
«Un simple accidente», Palma de Oro en el Festival de Cannes 2025, largometraje que hace el número once del disidente iraní Jafar Panahi («Taxi Teherán») y el primero, en más de una década, en el que no interviene su autor.
Exactamente desde 2011, cuando rodó «Esto no es una película» tras su primera detención por el régimen iraní, que le condenó a permanecer en arresto domiciliario y le prohibió salir del territorio. Es también la primera película que Panahi rueda desde la aparición del movimiento «Mujer, vida, libertad[1]» con una actriz que no lleva velo.
Elegida para representar a Francia en los Oscar «Un simple accidente» -un thriller con muchas gotas de humor sobre el dilema moral que plantea la cuestión de la venganza- cuenta la historia de Vahid, un obrero que había estado detenido simplemente por reclamar que le pagaran su salario, a cuyo taller, una tarde, llega pidiendo ayuda un hombre que asegura que su coche se ha averiado.
Vahid no ve su rostro pero cree reconocerle por el chirrido que hace su prótesis al caminar: es el verdugo que le torturó en la cárcel. Vahid le sigue hasta su casa y decide secuestrarle al día siguiente, pero entonces le asaltan las dudas, porque mientras estuvo en la cárcel nunca vio la cara de su torturador, así que no puede estar seguro de que sea la misma persona. Y, en caso de que lo fuera, una vez secuestrado y atado ¿qué va a hacer con él, matarle, torturarle, obligarle a pedir perdón? ¿Cómo es posible no ceder al odio, como no ser ‘como ellos’? ¿Cómo seguir siendo humanos?
«Un simple accidente» es una película con varias intrigas que reflexiona sobre el bien y el mal, la responsabilidad, la legalidad, el perdón y la venganza, así como la manera en que viven quienes han pasado por la prueba de la represión (y de eso, algunos sabemos aquí bastante). Y también sobre el estado de una sociedad donde, sin organización, se multiplican las formas de resistencia. Y es también una experiencia vivida por su autor.
«Un simple accidente» es como un eco de la situación del cineasta Jafar Panahi, quien vive y trabaja –muchas veces clandestinamente- en pleno régimen de los ayatolás. «Cuando me pusieron en libertad en 2022, tras una huelga de hambre, me sentía perdido, desgarrado entre el alivio de haber salido y la solidaridad con quienes se habían quedado encerrados. Era evidente que mi trabajo reflejaría los siete meses que pasé encerrado en aquel lugar tan particular. Un tiempo durante el cual apareció el movimiento Mujer, vida, libertad».
Dice que en cuanto le levantaron las prohibiciones de filmar, escribir, viajar y responder a entrevistas, supo lo que iba a hacer: «Me pregunté qué pasaría si alguno de mis compañeros de cárcel, una vez fuera, encontrara a alguien que le había humillado y torturado».
Enseguida se puso a escribirlo. Las historias de sus personajes –interpretados por los actores Vahid Mobasseri, Maryam Afshari, Ebrahim Azizi, Hadis Pakbaten, Majid Panahi, Mohamad Ali Elyasmehr, Georges Hashemzadeh, Delmaz Najafi y Afssaneh Najmabadi– se inspiran en las de auténticos presos. Algunos llegaban ya muy politizados, otros se «convertían» durante el encierro. Algunos estaban obsesionados por la venganza…
Panahi decidió no pedir autorización para el rodaje, no estaba seguro de poder conseguirla. En Irán, las reglas de «la moral» impiden abordar algunos temas y exigen respetar leyes como la que obliga a filmar a las mujeres con velo, incluso en el interior del hogar.
Algunos realizadores las aceptan, pero Jafar Panahi decidió resistir, como siempre. Durante el rodaje, clandestino, se presentaron agentes de policía exigiendo dinero a cambio de silencio: «Me negué –asegura- y amenazaron con detener a todo el equipo». Tuvieron que suspender el rodaje; más tarde lo retomaron «a escondidas».
Terminado el montaje, y tras un periplo cuyo secreto solo conoce el cineasta, la versión final llegó a manos de los organizadores del Festival de Cannes, que lo seleccionaron para la competición oficial. Y el resto ya lo conocemos: «Un simple accidente» se alzó con la Palma de Oro haciendo de Jafar Panahi[2] uno de los pocos cineastas que han sido premiados en Cannes, Berlín (Oso de Oro por «Taxi Teherán»), Venecia (León de Oro por «El círculo») y Locarno (Leopardo de Oro por «El espejo»), reconocimientos que valoran un cine que se adopta la forma de resistencia política y da testimonio del poder del arte para enfrentar la censura. Toda la obra de Jafar Panahi, entre poesía y desafío siempre profundamente humanista, se mezcla inevitablemente con su propia biografía.
