En plena Plaza de la Villa, frente al Ayuntamiento de Madrid, delegados y delegadas de UGT y CCOO guardaron este lunes 9 de juniio 2025 un silencio de protesta para recordar que la siniestralidad laboral sigue costando vidas a un ritmo inaceptable.

Según cifras oficiales, 35 personas han perdido ya la vida en su puesto de trabajo en la región desde enero, mientras que 2024 terminó con 85 fallecidos, doce más que el año anterior

Los sindicatos denuncian que cada accidente mortal «es un fracaso colectivo» y exigen «acciones contundentes» para detener esta sangría.

Una tragedia humana y social

Un obrero de 41 años, última víctima

En un manifiesto conjunto recuerdan al trabajador que cayó el 28 de mayo 2025 desde el tejado de un edificio de tres plantas en la calle del Oso, en el distrito Centro.

El operario, de 41 años, falleció en el acto alrededor del mediodía, según Emergencias Madrid. La Inspección de Trabajo y la Policía Judicial investigan las causas, pero UGT y CCOO subrayan que la prevención de caídas en altura «sigue brillando por su ausencia» en demasiados tajos.

Un aumento que no se detiene

Los 85 fallecimientos de 2024 confirman una tendencia al alza: son doce más que en 2023: «Nos encontramos ante un repunte que debería alarmar a la sociedad y empujar a las autoridades a cambiar el rumbo en materia preventiva», advirtieron los portavoces.

Para los sindicatos, las cifras demuestran que no basta con buenas intenciones: «La seguridad en el trabajo no es negociable»

Principales causas de los fallecimientos

Patologías no traumáticas: el enemigo invisible

Las patologías no traumáticas —infartos y derrames cerebrales— fueron la primera causa de muerte en 2024, con 37 casos.

Los responsables sindicales recuerdan que el estrés, las cargas de trabajo excesivas y la falta de pausas contribuyen a este tipo de fallecimientos, a menudo invisibilizados porque ocurren lejos del foco mediático.

Caídas, atrapamientos y contactos eléctricos

Tras los infartos, las caídas a distinto nivel, los atrapamientos y los contactos eléctricos completan el trágico listado de riesgos. UGT y CCOO insisten en que «el trabajo debe adaptarse a la persona y no al revés», y ponen de ejemplo la caída mortal del 28 de mayo para mostrar que los protocolos de seguridad no se cumplen de forma homogénea.

Demandas sindicales para frenar la siniestralidad

Los dos principales sindicatos de clase esbozaron en su manifiesto un paquete de medidas urgentes:

  • Refuerzo de la Inspección de Trabajo, la Judicatura y la Fiscalía a fin de asegurar el cumplimiento de la normativa y depurar responsabilidades.
  • Cumplimiento estricto de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y mejora de las condiciones de trabajo para que nadie pierda la vida «por el simple hecho de ir a trabajar».
  • Reforma de la ley para adaptarla a los retos de la digitalización, el envejecimiento y la transición ecológica.
  • Programas específicos de control sobre servicios de prevención propios, ajenos y auditorías externas.

«Todas las muertes causadas durante la realización del trabajo son evitables, todas», remarcaron los portavoces, antes de concluir con el lema: «En el trabajo, ni una muerte más».

La prevención, asignatura pendiente

Los sindicatos señalan que muchas empresas siguen sin integrar la prevención en su cultura organizativa. Todavía se prioriza la productividad por encima de la seguridad y, en palabras de los delegados, «hay que analizar por qué se repiten los mismos accidentes año tras año».

Para CCOO y UGT, la clave pasa por:

  1. Formación continua en riesgos laborales para toda la plantilla.
  2. Participación activa de los comités de seguridad y salud.
  3. Evaluaciones específicas de factores psicosociales, especialmente en trabajos con alta carga mental.
  4. Políticas de vigilancia de la salud que detecten patologías cardiovasculares en fases tempranas.

Llamamiento a la acción institucional

En la concentración se recordó que la Comunidad de Madrid dispone de competencias para reforzar la Inspección de Trabajo y articular planes de choque. Los sindicatos piden que estas medidas se plasmen en el nuevo Plan Director de Prevención, cuya negociación está pendiente desde la legislatura pasada. «No es posible una sociedad decente si el trabajo nos cuesta la vida», concluyeron.

Contexto nacional e internacional

Aunque el manifiesto se centra en la región madrileña, la tendencia es extrapolable al ámbito estatal y europeo. España registró 721 accidentes mortales en jornada durante 2024, según datos del Ministerio de Trabajo.

Organismos como la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo advierten de que la exposición prolongada al calor extremo, los riesgos emergentes ligados a la digitalización y los modelos de subcontratación imprevisible incrementan la vulnerabilidad laboral.

Próximos pasos

UGT y CCOO anuncian nuevas movilizaciones si no llegan respuestas rápidas. Entre ellas, asambleas en los polígonos industriales y una campaña de sensibilización en centros educativos para que «la cultura preventiva» arraigue desde edades tempranas.

También planean solicitar a los ayuntamientos que incluyan cláusulas estrictas de seguridad en la contratación pública.

Se puede concluir que la mortalidad laboral no es una estadística abstracta: detrás de cada número hay familias, amistades y comunidades enteras que padecen una pérdida irreparable.

Las organizaciones sociales, los sindicatos y la ciudadanía tienen en sus manos exigir que el derecho a la vida y a la salud prevalezca sobre cualquier beneficio económico. Sólo así la región podrá proclamarse, con verdad, un territorio de trabajo digno y seguro.

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