¿Qué hacer cuando la sociedad es perfecta?

¿Cómo vivir cuando la razón no se equivoca?

¿Cómo debe latir la sangre cuando el pulso está tasado?

¿Cómo andar cuando se marca el paso?

¿Cómo equivocarse  cuando no hay error posible?

Javier San Román se ha hecho esas preguntas (y más) para no encontrarlas respuesta y devolverlas enhebradas en una dramaturgia reflexiva y meditabunda que plantea una distopia que tiene lugar en un futuro cuyas semillas puede que ya estén larvando aquí y ahora.

Así, en ese futuro tan cercano como reconocible, tan pulcro como higiénico, tan aséptico como pálido, se prohíben, bajo pena de muerte, las pulsiones y las tensiones, los deseos y los pálpitos, los latidos y las rabias.

En una tarde de ese mundo, durante unas horas en esa sociedad, coinciden, después de haber reprimido un brote de Fahrenheit 108 es decir, de sexo ilícito, dos oficiales de la fuerzas del orden – encarnadas con precisión y entrega por Arlette Torres y Yara Puebla – que entablaran un duelo dialéctico en el que intentan demostrarse como el deseo no supura entre sus palabras, entre sus miradas y entre sus gestos. 

Inevitablemente, su humanidad, su emotividad y su avidez se destilan en anhelos y  afanes imposibles de reprimir , imposibles de eliminar.

Cecilia Gessa lleva con mano firme esta fábula moral y señala cada pisada de este  conmovedor paso a dos de voluntades y enterezas concediéndole armonía y fluidez. 

Luis de Luis

Crítico teatral

Teatro Lara, jueves a las 19:30 horas

Ficha artística

Reparto 
Irene Rubio y Guiomar Puerta / Arlette Torres y Yara Puebla.

Texto
Javier San Román 

Dirección 
Cecilia Gessa
Asistente dirección
Alba Llera
Arte y vestuario
Exther S. Mazarías
Técnico de sonido
Andrea Aranda
Músicos
Juan Antonio Simarro

Producción
Gessas Producciones

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