«Yalda, la noche del perdón», drama iraní sobre la vigencia de la Ley del Talión

En el Irán actual de los  ayatolás, donde impera uno de los regímenes más ultraconservadores del mundo, Maryam, una joven de veintidós años, es sentenciada a muerte tras matar accidentalmente a su marido, Nasser, treinta años mayor y con el que se casó cuando era su empleada. Lo único que puede salvarla de la horca es el perdón de Mona, la hija de Nasser.

En la noche de Yalda, una fiesta que se remonta a los tiempos de la Persia milenaria, Maryam llega esposada a la torre Milad, donde se encuentran los estudios de la televisión, dispuesta a  pedir perdón a Mona en directo, durante un programa amenizado con canciones de conocidos intérpretes del país y al que  asisten el fiscal y los estudiantes del «Instituto de Aplicación de la Moral», curioso baluarte coránico. 

Maryam va a jugarse la vida en una especie de «lo toma o lo deja». Si consigue el perdón de Mona y los telespectadores votan en su favor, el fiscal conmutará allí mismo la pena de muerte; en caso contrario morirá colgada de acuerdo con la condena por asesinato. Si Maryam consigue  el perdón, los patrocinadores del programa pagarán a Mona el famoso «precio de la sangre», especie de multa  establecida en las leyes para los delitos de homicidio y asesinato.

«Yalda, la noche del perdón», que inevitablemente nos remite a programas de idéntico formato, aunque con planteamientos bastante más frívolos de nuestras televisiones –incluidas las públicas que deberían estar en otra onda, ética y estética- es un drama de difícil digestión inspirado en hechos reales. Una película instructiva sobre la lucha de clases y el peso de la religión en un país donde las mujeres son todavía especímenes de segunda.

 La ley del Talión enfrentada a los rankings de audiencia, una vida que depende de la publicidad, el precio del perdón, una «forma de justicia que se parece a un linchamiento… Yalda es el cántico de los humillados» (François Forestier, NouvelObs).

«Yalda, la noche del perdón» se estrena este viernes, 30 de abril 2021

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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