La obra y la vida de Ramón María del Valle-Inclán, cumplidos sobradamente los ochenta años de su muerte, siguen siendo materia de interés para lectores y especialistas. Hace unos años se publicaba su biografía más extensa, «La espada y la palabra», de Manuel Alberca, y «Ramón del Valle-Inclán. Genial, antiguo y moderno», de Joaquín del Valle-Inclán, nieto de don Ramón.
Ambas formaban parte de un solo proyecto, fruto de una ingente labor de documentación en bibliotecas, hemerotecas, registros y documentos familiares y privados, pero diferencias entre los dos autores, partidarios de enfoques distintos, hizo imposible que fuese adelante con la firma de ambos.
Otro nieto de Don Ramón, Javier del Valle-Inclán Alsina, publica ahora en la editorial Laiovento «Ramón del Valle-Inclán entre Galiza e Madrid (1912-1925)», una investigación sobre la vida del escritor de Vilanova de Arousa y sobre las estancias de su abuelo entre los varios domicilios de Madrid y de Galicia. No se explica aquí por qué la narración se detiene en 1925, aunque el autor ya publicara en 2015, con Carlos G. Reigosa y José Monleón, «La muerte de Valle-Inclán. El último esperpento», donde recogía minuciosamente los últimos meses de la vida del autor de «Luces de Bohemia», desde su llegada a Santiago el 7 de marzo de 1935 para tratarse de un cáncer de vejiga, hasta su muerte diez meses después.
En este libro que ahora nos ocupa, la documentación que maneja Javier del Valle-Inclán es incluso más exhaustiva que la de aquella obra, y una gran parte de los documentos manejados es prácticamente inédita o poco conocida: cartas y notas de su archivo familiar, conferencias, documentos personales, entrevistas y artículos en periódicos de la época…
Los capítulos de esta obra llevan como título cada uno de los años que van desde 1912 a 1925, de modo que vamos conociendo las peripecias de Ramón del Valle-Inclán en Madrid y en Galicia de una manera cronológica. El resultado es una biografía muy completa del escritor durante una de las épocas más conflictivas de su vida (si hubo alguna que no lo fuera). Se recrean episodios muy poco conocidos, se documentan los problemas públicos y privados a los que tuvo que enfrentarse… y se sacan a la luz documentos y manifestaciones que desmienten la imagen de reaccionario que algunos biógrafos se han empeñado en adjudicarle, sobre todo por sus simpatías con el carlismo. Cada año se van registrando las obras que Valle-Inclán publica, las reediciones de sus libros, los estrenos de su teatro, los periódicos que recogieron sus colaboraciones.
Se mencionan los distintos alojamientos de Valle-Inclán en Galicia, en Vilaxoán, en Cambados y en Pobra do Caramiñal. Actos y conferencias en Vigo, Vilagarcía y Santiago de Compostela, presencia en actos, romerías y banquetes. En Madrid se rastrean sus intervenciones en centros como el Ateneo y la Residencia de Estudiantes, su presencia en homenajes a artistas y literatos y también su asistencia a banquetes y su protagonismo en diferentes tertulias.
También sus viajes. A Bruselas para el homenaje a Emile Verhaeren, a México para una segunda y amplia estancia y, de manera destacada, su desplazamiento a Francia en 1915 para escribir sobre la Gran Guerra cerca de los escenarios de la contienda («He vivido en las trincheras francesas y he volado sobre las líneas alemanas», escribe en una carta a Javier Puig). Frente a quienes le achacan simpatías germanófilas, en este libro se recogen documentos y manifestaciones en las que se declara como un convencido aliadófilo, firmante del manifiesto publicado en «El Socialista» y partidario de la causa de los aliados en declaraciones a medios como las revistas «Iberia» y «Estampa». Incluso llegó a decir que España debería entrar en la guerra a favor de este bando.
Se recogen circunstancias dramáticas, como el fallecimiento de uno de sus hijos, las frecuentes enfermedades a las que tuvo que enfrentarse, las muertes de amigos como Rubén Darío y Jacques Chaumié, las diferencias con editores y libreros y los desencuentros con los propietarios de La Merced (la casa de A Pobra en la que pasaba largas temporadas) sobre el alquiler y las obras de la que pudo haber sido la mansión permanente con la que soñaba: «Todos los años pasamos en aquellas tierras siete u ocho meses. Terminaremos por irnos a vivir allí definitivamente. ¡Aquella quietud, aquella sinceridad!».
Incluso se declara residente en Galicia: «Resido en Galicia, donde nací”, recoge de labios de Valle-Inclán el político brasileño Carlos Cavaco en su libro «Prosa de combate». También episodios gratificantes para él, como los nacimientos en Galicia de sus hijos Mariquiña, Jacobo y Ana María y el nombramiento como profesor de Estética en la Escuela Superior de Bellas Artes. Y se desvela la participación de un personaje poco conocido, Tomás Costa Leal da Câmara, como causante involuntario del enfrentamiento entre don Ramón y el periodista Manuel Bueno a causa del que Valle-Inclán perdió su brazo izquierdo.