Absorto y cortés, aparentemente retraído y sorprendentemente locuaz, expectante y paciente; siempre en primera fila y fielmente acompañado por la imprescindible Carmen, José Miguel Vila es una presencia familiar y habitual de las sesiones de teatro madrileño.
Y es que con los teatreros de Madrid pasa, en cierta medida, como con los indios del Lejano Oeste; esos que galopen alrededor de la caravana y que, tarde o temprano, a base de dar vueltas, sean sioux, apaches o aropajoes, acaban por conocerse y reconocerse como si compartiesen una mima adicción o tal vez pasión ; como si fuesen, sin ir más lejos, una secta, una congregación o, sin ir más lejos, una tribu.
Y si los teatreros somos una tribu, José Miguel Vila sería nuestro hechicero, y es justo y necesario que así sea, pues suyas son las palabras; las palabras de la tribu que ha acogido en su último libro “En primera fila. Teatro y teatreros en España, hoy” (Leibros, 2020) en el que reúne sus (me resisto a llamarlas entrevistas) conversaciones y charletas con los teatreros y teatreras que pululan y recorren el Foro a la caza y captura de (por muy banal que pueda parecer la expresión) su sueño. Y su sueño es tan sencillo como ( a veces) imposible, tan cercano como a veces) inalcanzable: hacer la siguiente función, la que cuenta de verdad.
Y, así, camino de la siguiente función Vila, atrapa a sus invitados e invitadas para que “desaparezcan” de sus vidas y pierdan un rato largo, un largo rato en su compañía. Como el gran comunicador que es Jose Miguel Vila sabe dejar a su aire a sus entrevistados para que se vayan poniendo a sus anchas y se convierten en contertulios y confidentes.
Y es que, en última instancia, este magnífico y luminoso volumen está lleno de confidencias (no de chismes, tampoco de zarandajas) de hombres y mujeres de teatro. Valiosas confidencias de hombres y mujeres que están acostumbrados a esconderse bajo los ropajes ( palabras, telas, luces) de cada representación y son ajenos, por su profesión, a decirse y a escucharse en sus propias palabras.
Y Vila lo consigue. Guiándoles, casi inadvertidamente – con la frase perfecta, la expresión oportuna, el comentario exacto – para hacer que analicen y reflexionen. Y todos y todas lo hacen, imbuidos de confianza y credibilidad , las manos que – desde la dirección a la escenografía, desde la sala al maquillaje, desde la interpretación a los focos – mecen la cuna del teatro madrileño se cuentan y recuentan como nunca han hecho, como nunca se les ha pedido.
Y es que “En primera fila“ es al teatro español un Informe General de Indias, una Summa Theologica o un Mapamundi, es todo eso y más, pero, sobre todo y ya quedó dicho, es la reunión de las palabras de la tribu : valiosas, dignas y espléndidas.
Luis de Luis
Crítico Teatral