La persona más sabia que he conocido (y conoceré) jamás solía decir lo siguiente: «los triángulos nunca son equiláteros, rara vez isósceles y, por regla general, escalenos».
Y tenía razón claro; lo que no significa que no existan los triángulos. Ahora bien, esta clase de sabiduría no se adquiere en cátedras o púlpitos, ni siquiera en tarimas o tablados, se consigue destilando vivencias y acumulando experiencias.
Así las cosas, Gabriela Wiener comparece en el estrado un poco nerviosa, un algo serena; un poco inquieta, un tanto sorprendida. Comparece, al fin y al cabo, cautiva y desarmada y es normal, al fin y al cabo viene a contar alguna de sus cosas, las cosas que importan, las cosas que valen la pena; es decir, las cosas de la vida, las cosas del querer.
Dirigida por Mariana de Althaus y Andrea Jiménez con tino y tiento Gabriela Wiener aprovecha y emplea con inteligencia técnicas de unipersonal y de stand up y las utiliza para narrar –sincera e hipnótica– su bolero a tres con Jaime Rodríguez y Rocío Lanchares (quienes también comparecen como testigos de (des) cargo a corazón abierto) y la montaña (y ruleta) rusa a las que les llevó (y lleva y llevará) quererse como un triángulo de lo más flamante, imperfecto, extraordinario y escaleno.
Como buen triángulo.
Luis de Luis
Crítico teatral
Teatro del Barrio, martes octubre a las 20 horas.
Ficha artística
Texto: Gabriela Wiener
Dirección: Mariana de Althaus
Directora adjunta: Andrea Jiménez de Teatro en Vilo
Intérpretes: Gabriela Wiener, Jaime Rodríguez, Rocío Lanchares, Coco y Amaru
Música: Rocío Lanchares
Videos:
–Rosi en la escalera, fragmento de «Letal Sound» de Ro Gotelé + Vaciador 34
–Otros: Fabiana Rojas La Rosa y cia.
Esta obra es una coproducción de Sala de parto y el Festival internacional de teatro de expressão Ibérica FITEI (Portugal)