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Tosca, la ópera de la simulación, en el Teatro Real de Madrid

Tosca escena © A Bofill

Tosca es una de las óperas de Giacomo Puccini que, junto con Madame Butterfly y La Bohème, más se representan. En el caso de Tosca hay, sin duda, un aspecto en su tema que la conecta con la actualidad.

En esta ocasión se presentará entre el 4 y el 24 de julio en el Teatro Real de Madrid, en una versión actualizada, en coproducción del Liceu de Barcelona y el Teatro de la Maestranza de Sevilla. 

Cuando Puccini vio la obra de teatro de Victorien Sardou, en 1887, en Milán, interpretada por la gran actriz Sarah Bernhardt, quedó impresionado y quiso los derechos de autor. Aunque tuvo muchos inconvenientes, consiguió sus propósitos y después de haber terminado La Bohème, en 1896, se puso a trabajar en Tosca. A pesar de los desacuerdos con el libretista Sardou, la ópera se estrenó con gran éxito, en Roma.

La obra se desarrolla en 1800, con un tema histórico candente: Napoleón invade Italia y expande las ideas de la Revolución Francesa. Después de entrar en Italia viaja a Egipto, regresa a Francia, se corona emperador y reinicia, entonces, su campaña en Italia.

1800 es un año crucial, porque Napoleón gana la batalla de Marengo a los austriacos, pero hay falsas noticias, creando confusión entre republicanos y napoleónicos. En este momento de incertidumbre sucede el drama operístico: los  republicanos, liderados por el activista Angelotti y el pintor Mario Cavaradossi, son perseguidos por el realista Scarpia.

El conflicto político desencadena dos  dramas que juegan paralelos en la ópera: el histórico con la persecución de los liberales y el amoroso teniendo como protagonistas al pintor Mario y a la cantante Tosca, envueltos en los hechos, sin proponérselo, tal vez haya una metáfora del arte víctima de la política.

En la trama, los equívocos se suceden, las mentiras procuran esconder la verdad, de alguna manera cada personaje simula ser lo que no es, buscando sus objetivos, ninguno es inocente frente a la confusión pero tampoco definitivamente culpable.

El terrible simulacro de la muerte del pintor, que en realidad es un engaño, como la falsa noticia del fracaso de Napoleón, o  los disfraces de Angelotti para escapar, marcan esa serie de simulacros; y entre engaños, sospechas y realidades, se viven momentos de desasosiego, donde los protagonistas ponen en juego su propia vida, de allí la gran tensión de la obra. 

Cabe destacar que Puccini afianza su desarrollo dramático en la tradición clásica griega de unidad de tiempo, espacio y acción, logrando un efecto de intenso climax.

Esta exacerbación dramática ha permitido que la ópera sea concebida, en la versión  del Teatro Real, como un thriller cinematográfico, con proyecciones, decorado circular que evoluciona del realismo del primer acto a una visión más simbólica en los actos posteriores.

Partiendo de los hechos reales, de la atmósfera revolucionaria caótica, de la corrupción enredada en los hechos, se entra en un mundo de ideas, conceptos, pasiones y consecuencias, vinculando el paralelismo de estas pasiones que impulsan la tragedia: la política y el amor.

El éxito de Tosca se debe en parte a la actualidad de ciertos temas. la corrupción, el abuso de poder, el amor frustrado, que no logra superar los  avatares, sino que es arrastrado por los acontecimientos. No siempre el amor triunfa, no siempre los ideales se cumplen. Esa carga de incertidumbre, de seres que se enmascaran para sobrevivir, tiene una fuerza existencial que convierte a la obra en un clásico universal y en una ópera de interés para las nuevas generaciones.  

Puccini mantiene su narrativa musical pero añade tres arias: «Te Deum», referida al desastre napoleónico en el primer acto; «Vissi d’arte» donde Tosca expresa sus dudas y miedos; y el aria de Mario «E lucevan le stelle», donde contrapone el devenir de los amantes a los conflictos externos.

El concepto de la contraposición aparece musicalmente desde el comienzo, con el tema de Scarpia, el autoritario, y el tema de Angelotti, el revolucionario fugitivo. Luego, en la confrontación de Scarpia y Tosca, la imposición y la libertad, la corrupción y la entrega.

Puccini no abandona los leivmotiv que son característicos de sus óperas, pero los transforma para sugerir los sentimientos y los conflictos. No en vano coloca Puccini el encuentro amoroso en una iglesia y lo realza con los matices del amor, los celos y la pasión, en el climax final donde se funden las voces de los amantes.

El acto tercero cierra con el compulsivo suicidio de Tosca y la muerte real de Mario, con un final violento, sin escapatoria. Porque el final de Tosca es la lucha de la desesperada realidad del hombre ante la situación límite. El hombre frente a la muerte.

Tosca Radvanoovsky y de Leon © A Bofill
Tosca Radvanoovsky y de Leon © A Bofill

Tosca fue la preferida de grandes divas, porque Puccini reivindica a los cantantes, dándole lucimiento en sus roles. Tuve ocasión de escucharla con Anna Moffo, aunque hay versiones extraordinarias de  Maria Callas, Régine Crespin, Renatta Scotto y Montserrat Caballé.

Esta representación del Teatro Real se prepara con un gran elenco y directores dedicados al espectáculo con el deseo de brindar lo mejor. Por este afán y profesionalismo, el Teatro Real de Madrid ha obtenido el premio al mejor coliseo de Ópera del mundo, en el 2019 y en el 2021.

Nicola Luisotti, director musical invitado, ha dirigido La Traviata, y Un ballo in maschera, en tiempos pandémicos, estimulando con su entrega a artistas y trabajadores, coro y orquesta titulares del Teatro Real; conjuntamente con la dirección artística y escenográfica de Paco Azorín, conocido por su amplia trayectoria en el Teatro Real.

La ópera estará protagonizada por tres repartos encabezados por las sopranos Sondra Radvanovsky, Maria Agresta y Anna Netrenko, los tenores Joseph Calleja, Michael Fabiano, Yusif Eyvazov y Jonas Kaufmann; y los barítonos Carlos Álvarez, Gevorg Hakobyan y Luca Salsi.

En su estrategia para incorporar la juventud al género operístico, el Teatro Real ofrece un preestreno para menores de 35 años, el 2 de julio a las 19:00 horas. En esta ocasión se destinarán 900 localidades a los Amigos Jóvenes del Teatro Real. 

Se han programado, en torno a la ópera, actividades paralelas, destacándose «Enfoques», en la Sala Gayarre, el 29 de junio a las 20.15 horas.

Asimismo, Tosca se retransmitira el 10 de julio a las 21:00 horas en pantallas instaladas en la Plaza de Oriente y en la Plaza Isabel II, con aforo limitado a mil asientos y de acuerdo con las normativas de seguridad sanitarias de la Comunidad de Madrid.

Se retransmitirá gratuitamente a las 21:00 horas, en MyOperaPlayer y en los canales de YouTube del Teatro Real y de RTVE, coproductora de la producción audiovisual.

Las funciones del teatro comenzarán a las 19:00 horas, incluyendo el domingo, habrá una butaca vacia interpuesta entre cada grupo de convivientes.

Para mayor información remitirse a las taquillas del teatro o su página web.

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