde Silva Monteiro (1822-1885) que la adquirió y transformó en el siglo XIX. Fue un empresario emprendedor, presidente da Asociación Comercial de la ciudad, que apoyó la línea férrea de Porto a Povoa de Varzim y Famalicão, además de la construcción del puerto de Leixões y fue uno de los fundadores del Palacio de Cristal, inaugurado en 1885, año de su fallecimiento.

En la planta baja destaca el salón Noble que lleva al Rojo, la escalera neoclásica en cantería con estucos de inspiración italianos junto a un icónico tragaluz con frescos.

El primer piso cuenta con el Salón de Baile junto a la Sala Árabe donde eran recibidas las damas y la exquisita Sala Dorada, diseñada por el francés Casimir Lefebvre. Cuenta con un hermoso jardín privado con vistas al Duero donde hay una fuente francesa llamada de las Tres Gracias.

“Es una casa revivalista, ecléctica, que nos remite a varios estilos, pero también es una casa moderna, como los Vinhos Verdes, que también han sabido revitalizarse y modernizarse con el tiempo”, afirma el historiador Joel Cleto.

Suele ofrecer visitas guiadas de una hora con un final con cata de vino verde, solo los sábados entre las 14.30 y 18.30 horas, con un precio de cinco euros y un máximo de quince personas.

Leyenda del Ojo Abierto

Por otra parte en este recorrido por la Invicta, hay que hacer alusión a la conocida leyenda referida a la capilla del Señor del Socorro, en el barrio de Lapa, que recibió el nombre por los vecinos de Capilla do Olho Vivo (Ojo Abierto). Se supone que ya existía en 1755.

El nombre de la capilla Señor del Socorro, es actual, del siglo XX pero desde siempre es conocida como del Ojo Abierto o también del Ojo Viviente, Vigilante o Vivo, según la traducción que se haga al español.

Se encuentra en la actual rua Antero de Quental, 43 que antiguamente se llamaba rua da Rainha, en honor a reina María I (1734-1816), la primera que gobernó el país.

Esta capilla se encontraba en la ruta a Braga, en el Camino a Santiago, y alberga en su altar una importante cruz tallada, un crucero en granito, de 1622 con la imagen de Santiago en la columna y Cristo en la parte superior que es denominada norma vieja de Santo Ovidio.

La capilla se denomina do Olho Vivo porque está situada en un lugar donde, antiguamente, los peregrinos debían caminar con “un gran ojo abierto” porque era una zona peligrosa.

Para que los peregrinos pudieran seguir su camino sin mayores problemas era necesario mantener los ojos abiertos en aquel lugar, entonces aislado del camino a Santiago de Compostela, y sin vigilancia. Aquí tuvieron que defenderse de los ladrones que se refugiaban en la parte trasera de la capilla, lo que dio lugar a la expresión, en forma de recomendación, ‘Lá em caso Olho Vivo!

Así se dio lugar posteriormente a la expresión ‘En este lugar, ojo bien abierto’ (Lá em cima Olho vivo!) que ha perdurado hasta la actualidad.

El templo en su fachada lateral, en la rua do Monte de Lapa, cuenta con destacados azulejos que ilustran las ánimas del purgatorio, donde hay una pequeña lámpara encendida permanentemente, de noche y de día.

La capilla en la actualidad raramente está abierta, tan solo cuarenta minutos, de 18.00 a 18.40 horas y domingos de 11.00 a 12.00. En agosto permanece cerrada.

No obstante, hay otra teoría, más contemporánea, del siglo XIX, y sobre todo, más prosaica sobre esta expresión según la cual “había una casa donde se instaló un telégrafo óptico, por lo que sugerentemente la llamaron el lugar del Ojo Vivo”.

Jesús Cabaleiro Larrán
Periodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona, rama Periodismo con cursos de doctorado, estudios sobre Marruecos contemporáneo y el Sáhara Occidental. Más de 35 años de periodismo, la mayoría en prensa escrita, ha trabajado a ambas orillas del Estrecho de Gibraltar, casi 13 años en el extinto diario El Faro Información, en Algeciras, donde empezó de redactor y del que fue su último director y en Tánger dos años en un diario digital. Además ha participado en la mayoría de los Congresos de Periodistas del Estrecho desde el inicial en 1993 hasta 2019. Titulado en ajedrez por la UAH y UNED. Amante de Portugal. Ha publicado un libro, ‘Artículos periodísticos. Apuntes para la historia de la prensa de Algeciras’.

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