«Tiziano, el imperio del color», documental dirigido por Laura Chiossone («Dentro de cinco minutos en escena») y Giulio Boato («Shiro Takatani, entre Naturaleza y Tecnología») repasa casi un siglo en la vida del artista que se ganó el respeto de papas y emperadores, convirtiéndose en uno de los artistas más importantes del Renacimiento, en una carrera siempre ascendente que se vio interrumpida en 1576, cuando Tiziano contrajo la peste.
Ducado de Venecia a comienzos del siglo dieciséis. El joven Tiziano Vecellio baja de las montañas para abrirse camino en la ciudad. De Ferrara a Urbino y de Mantova a Roma, pasando por la España de Carlos V y su hijo Felipe II, Tiziano atraviesa todo el siglo con sus pinturas.
Maestro del color y brillante empresario de sí mismo, innovador en la composición de sus cuadros como en la forma de comerciar con ellos, en pocos años se convierte en el pintor de la Serenísima, en el artista más buscado por las cortes más ricas e influyentes de Europa., sorprendiendo tanto por sus innovaciones como por su forma de venderlas, gracias también a la ayuda de su «agente» Pietro Aretino; quien le ayuda a conservar su «marca de fábrica», una especie de toque mágico «en las formas que nacen del color y no de las líneas, y que hace que de las figuras pintadas emerjan caracteres y sentimientos».
La serie de documentales «Arte en pantalla» (Exhibition on Screen) reconstruye acontecimientos y expone puntos de vista sobre la obra de un artista. Se trata de películas con gran calidad visual, aspectos que confirma este «Tiziano. El imperio del color» que nos traslada desde los paisajes montañosos de Poeve del Cadore, donde nació el pintor, a las panorámicas de Venecia, la ciudad que lo acoge y lo transforma en uno de los grandes protagonistas del Renacimiento veneciano.
Destaca su naturaleza emprendedora y ambiciosa que, en su escalada social no duda en contactar con hombres poderosos que le ayudan a conseguir prestigio y un reconocimiento que muy pronto irá más allá de los confines nacionales: trabaja para las principales cortes italianas (el duque de Ferrara, el marqués de Mantua, el duque de Urbino), en Roma entra a formar parte del círculo del papa Paolo III y sus sobrino.
Viajando por Italia, y después por Europa, Tiziano es la viva representación del arte renacentista con pinturas de sujetos religiosos, profanos y mitológicos, y con espléndidos retratos, todos con una enorme potencia expresiva que eclipsó a muchos de sus contemporáneos e inspiró a las siguientes generaciones. Con sus colores, Tiziano ha legado a la historia no solo sus obras, también su lema: «El arte es más poderoso que la naturaleza».
En «Tiziano, el imperio del color[1]» expertos internacionales, críticos, académicos y artistas describen la vida del pintor, su estilo, su temperamento y ambiciones, pero sobre todo describen la Venecia renacentista, que a lo largo de la vida del artista seguiría siendo la base que utilizaría para conquistar y crear un imperio del color, «un excepcional semillero creativo capaz de acoger viajeros e influencia procedentes de todo el mundo».
En este recorrido por la vida del artista hay espacio también para sus afectos, como el que sintió por su hija Lavinia, y sus relaciones con las grandes personalidades de la época. Su producción sigue influyendo en algunos artistas contemporáneos, como explica en el documental Jeff Koons –uno de los pintores más influyentes del panorama actual-, hablando, a una distancia de más de cuatrocientos años, de su fascinación por el gesto pictórico de Tiziano.
- «Tiziano. El imperio del color», podrá verse en los cines madrileños a partir del próximo lunes 15 de abril de 2024.