«Vermeer: La mayor exposición de la historia», revisitando al maestro indiscutible de la luz

«La joven de la perla», «El Geógrafo», «El callejón», «La lechera», «Mujer sosteniendo una balanza», «La encajera», «Dama con criada y carta», y así hasta veintiocho de las obras más célebres del artista holandés Johannes Vermeer, el pintor que mejor ha sabido captar la luz en todos sus matices, han formado parte de la muestra «Vermeer: la mayor exposición de la historia», una retrospectiva organizada en la primavera de este 2023 por el Rijksmuseum de Amsterdan.

El título responde a la realidad sobre el pintor ya que, hasta la fecha, tan solo se ha podido probar la autoría del maestro en treinta y siete lienzos en los que aparecen mayoritariamente mujeres, muy pocos hombres y ningún niño.

En la exposición ha colaborado también otro museo de la capital de los Páises Bajos: el Mauritshuis, que es el propietario de «La joven de la perla», sin duda el cuadro más conocido de Vermeer (recordemos que en 2003 el realizador británico Peter Webber le dedicó un film de ficción con la actriz Scarlett Johansson como protagonista); y han prestado obras La Galería Nacional de Irlanda (Dublín) y la Galería Nacional de Arte de Washington, así como museos de París, Viena, Berlín y Frankfurt.

«Vermeer: La mayor exposición de la historia[1]» es también el título del documental, de la serie «Arte en pantalla», dirigido por el británico David Bickerstaff, realizador también de otros anteriores sobre exposiciones de Degas, El Bosco, Pissarro, Lucien Freud y sobre todo Van Gohg, de quien se ha ocupado en varias ocasiones (uno de sus documentales está íntegramente dedicado a «Los girasoles»)

Lo que contribuye a hacer más fascinante aún este documental es lo poco que se sabe de Johannes Vermeer, pintor de culto del Siglo de Oro holandés, retratista de misteriosos interiores en los que sitúa a personas que se nos asemejan, siempre silenciosas y envueltas en una luz poética, casi mágica.

Johannes Vermeer (1632-1675) nació en Delft, localidad situada entre Rotterdam y La Haya, donde fue bautizado protestante y donde pasó toda su corta vida. En 1653 entró a formar parte del Gremio de San Lucas, una asociación profesional de artistas que dirigió una década más tarde. Se convirtió al catolicismo para poder contraer matrimonio con Catharina Bolnes, hija de una próspera familia de la burguesía local.

En una biografía publicada por el Rijksmuseum con motivo de la exposición, Gregor Weber, co-comisario y uno de los responsables del museo, cuenta que Vermeer vivía al lado de una misión jesuita en cuya escuela estudiaron sus hijas (al parecer, la familia también frecuentaba la capilla clandestina de los religiosos; en ese momento estaba prohibido practicar la religión católica en los Países Bajos). En el inventario efectuado a la muerte del pintor figuraban una pintura de Cristo crucificado y una Santa Verónica.

Las investigaciones de Weber confirman que los dos o tres cuadros que Vermeer pintaba anualmente los realizaba en una especie de cámara oscura que le habían enseñado los jesuitas como «una herramienta para observar la luz de Dios.

La cámara oscura, ancestro del aparato fotográfico, deja pasar la luz a través de un pequeño agujero que produce efectos nítidos y borrosos sobre la imagen…la profundidad de campo que encontramos comúnmente en las pinturas de Vemeer. El ejemplo más llamativo es ‘La encajera’, conservado en el museo del Louvre: la nitidez del segundo plano atrae la atención sobre la acción de las manos de la joven, y el hilo que utiliza» (francetvinfo.fr). 

Mientras vivió, Vermeer vendía sus lienzos a los burgueses ricos de Delft. Su principal mecenas. Pieter Claesz van Ruijven, le compró al menos veinte. El arte de Vermeer apenas fue conocido fuera de su ciudad hasta que, en 1866, el periodista y crítico de arte republicano francés Théophil Toré-Buerger le dedicó tres artículos –en los que le llamaba «la esfinge de Delft», por el misterio que rodeaba su vida- y se dedicó a buscar las obras desperdigadas por las casas de la localidad.

La mayoría de las obras de Vermeer son interiores con elementos recurrentes: alfombras y cortinas espesas, baldosas en el suelo, una ventana en la que no se ve lo que hay fuera, instrumentos musicales, con frecuencia hay un cuadro colgado en la pared…

Los personajes son mujeres jóvenes trabajando que en dos de los casos («Mujer de azul leyendo una carta» y «Mujer sosteniendo una balanza») están embarazadas. Son muy pocos los hombres que figuran en sus cuadros y no hay niños «con excepción de los dos que juegan en el suelo delante de una casa en el cuadro ‘El callejón’ que es uno de los dos únicos paisajes que pintó Vermeer, junto al sublime ‘Vista de Delft’».

  1. El documental «Vermeer: La mayor exposición de la historia» llega a los cines de Madrid el próximo viernes 20 de octubre de 2023.
Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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