El estudio ‘Diversidad lingüística y cultural’ en la Unión Europea (UE), presentado el pasado martes 23 en la comisión de Peticiones del Parlamento Europeo, garantiza las medidas existentes en España con los idiomas catalán, vasco y gallego.
El informe que lleva por subtítulo ‘Lenguas minoritarias y minorizadas como parte de la diversidad lingüística y cultural europea’ fue encargado por el Departamento de Políticas de Derechos de los Ciudadanos y Asuntos Constitucionales, para la comisión de Peticiones.
Está realizado por el profesor de Filología Románica en la facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Libre de Bolzano (Italia), Paul Videssott, cuyos intereses de investigación se centran sobre todo en la lingüística histórica italiana, francesa y ladina (hablada en varias regiones italianas y al que se dedica un capítulo específico, el séptimo).
Videsott presentó los resultados del informe sobre la situación de las lenguas minoritarias en la UE ante el comité de Peticiones del Parlamento Europeo, presidido por la eurodiputada española Dolors Montserrat (PP).
El estudio, que presentó Videsott, aborda la situación de las lenguas en la UE. Consta de ciento doce páginas y recoge los cincuenta y cuatro idiomas que se hablan en la Unión Europea, señalando los veinticuatro estados que cuentan con lenguas minoritarias, en concreto las cifra en diecinueve (donde se incluye catalán, vasco y gallego).
El texto destaca un aumento de los hablantes con lengua y cultura propias en España, en contradicción con la tendencia mayoritaria en la Unión Europea, donde advirtió que más de dos tercios de las minorías lingüísticas están disminuyendo.
En este sentido, en su intervención, alertó sobre esta disminución de las lenguas minoritarias, considerándolo una «señal de alarma» que requiere políticas para mantener la diversidad lingüística y cultural en el seno de la Unión Europea.
Videsott resaltó la importancia de las competencias y autonomía de los grupos minoritarios como factores clave para mantener o aumentar su población hablante. Además, subrayó la necesidad de una escolarización en la lengua minoritaria, el uso del idioma en el territorio y la presencia digital como medidas fundamentales para asegurar la supervivencia de estas lenguas.
El profesor de la Universidad Libre de Bolzano, puso de manifiesto que en España las lenguas autonómicas están creciendo, destacando la importancia y eficacia de las medidas que los territorios, con lengua y cultura propias, están aplicando para garantizar su crecimiento.
De hecho, en el listado de la relevancia de los idiomas minoritarios en el conjunto del estado, España ocupa el quinto puesto con 19 puntos sobre un máximo de 26, de acuerdo a una serie de baremos estudiados. Países como Bélgica, Finlandia o Dinamarca encabezan las clasificación.
El experto insistió en que las medidas ″se están aplicando bien» en las autonomías con lengua y cultura propias en España, porque están creciendo y no disminuyendo, como pasa con muchos otros idiomas minoritarios en la UE en las dos últimas décadas.
En las cifras aportadas en varios cuadros, menciona 731.175 hablantes de euskera. En País Vasco y Navarra, 676.715, a los que hay que añadir 55.000 en el País Vasco francés. El gallego poco más de dos millones, en concreto, 2.050.000.
El catalán cuenta con casi diez millones, en territorio español, 9.834.307 además de 126.000 en Francia y 20.000 en Italia. Andorra, al no formar parte de la UE, no ha sido incluida, a pesar que en el Principado el catalán es idioma oficial de sus 81.588 habitantes, según censo de 2023.
Respecto a la evolución del número de hablantes desde 1991 hasta 2011, el informe indica que los tres idiomas, gallego, catalán y vasco han aumentado su número de hablantes.
En cuanto a otros idiomas minoritarios en Europa, se pueden citar , por ejemplo, el gaélico que cifran en 613.000 hablantes en Irlanda; el corso cuenta con 130.200 y el bretón, 370.000, ambos en Francia y el feroés 48.515 en Dinamarca.
En lo que hace referencia al idioma mirandés en Portugal, señala que cuenta con 13.500 hablantes y advierte de ″una clara tendencia decreciente” ya que en 1991 lo cifraban en 40.000.
El Parlamento Europeo adoptó una Resolución en 2013 sobre las lenguas europeas en peligro de extinción y la diversidad lingüística en la Unión Europea, instando a los estados miembros a estar más atentos a las lenguas en peligro para comprometerse con la protección y promoción de la diversidad como patrimonio lingüístico y cultural de la UE.