«Creo –dijo en el escenario durante la ceremonia de clausura de Cannes, después de dedicar la película a todos los artistas iraníes que han tenido que marcharse del país- que ha llegado el momento de pedir a todos los iraníes del mundo que dejemos a un lado los problemas, las diferencias…. Lo más importante en este momento es nuestro país, la libertad de nuestro país».
A diferencia de otros, artistas y directores iraníes, Panahi no tiene intención de marcharse de Irán: «Quizá me espera la cárcel, o cualquier otra cosa. Es el precio a pagar y estoy preparado», se despidió antes de subir al avión.
En contra de lo previsto, Panahi y otros miembros de su equipo fueron recibidos con aplausos y gritos de apoyo en el aeropuerto de Teherán. Después, pudo irse a su casa sin problemas. Posteriormente viajó para presentar la película a Sydney, en Australia; a Erevan, en Armenia; a Canadá, para participar en el festival de Toronto en el mes de septiembre; a Busan, en Corea del Sur, donde fue elegido «cineasta asiático del año»; y a Roma, donde le han rendido homenaje en el Festival de Cine de la capital italiana. Si «Un simple accidente[3]» consigue, el próximo 22 de enero, pasar la criba de las películas aspirantes al Oscar a la Mejor película Extranjera, la siguiente cita será en el mes de abril, en Estados Unidos.
- El movimiento «Mujer, vida, libertad», surgido como respuesta al asesinato de la estudiante kurda Masha Amini en una comisaría de Teherán (la había detenido la policía de la moral por llevar el velo mal puesto), hizo tambalearse a la ultraconservadora República Islámica en julio de 2022, cuando se habían cumplido pocos meses de la segunda estancia de Jafar Panahi en la cárcel.Su huelga de hambre y la movilización internacional consiguieron que le pusieran libertad.
- Jafar Panahi (Irán, 1960) es director, guionista y montador, considerado una de las voces más influyentes del movimiento de la Nueva Ola iraní. Tras estudiar en la Universidad de Radiodifusión de Irán y realizar cortometrajes, documentales y películas para televisión, trabajó como ayudante de Abbas Kiarostami en «A través de los olivos» (1994). Su debut en el largometraje, «El globo blanco» (1995), coescrito con Kiarostami, se estrenó en la Quincena de Realizadores de Cannes y obtuvo la Cámara de Oro, marcando el inicio de una trayectoria internacional reconocida por su mirada humanista hacia la vida en Irán, en especial la de mujeres, niños y trabajadores. Le siguieron obras fundamentales: «El espejo» (1997), «El círculo» (2000), prohibida en Irán por su retrato de la condición femenina; y «Sangre y oro» (2003), premiada en Un Certain Regard de Cannes e igualmente censurada en su país. En 2006, «Offside» le valió el Oso de Plata en la Berlinale, narrando el desafío de mujeres jóvenes que querían asistir a un partido de fútbol.
- Detenido en 2009 y nuevamente en 2010, fue condenado a seis años de prisión y a veinte años de prohibición de dirigir, escribir, viajar y conceder entrevistas. Pese a ello, Panahi continuó filmando clandestinamente: «Esto no es una película» (2011), un diario filmado en su apartamento que llegó a Cannes escondido en un pendrive, dentro de una tarta; «Closed Curtain» (2013), codirigida con Kambuzia Partovi, ganó el Oso de Plata al Mejor Guion en Berlín. Con «Taxi Teherán» (2015), filmada por él mismo en las calles, obtuvo el Oso de Oro en Berlín y el Premio FIPRESCI. En 2018 presentó en Cannes «Tres caras», ganando el Premio al mejor guion; y en 2022 recibió el Gran Premio Especial del Jurado en Venecia por «Los osos no existen», mientras cumplía otra condena de cárcel. Liberado en 2022 tras una huelga de hambre, Panahi ha regresado a la competición de Cannes 2025 con «Un simple accidente», obteniendo la Palma de Oro.
- «Un simple accidente» podrá verse en los cines de Madrid a partir de este viernes 17 de octubre de 2025.