«Tiempo compartido (Hors du temps), la nueva película de Olivier Assayas («Personal Shopper» (Premio al Mejor Director en el Festival de Cannes 2016), «Dobles vidas», «Demonlover», «Viaje a Sils Maria»), es una comedia sobre compartir casa durante la pandemia.
Protagonizada por Vincent Macaigne («Dobles Vidas», «Las cosas que nos decimos, las cosas que hacemos», «Crónica de un amor efímero») y Nora Hamzawi, colaboradores habituales en los proyectos de Assayas (ambos actores trabajaron juntos en la película «Non-Fiction», así como en la serie «Irma Vep de HBO Max).
Junto a ellos, la otra pareja que completa «Tiempo compartido[1]» está formada por Micha Lescot («La gran juventud») y Nine d’Urso («El sucesor»).
En plena pandemia de covid, Paul, director de cine y siempre angustiado temiendo el contagio, y su hermano Etienne, periodista músical y bastante indolente, ambos pertenecientes al mundillo de la intelectualidad parisina, se encuentran atrapados en el campo, en la casa de su infancia junto a sus parejas, Morgane y Carole.
Mientras el mundo exterior se vuelve cada vez más inquietante, los cuatro deben enfrentarse al paso del tiempo, los recuerdos y los secretos ocultos. A medida que lidian con estas tensiones, descubren que sus mejores herramientas son las artes, el romance y la comedia, que impregnan incluso los momentos más cotidianos.
En «Tiempo compartido», el realizador Olivier Assayas revive los meses del confinamiento y los recuerdos familiares, el regreso a los paisajes de la infancia y la huella que siempre permanece de quienes en otros tiempos habitaron los mismos lugares.
Es verdad que es un tiempo compartido (título en España) pero es más un espacio «fuera del tiempo», como se titula en francés, un tiempo en suspenso, un paréntesis cuyo final era imposible adivinar.
Autobiográfica, la película es una crónica del período en que Assayas estuvo exiliado, junto a su hermano, en la casa familiar donde, cuando el tiempo pareció pararse para todos, ellos aprovecharon para recordar tiempos pasados y enfrentarse, en una representación que roza el ridículo, en lo que fueron las dos maneras de vivir la pandemia durante los primeros meses angustiosos, cuando realmente no se sabía cómo encarar la enfermedad, cuando aún no había vacunas y la solución eran las mascarillas y el gel que mantenía las manos limpias: está el hermano obsesionado con las medidas de protección, comprador compulsivo por Amazon, y está el hermano que deja un margen para la improvisación, preocupado lo justo.
Dos hermanos que, junto a sus parejas, acumulan todos los tópicos imaginables en los «burgueses bohemios» –tan típicamente parisinos- trasplantados a una espléndida casa en el campo, con su magnolio, su manzano y su jardín, donde además pueden aprovecharse de la pista de tenis y los caminos arbolados de la mansión vecina, en ese momento deshabitada.
Como he leído en una crítica «nadie puede impedir a un artista que piense que su experiencia del confinamiento merece que le dedique un largometraje, ritmado por almuerzos al sol, ver como florecen los manzanos, videoconferencias con su psiquiatra (…) nada prohíbe tampoco disuadirle de hacerlo, sobre todo en 2024 cuando ya nadie puede sufrir los gags sobre la ansiedad del Covid…».
Estoy de acuerdo, pero también se me ocurre que –además de unos cuantos discursos «intelectualoides» sobre Madame Bovary o Auguste Renoir y otras joyas de la literatura y la pintura francesa- el propósito de Assayas ha podido ser poner el acento en los problemas inevitables entre dos hermanos con trayectorias vitales diferentes, obligados a convivir en una casa llena de recuerdos compartidos.
En cualquier caso, «Tiempo compartido» es una comedia dramática sentimental, nostálgica y un tanto ácida, que no rehúye la autocrítica.
- «Tiempo compartido» se estrena en Madrid este viernes 22 de noviembre de 2024.