La Unión es su Festival/Concurso. Si no estás atento a reservar su único hotel con cuatro meses de antelación y aún así hay que esperar a ver lo que queda de lo que reserve protocolo del ayuntamiento para los privilegiados invitados que lo tienen gratis, es imposible estar alojado en la ciudad exminera.
Imposible encontrar alojamiento en una casa particular. También se ha intentado.
Reserva en Cartagena, te dicen. Hay un hotel cerca de Renfe. Pero, ¿quién es el guapo, que en plena enésima ola de calor, se arriesga a ir en tren a la hora más calurosa de la tarde, para asistir a los eventos de la Casa del Piñón y luego hacer tiempo rodando por ahí, hasta la hora de ir al Antiguo Mercado, a las 23:00 horas para las galas y 22:00 horas para los concursos, para terminar cerca de la una de la madrugada y buscar un taxi para volver a Cartagena, roto por dentro y por fuera?
Yo no, desde luego.
Pregunto en el único hotel si puedo reservar para el año que viene y me dicen que a partir de abril. Pues vale.
Se acaba el festival y hay habitaciones libres, todas las que quieras, durante el resto del año. A mitad de precio que durante el festival.
Nueve días, cinco de galas, tres de semifinales y el de la gran final. En las galas, hay dos que casi siempre repiten. Pero una, ya ha visto sus concierto/espectáculo en otros sitios, y lo mismo sucede con los que no repiten, que ya está visto, porque en La Unión no hay estrenos.
De todas formas, lo importante en La Unión no son las galas, sino las semifinales y la final de los concursos, la razón de ser del Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión. Y para los que hemos cubierto el festival durante años, ya no hay sorpresas. Porque puede ocurrir de todo, que gane quien tiene la paciencia y la resistencia de ir un año tras otro en busca del preciado premio, hasta que lo gana o no. Ganar a la primera. Dejar desierto un concurso dos años consecutivos sin razón comprensible. Ganar alguien que era imposible que ganara. Ganar con trece años. Ganar más de una vez sin conseguir proyección del premio. De hecho, de las Lámparas Mineras desde 1961, año de inicio de los concursos, no más del diez por ciento han conseguido una proyección importante en su carrera gracias al premio.
La ganadora de la Lámpara Minera 2022, la cantaora extremeña Esther Merino Pilo, llevaba diez años concursando y algún premio de consolación por palo se había llevado. Se diría que ha aprendido a cantar presentándose al concurso o que han querido comprobar su capacidad de resistencia y al final ha ganado la resistencia, porque el cante siempre estuvo ahí. También ha ganado los premios por mineras, cartageneras, taranta y soleá.
El Premio Desplante masculino fue para el catalán David Romero Cardoso y el femenino para la malagueña afincada en Miami, Irene Lozano Ruiz, ambos por tarantos, ambos repetían por tercera vez. Y ambos son veteranos bailaores, curtidos en todas las batallas. Destaco el currículo de Irene Lozano, con una gran trayectoria internacional como bailaora/bailarina y coreógrafa. Una emprendedora total.
Y para no abusar de repetidores, el Bordón y el Filón Minero se lo llevaron respectivamente dos recién llegados al concurso; el guitarrista onubense Álvaro Mora Domínguez el Bordón Minero y un granaíno, Ángel Bocanegra Ocón, violinista, el Filón.
A sus veinticuatro años, Álvaro Mora sigue siendo un estudioso de la guitarra y ya cuenta con un trabajo de composición para varios instrumentos, Imaginando un sueño. El Bordón no es su primer premio, pero sí el más importante por ahora. Otro sueño realizado, y de qué forma, en plan Veni, vidi, vici.
El otro joven vencedor a la primera, Ángel Bocanegra, veinticinco años, de Granada y ya muy conocido en su tierra, empezando por la Diputación de Granada, con la que ha colaborado en varias ocasiones y que le ha felicitado por el Filón. Violinista clásico y enamorado de la versión flamenca de su instrumento, que como él dice, le ha dado la libertad de poder improvisar. Gran carrera a la vista.
Los otros premios de la noche, los de consolación o esperanza, fueron para Lucía Beltrán Sedano, la joven onubense de dieciocho años, que consiguió el Premio Especial para Cantaores Jóvenes en su interpretación por levantica y toná, dotado con 1500 euros; la malagueña Isabel Guerrero Alarcón, se llevó con sus tangos el premio al grupo C de bulerías, cantiñas, tangos, tientos, peteneras, farrucas y fandangos personales; en el grupo II de Cantes de Málaga, Córdoba, Granada y Huelva, el sevillano Manuel Cuevas González consiguió el premio por malagueñas y un premio por murcianas y otros cantes mineros; y la malagueña Virginia Gámez Gil el premio a Otros Cantes por su granaína y media. Por último, José Plantón Heredia consiguió con su seguiriya el premio al grupo A de tonás, seguiriyas, livianas y serranas.
En la imagen de portada, de izquierda a derecha, desplante masculino y femenino, lámpara minera, bordón y filón minero 2022.
¡Felicidades a todos!.